Un nuevo informe ‘desguaza’ el falso mito del consenso científico sobre la seguridad de los transgénicos


David Sánchez, coordinador de campañas de Food & Water Europe [2] ha asegurado: “Durante años la industria de los transgénicos ha utilizado su poder económico y su influencia política para distorsionar el debate público y científico sobre los transgénicos. 

 Amigos de la Tierra y Food & Water Europe publican hoy un nuevo informe que expone cómo la industria manipula la información sobre los cultivos y alimentos transgénicos para generar la idea de que existe un “consenso científico” en torno a la seguridad de sus productos. El informe, “El falso ‘consenso científico’: El debate en torno a los transgénicos no ha terminado” [1], muestra cómo la industria de los transgénicos y sus defensores eligen de forma interesada la información y manipulan citas, incluyendo interpretar a su manera a la Organización Mundial de la Salud, para promover la idea de que el debate sobre la seguridad de los cultivos y alimentos transgénicos está superado. David Sánchez, coordinador de campañas de Food & Water Europe [2] ha asegurado: “Durante años la industria de los transgénicos ha utilizado su poder económico y su influencia política para distorsionar el debate público y científico sobre los transgénicos. Ni las instituciones, ni la literatura científica ni la ciencia independiente apoya que haya un ‘consenso’ sobre la seguridad de los alimentos y cultivos modificados genéticamente". Blanca Ruibal, responsable del área de agricultura y alimentación de Amigos de la Tierra ha afirmado: “La estrategia tanto a nivel internacional como estatal es utilizar organizaciones teóricamente neutras, financiadas por la propia industria, y científicos afines para repetir de forma insistente en medios de comunicación y blogs los mismos argumentos y citas manipuladas o convenientemente adaptadas. El verdadero debate no es si hay ‘consenso’ o no, el verdadero debate es si los cultivos y alimentos transgénicos son seguros, si son necesarios, a quién benefician, a quién perjudican y si son más convenientes para la sociedad que el resto de opciones”. La industria de los transgénicos, a través de esta campaña para promocionar la existencia de un supuesto ‘consenso’ sobre la seguridad de los cultivos y alimentos transgénicos, no menciona los hechos citados por cientos de científicos que niegan este consenso, incluyendo que: · Se han realizado muy pocos ensayos de alimentación con animales sobre transgénicos y varios de ellos muestran o sugieren efectos tóxicos. · La industria de los transgénicos es la responsable de la gran mayoría de los estudios de alimentación disponible que muestran que los cultivos transgénicos son seguros. Un número similar de grupos de investigación que trabajan con estos estudios de alimentación han expresado “preocupaciones serias” sobre su seguridad. · No existen estudios epidemiológicos sobre seguridad en alimentación humana. · Hay evidencias de problemas de seguridad para el medio ambiente, entre ellos impactos adversos e inesperados en organismos no diana y la generación de malas hierbas resistentes a herbicidas. · Hay evidencias de efectos potenciales negativos sobre la salud humana y animal de la exposición al Roundup, el herbicida utilizado con la mayor parte de los cultivos transgénicos. · Varios acuerdos internacionales reconocen problemas de seguridad con los organismos modificados genéticamente 
[1] El informe “El falso ‘consenso científico’: El debate en torno a los transgénicos no ha terminado” puede descargarse en castellano y en inglés 
[2] Food & Water Europe es el proyecto europeo de Food & Water Watch, organización de consumidores con sede en EEUU que trabaja para garantizar que la comida, el agua y el pescado que consumimos son seguros, accesibles y sostenibles. Para que todos y todas podamos disfrutar y confiar en lo que comemos y bebemos, ayudamos a la ciudadanía a asumir el control sobre el origen de sus alimentos; a mantener un suministro de agua de grifo limpia, asequible y pública; a proteger el medio ambiente y la salud de los océanos; a forzar a los gobiernos a cumplir con su obligación de proteger a la ciudadanía, y a educar sobre la importancia de mantener los bienes comunes bajo el control público. 
Fuente: www.foodandwatereurope.org


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