Encuentran por primera vez microplásticos en heces humanas
Un equipo de científicos ha encontrado por primera vez muestras de microplásticos en heces humanas, lo que apunta a que estas diminutas partículas podrían estar muy presentes en la cadena alimentaria, según un estudio presentado hoy en un congreso médico en Viena.
Luis Lidón.
En la investigación, realizada por la Agencia Federal de Medio Ambiente de Austria y la Universidad de Medicina de Viena, se descubrieron microplásticos en las ocho personas que participaron, procedentes de diversos países de Europa, Japón y Rusia.
Los participantes, cinco mujeres y tres hombres de entre 33 y 65 años, escribieron un diario sobre su alimentación durante una semana y luego donaron una muestra de heces, según explicaron los autores del estudio ante la Unión Europea de Gastroenterologia (UEG), que se reúne hasta el viernes en Viena.
Todos los participantes en el experimento consumieron alimentos o bebidas envasados en plástico y la mayoría de ellos tomaron pescado o mariscos, pero nadie se alimentó exclusivamente con una dieta vegetariana.
Microplásticos
En las pruebas se encontraron hasta nueve tipos de plástico diferentes con tamaños que oscilan entre 50 y 500 micras, con el polipropileno (PP) y el tereftalato de polietileno (PET) como los materiales más frecuentes.
Tanto el PET como el PP son tipos de plástico frecuentes en botellas y envoltorios de alimentos.
En las ocho personas se detectaron un promedio de 20 partículas microplásticas por cada 10 gramos de heces.
Los fragmentos de plástico de menos de 5 milímetros se denominan microplásticos y se emplean, por ejemplo, en productos cosméticos, pero sobre todo se generan por la descomposición de piezas más grandes de este material, sobre todo en el mar.
El investigador de la Universidad de Viena que dirigió el estudio, Philipp Schwabl, explicó a Efe que fue “una gran sorpresa” haber hallado microplásticos en todos los participantes.
“No lo esperábamos, además, porque a los participantes los escogimos al azar”, indicó el científico, que espera recaudar suficientes fondos para replicar el experimento con un mayor número de personas.
“Creemos que estos resultados indican que la presencia de plásticos en seres humanos es más extendida de lo que teníamos asumido, aunque todavía es pronto para sacar conclusiones porque para eso necesitamos un estudio mayor”, destacó el investigador.
También sobre el impacto en la salud humana de la presencia de plásticos se mostró cauto.
“Los efectos de las partículas microplásticas halladas en el organismo humano, en particular en el tracto digestivo, solo puede investigarse en el contexto de un estudio más amplio”, agregó Schwabl.
En otros experimentos con animales, señaló, las concentraciones más altas de microplásticos se encontraron en el tracto gastrointestinal, pero también se hallaron partículas de ese material en la sangre o incluso en el hígado.
“Aunque hay indicios de que los microplásticos pueden dañar el tracto gastrointestinal al promover reacciones inflamatorias o absorber sustancias dañinas, se necesitan más estudios para evaluar los peligros potenciales de los microplásticos para los humanos”, afirmó Schwabl.
El investigador aseguró que debido al número muy bajo de participantes no se podía establecer de dónde procedía la contaminación por plástico, si del pescado consumido o de los alimentos envueltos en plástico.
“Nuestro estudio se planificó como un ensayo piloto exploratorio, ya que hasta ahora no había datos disponibles. Debido al coste, comenzamos con un pequeño número de personas, pero el objetivo es realizar un ensayo más amplio”, indicó.
Uso de plásticos
Para el investigador, la comunidad internacional debería tomar medidas para reducir el uso de plásticos y buscar fórmulas de reciclaje, dado que este material sintético tarda cientos de años en desaparecer del medio ambiente.
Botellas de plástico. EFE/EPA/FEDERICO GAMBARINI
La producción global de plástico supera actualmente los 400 millones de toneladas por año y se estima que entre el dos y el cinco por ciento de ese material termina en el mar, donde los desechos son absorbidos por la fauna marina y pueden llegar a los humanos a través de la cadena alimentaria, recuerda el estudio.
Según otros estudios internacionales, cada minuto se venden un millón de botellas de plástico en el mundo y cada uno de esos envases tarda unos 450 años en desintegrarse.
En ese tiempo el plástico se descompone en fragmentos diminutos que han sido rastreados en peces, el agua del grifo o incluso en la sal de mesa.
EFEverde - Imagen de portada: Fotografía de archivo de residuos plásticos. EFE
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Juguetes de plástico reciclado con residuos tóxicos
Un agujero legal permite que juguetes de plástico reciclado contengan tóxicos peligrosos de residuos electrónicos. Un estudio europeo, en el que ha participado Ecologistas en Acción, muestra la elevada presencia de tóxicos peligrosos procedentes de residuos electrónicos en juguetes y otros productos de consumo.
Los tóxicos detectados se encuentran entre los 28 tóxicos más peligrosos del planeta por su persistencia en el ambiente y son disruptores endocrinos que afectan a la tiroides y al desarrollo neurológico infantil.
Ecologistas en Acción exige que las autoridades españolas eliminen el vacío legal que permite que el plástico reciclado tenga niveles de tóxicos prohibidos en plástico nuevo.
Un equipo de investigación europeo, con el que ha colaborado Ecologistas en Acción, ha encontrado tóxicos procedentes de basura electrónica en el plástico reciclado utilizado en juguetes y otros productos a la venta en España.
Los tóxicos encontrados se dividen en dos tipos de sustancias ignífugas o retardantes de llama: por un lado los polibromo difenil éteres (PBDEs en inglés), utilizados hace años en cubiertas y aislamiento de cables de electrónica y el hexabromo ciclododecano (HBCD), utilizado en espumas de poliestireno y plásticos para electrónica y automóviles. Ambos tipos de sustancias son disruptoras endocrinas relacionados con el mal funcionamiento de la tiroides, con daños neurológicos y con déficits de atención infantil. Además, están entro los 28 tóxicos más peligrosos del planeta de la lista del Convenio de Estocolmo por su persistencia en el ambiente.
El estudio analiza 109 juguetes, accesorios para el cabello y utensilios de cocina comprados en diferentes países europeos. Los resultados muestran que el 98 % de las muestras contenían polibromo difenil éteres (PBDE) y el 80 % contenían hexabromo ciclododecano.
En España, Ecologistas en Acción tomó muestras de tres juguetes y tres accesorios para el cabello. Las seis muestras contenían polibromo difenil éteres (PBDE) en concentraciones que variaban de 171 a 948 partes por millón (ppm). Cinco contenían HBCD (ver tabla).
La legislación europea limita la cantidad de PBDE presente en productos de consumo. Para plástico de nueva fabricación, el límite es 10 ppm (partes por millón) para la suma de los polibromo difenil éteres OctaBDE y DecaBDE. Sin embargo, si el plástico es reciclado, el límite que se permite es de 1.000 ppm.
Los productos analizados en España no superan los límites legales para plástico reciclado. Pero los resultados evidencian la incongruencia de que se permitan una cantidad de tóxicos cien veces mayor en plástico reciclado y la inseguridad para el consumidor ya que, al comprar un producto de plástico, desconoce si el plástico utilizado es nuevo o reciclado, por lo que ignora el nivel de disruptores endocrinos al que se expone.
En conjunto, los resultados indican que los retardantes de llama presentes en la basura electrónica vuelven a los productos de consumo fabricados con plástico reciclado, incluidos los retardantes de llama prohibidos por la Convención de Estocolmo por su elevada persistencia y toxicidad.
Según Jitka Strakova, investigadora de la organización Arnika especializada en sustancias tóxicas persistentes, que ha liderado el estudio: “Al sistema endocrino de un niño, al que le está afectando el PBDE tóxico, no le importa si un juguete está hecho de plástico nuevo o reciclado. La única forma de proteger la salud de las personas frente a los tóxicos de la basura electrónica en cerrar este vacío legal y sacar las sustancias del ciclo de reciclaje de plástico”.
Ya que las exenciones de reciclaje para los PBDE equivalen a un doble estándar para los plásticos, Ecologistas en Acción junto a los equipos de investigación y las organizaciones que han participado en el estudio, exige a las autoridades españolas que toman las medidas necesarias para asegurar que los plásticos reciclados cumplan con los mismos estándares que los plásticos nuevos en la Unión Europea.
El estudio ‘Agujero tóxico: reciclaje de desechos peligrosos en nuevos productos’ lo han desarrollado Arnika, HEAL e IPEN. Se recogieron 430 muestras entre abril y julio de 2018 en los siguientes países: Estados miembros de la Unión Europea (Austria, Bélgica, República Checa, Dinamarca, Francia, Alemania, Países Bajos, Polonia, Portugal, España y Suecia) y los países de Europa Central y Oriental (Albania, Armenia, Bielorrusia, Bosnia y Herzegovina, Macedonia, Montenegro, Rusia y Serbia). El laboratorio de la Universidad de Química y Tecnología de Praga analizó más a fondo 109 productos para determinar las concentraciones de productos químicos retardantes de llama bromados específicos.
Informe (en inglés): https://english.arnika.org/publications/toxic-loophole-recycling-hazardous-waste-into-new-productsMás información:
Dolores Romano (responsable de políticas de sustancias químicas de Ecologistas en Acción): 659 821 344
Koldo Hernández (portavoz de Ecologistas en Acción): 678 967 727
Ecoportal.net
En España, Ecologistas en Acción tomó muestras de tres juguetes y tres accesorios para el cabello. Las seis muestras contenían polibromo difenil éteres (PBDE) en concentraciones que variaban de 171 a 948 partes por millón (ppm). Cinco contenían HBCD (ver tabla).
La legislación europea limita la cantidad de PBDE presente en productos de consumo. Para plástico de nueva fabricación, el límite es 10 ppm (partes por millón) para la suma de los polibromo difenil éteres OctaBDE y DecaBDE. Sin embargo, si el plástico es reciclado, el límite que se permite es de 1.000 ppm.
Los productos analizados en España no superan los límites legales para plástico reciclado. Pero los resultados evidencian la incongruencia de que se permitan una cantidad de tóxicos cien veces mayor en plástico reciclado y la inseguridad para el consumidor ya que, al comprar un producto de plástico, desconoce si el plástico utilizado es nuevo o reciclado, por lo que ignora el nivel de disruptores endocrinos al que se expone.
En conjunto, los resultados indican que los retardantes de llama presentes en la basura electrónica vuelven a los productos de consumo fabricados con plástico reciclado, incluidos los retardantes de llama prohibidos por la Convención de Estocolmo por su elevada persistencia y toxicidad.
Según Jitka Strakova, investigadora de la organización Arnika especializada en sustancias tóxicas persistentes, que ha liderado el estudio: “Al sistema endocrino de un niño, al que le está afectando el PBDE tóxico, no le importa si un juguete está hecho de plástico nuevo o reciclado. La única forma de proteger la salud de las personas frente a los tóxicos de la basura electrónica en cerrar este vacío legal y sacar las sustancias del ciclo de reciclaje de plástico”.
Ya que las exenciones de reciclaje para los PBDE equivalen a un doble estándar para los plásticos, Ecologistas en Acción junto a los equipos de investigación y las organizaciones que han participado en el estudio, exige a las autoridades españolas que toman las medidas necesarias para asegurar que los plásticos reciclados cumplan con los mismos estándares que los plásticos nuevos en la Unión Europea.
El estudio ‘Agujero tóxico: reciclaje de desechos peligrosos en nuevos productos’ lo han desarrollado Arnika, HEAL e IPEN. Se recogieron 430 muestras entre abril y julio de 2018 en los siguientes países: Estados miembros de la Unión Europea (Austria, Bélgica, República Checa, Dinamarca, Francia, Alemania, Países Bajos, Polonia, Portugal, España y Suecia) y los países de Europa Central y Oriental (Albania, Armenia, Bielorrusia, Bosnia y Herzegovina, Macedonia, Montenegro, Rusia y Serbia). El laboratorio de la Universidad de Química y Tecnología de Praga analizó más a fondo 109 productos para determinar las concentraciones de productos químicos retardantes de llama bromados específicos.
Informe (en inglés): https://english.arnika.org/publications/toxic-loophole-recycling-hazardous-waste-into-new-productsMás información:
Dolores Romano (responsable de políticas de sustancias químicas de Ecologistas en Acción): 659 821 344
Koldo Hernández (portavoz de Ecologistas en Acción): 678 967 727
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