Las plantas reconocen a sus vecinas y se coordinan para iniciar la floración
En el mundo vegetal, sin polinización no hay reproducción. Para que los polinizadores acudan a las plantas es esencial que florezcan y que lo hagan mostrándose lo más atractivas posible, pues de ello depende su éxito reproductivo y, por lo tanto, su futuro.
Cada especie se caracteriza por tener un tipo distinto de floración, si bien hay algo en lo que todas coinciden: las plantas que crecen rodeadas de sus hermanas –especies con las que mantienen una estrecha relación de parentesco- producen más flores y de aspecto más llamativo, con lo que resultan más atractivas que las plantas que se encuentran rodeadas de especies con las que no están emparentadas genéticamente.
Así lo demuestra un estudio publicado en el último número de la revista científica Nature Communications, que denota que las plantas son capaces de identificar la identidad genética de sus vecinas y ajustar la floración a las características del grupo.
Para la elaboración del trabajo, los autores, investigadores de la Estación Experimental de Zonas Áridas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), cultivaron miles de semillas granadinas de la especie ibérica Moricandia moricandioides y separaron los ejemplares en grupos experimentales en un invernadero de la Universidad de Lausana (Suiza).
Los expertos forzaron a algunas plantas a crecer en macetas rodeadas de sus hermanas y a otras a hacerlo rodeadas de una muestra aleatoria de plantas procedentes de la misma población. Gracias a ello pudieron advertir que, en esta especie, la reproducción depende completamente de los polinizadores, a los que atrae mediante flores con pétalos llamativos de color púrpura.
Los resultados del experimento, además de demostrar que las plantas no se muestran pasivas ante su entorno social, constatan que, al aumentar la planta la floración podría estar cooperando con sus familiares para atraer más polinizadores, ya que un mayor número de flores y flores más bonitas favorece que esto se produzca.
Estudios anteriores habían demostrado que las plantas poseen mecanismos moleculares complejos que les permiten distinguir el tipo de organismo con el que interactúan. Así, se sabe que pueden, por ejemplo, detectar qué microorganismos son patógenos y cuáles son inofensivos. Asimismo, se conoce también que las raíces de las plantas establecen relaciones complejas con algunos microorganismos del suelo y hongos.
Por el momento los expertos descartan que el hallazgo pueda tener alguna aplicación directa, pero sugieren que podría ayudar a mejorar los cultivos, que no dejan de ser ambientes sociales que integran centenares de plantas.
Precisamente por ello, conocer los factores principales que determinan las relaciones sociales entre plantas podría ayudar a los agricultores a seleccionar cultivos más eficientes que favorezcan la cooperación y reduzcan la competición entre plantas vecinas.
Por el momento los expertos descartan que el hallazgo pueda tener alguna aplicación directa, pero sugieren que podría ayudar a mejorar los cultivos, que no dejan de ser ambientes sociales que integran centenares de plantas.
Precisamente por ello, conocer los factores principales que determinan las relaciones sociales entre plantas podría ayudar a los agricultores a seleccionar cultivos más eficientes que favorezcan la cooperación y reduzcan la competición entre plantas vecinas.
Artículo científico de referencia:
Torices, Rubén; Gómez, José M.; Pannell, John. Kin discrimination allows plants to modify investment towards 2 pollinator attraction. Nature Communications, 22 de mayo de 2018. DOI: 10.1038/s41467-018-04378-3
Fuente: http://www.lavanguardia.com/natural/20180523/443768761828/clave-floracion-plantas-vecinas.html - Imagen de portada: La floración es clave para la reproducción entre vegetales (Lucía Desoto, (EEZA-CSIC)- Si las plantas están emparentadas genéticamente con sus vecinas, producen más flores y más atractivas (Jason Gibbs)