España rumbo al 9J: la lucha contra la mina de uranio en Retortillo
El próximo 9 de junio Salamanca acogerá una manifestación hispano-portuguesa contra la mina de uranio que se proyecta abrir en Retortillo. La amenaza que supone para la economía y medio ambiente locales, las falsas esperanzas sobre los puestos de trabajo que generaría y la colaboración de las asociaciones con la empresa Berkeley Minera vuelven esta lucha una fundamental para el movimiento antinuclear ibérico. Sin uranio, la energía nuclear es imposible, y personas de todos los territorios acudirán a Salamanca sabiéndolo y apoyando al Campo Charro.
José Ramón Barrueco Sánchez
El próximo sábado 9 de junio, con salida en la Plaza de la Concordia a las 18:00, tendrá lugar una manifestación en Salamanca para pedir el cierre de todas las instalaciones del ciclo de combustible nuclear existentes en nuestro país: centrales nucleares, almacenes de depósitos nucleares o fábrica de combustible nuclear. También se pide que no se abran nuevas instalaciones, como ocurriría con Retortillo en Salamanca o Villar de Cañas en Cuenca.
El Movimiento Ibérico Antinuclear lleva tres años organizando una jornada antinuclear en distintos puntos de nuestra geografía. Hace dos años fue en Cáceres, el año pasado en Madrid y este año le toca a Salamanca. Podría haberse realizado en Córdoba o Cuenca, provincias que sufren, o pueden sufrir, las consecuencias de albergar depósitos de residuos nucleares que tardarán miles de años en perder su dañino potencial, pero en el MIA consideramos que la industria nuclear comienza con las minas de uranio y en Salamanca estamos pendientes de que Berkeley Minera cumpla la amenaza de explotar mineral de uranio en nuestra provincia.
La sociedad salmantina, tradicionalmente tranquila y conservadora, se ha revuelto con el tema del uranio. Se han convocado distintas movilizaciones en los últimos años para visualizar la lucha desigual que mantenemos contra una empresa multinacional que ha contado con el favor de las distintas administraciones implicadas en los diversos permisos que deben tener para abrir minas y planta de beneficio de mineral de Retortillo.
El 9 de junio pediremos el cierre de todas las instalaciones del ciclo de combustible nuclear existentes en nuestro país y que no se abran nuevas instalaciones.
Han transcurrido más de diez años desde que Berkeley se fijó como objetivo explotar uranio en Salamanca y a fecha de hoy todavía no puede hacerlo. A punto de caducarse la Declaración de Impacto Ambiental del yacimiento de Retortillo-Santidad, en octubre de este año, la empresa carece aún de Licencia Urbanística del Ayuntamiento de Retortillo y le faltan los permisos de construcción de la planta de concentrados de uranio y de puesta en marcha de la misma. Recientemente el Gobierno español a una pregunta parlamentaria ha señalado que los permisos que debe otorgar el Estado están en una “fase muy preliminar”, por lo que no es probable que en este año, o el que viene, la planta de concentrados pueda ponerse en marcha.
Con el transcurso de los años, el proyecto de Berkeley Minera parece menos creíble, cada vez resulta más complicado montar un negocio en torno a una energía, como la nuclear, que está en franco deterioro respecto a las energías renovables. A pesar de ello, la empresa ha anunciado a bombo y platillo que tiene intención de que sus acciones coticen en la bolsa española y en el mercado principal de la bolsa de Londres (hasta ahora sólo lo hacía en uno secundario que no precisa de especial vigilancia por la autoridad bursátil). Es sorprendente la trayectoria de una empresa que lleva más de diez años en la zona y no ha sido capaz de comercializar un gramo de uranio, habiéndose gastado millones de euros en publicidad o contrataciones de personas que defiendan su proyecto. No está claro cuándo se va a poder explotar el escaso uranio que contiene las reservas encontradas por la multinacional australiana, pero eso no es obstáculo para que Berkeley continúe anunciando por enésima vez que este año va a ser el definitivo del comienzo de las obras de construcción de la mina.
Resulta complicado montar un negocio en torno a una energía, como la nuclear, que está en franco deterioro respecto a las energías renovables.
La convivencia en la Comarca del Campo Charro se ha deteriorado enormemente por la actuación de la empresa minera, que utiliza a sus trabajadores contra los opositores al proyecto minero y hostiga a todos los que nos oponemos a sus pretensiones, creando falsas expectativas a buen número de incautos trabajadores o familiares que se han creído la inminente apertura de la explotación minera de Retortillo.
Por la situación creada y la alarma social que supone la posibilidad de que se abran instalaciones radiactivas en la provincia de Salamanca, debemos salir masivamente a la calle el próximo 9 de junio y decir que no queremos que el negocio nuclear arruine nuestras vidas. Cerrar las centrales nucleares españolas es una obligación de este gobierno o del próximo que salga de las urnas en las elecciones de 2019, así lo han visto claro la mayor parte de los gobiernos europeos tras la crisis no resuelta de Fukushima. Sin centrales nucleares en Europa, es absurdo apostar por una mina de uranio en el corazón de la dehesa salmantina.
Fuente: https://www.elsaltodiario.com/desconexion-nuclear/rumbo-al-9j-la-lucha-contra-la-mina-de-uranio-en-retortillo - MIA Salamanca
José Ramón Barrueco Sánchez
El próximo sábado 9 de junio, con salida en la Plaza de la Concordia a las 18:00, tendrá lugar una manifestación en Salamanca para pedir el cierre de todas las instalaciones del ciclo de combustible nuclear existentes en nuestro país: centrales nucleares, almacenes de depósitos nucleares o fábrica de combustible nuclear. También se pide que no se abran nuevas instalaciones, como ocurriría con Retortillo en Salamanca o Villar de Cañas en Cuenca.
El Movimiento Ibérico Antinuclear lleva tres años organizando una jornada antinuclear en distintos puntos de nuestra geografía. Hace dos años fue en Cáceres, el año pasado en Madrid y este año le toca a Salamanca. Podría haberse realizado en Córdoba o Cuenca, provincias que sufren, o pueden sufrir, las consecuencias de albergar depósitos de residuos nucleares que tardarán miles de años en perder su dañino potencial, pero en el MIA consideramos que la industria nuclear comienza con las minas de uranio y en Salamanca estamos pendientes de que Berkeley Minera cumpla la amenaza de explotar mineral de uranio en nuestra provincia.
La sociedad salmantina, tradicionalmente tranquila y conservadora, se ha revuelto con el tema del uranio. Se han convocado distintas movilizaciones en los últimos años para visualizar la lucha desigual que mantenemos contra una empresa multinacional que ha contado con el favor de las distintas administraciones implicadas en los diversos permisos que deben tener para abrir minas y planta de beneficio de mineral de Retortillo.
El 9 de junio pediremos el cierre de todas las instalaciones del ciclo de combustible nuclear existentes en nuestro país y que no se abran nuevas instalaciones.
Han transcurrido más de diez años desde que Berkeley se fijó como objetivo explotar uranio en Salamanca y a fecha de hoy todavía no puede hacerlo. A punto de caducarse la Declaración de Impacto Ambiental del yacimiento de Retortillo-Santidad, en octubre de este año, la empresa carece aún de Licencia Urbanística del Ayuntamiento de Retortillo y le faltan los permisos de construcción de la planta de concentrados de uranio y de puesta en marcha de la misma. Recientemente el Gobierno español a una pregunta parlamentaria ha señalado que los permisos que debe otorgar el Estado están en una “fase muy preliminar”, por lo que no es probable que en este año, o el que viene, la planta de concentrados pueda ponerse en marcha.
Con el transcurso de los años, el proyecto de Berkeley Minera parece menos creíble, cada vez resulta más complicado montar un negocio en torno a una energía, como la nuclear, que está en franco deterioro respecto a las energías renovables. A pesar de ello, la empresa ha anunciado a bombo y platillo que tiene intención de que sus acciones coticen en la bolsa española y en el mercado principal de la bolsa de Londres (hasta ahora sólo lo hacía en uno secundario que no precisa de especial vigilancia por la autoridad bursátil). Es sorprendente la trayectoria de una empresa que lleva más de diez años en la zona y no ha sido capaz de comercializar un gramo de uranio, habiéndose gastado millones de euros en publicidad o contrataciones de personas que defiendan su proyecto. No está claro cuándo se va a poder explotar el escaso uranio que contiene las reservas encontradas por la multinacional australiana, pero eso no es obstáculo para que Berkeley continúe anunciando por enésima vez que este año va a ser el definitivo del comienzo de las obras de construcción de la mina.
Resulta complicado montar un negocio en torno a una energía, como la nuclear, que está en franco deterioro respecto a las energías renovables.
La convivencia en la Comarca del Campo Charro se ha deteriorado enormemente por la actuación de la empresa minera, que utiliza a sus trabajadores contra los opositores al proyecto minero y hostiga a todos los que nos oponemos a sus pretensiones, creando falsas expectativas a buen número de incautos trabajadores o familiares que se han creído la inminente apertura de la explotación minera de Retortillo.
Por la situación creada y la alarma social que supone la posibilidad de que se abran instalaciones radiactivas en la provincia de Salamanca, debemos salir masivamente a la calle el próximo 9 de junio y decir que no queremos que el negocio nuclear arruine nuestras vidas. Cerrar las centrales nucleares españolas es una obligación de este gobierno o del próximo que salga de las urnas en las elecciones de 2019, así lo han visto claro la mayor parte de los gobiernos europeos tras la crisis no resuelta de Fukushima. Sin centrales nucleares en Europa, es absurdo apostar por una mina de uranio en el corazón de la dehesa salmantina.
Fuente: https://www.elsaltodiario.com/desconexion-nuclear/rumbo-al-9j-la-lucha-contra-la-mina-de-uranio-en-retortillo - MIA Salamanca