En defensa del mar, de las costas y de la biodiversidad

Una instancia para intercambiar escenarios de resistencia entre Colombia, Noruega y Argentina ante el avance de las energías extremas en los mares. Existen múltiples puntos de contacto entre los tres países y sus mares. En todos hubo anuncios de exploración o de profundización de las actividades costa afuera, también se reconocen impactos de diversa envergadura, y existen importantes experiencias de movilización y lucha por la defensa del mar, sus costas y la biodiversidad. La propuesta es recorrer estas instancias de resistencia para relacionarlas con el avance de las energías extremas en el mar argentino. En ese contexto, la Asamblea de Mar del Plata realizó este fin de semana el Festival por un mar libre de petroleras.

En el avance sostenido de las empresas en aguas que fueron incorporándose recientemente al plano estratégico de cada uno de los países del continente, el caso de Colombia es clave porque tiene el 45 % de su territorio entre los océanos Pacífico y Atlántico. El extractivismo en los mares colombianos empezó en 1972, cuando la empresa Texas Petroleum Company (Chevron Texaco) descubrió el primer yacimiento offshore en Campo Chuchupa, departamento de La Guajira. Actualmente hay 82 pozos de gas y petróleo sobre el mar Caribe del que se que alimentan la economía y la cultura colombiana, en especial la de los pueblos Raizales. Catalina Pérez Toro explicó que actualmente la Corte de Justicia de La Haya está llevando a cabo un debate alrededor de las pugnas territoriales vigentes sobre el mar entre Colombia y Nicaragua, en la región Caribe Occidental. “El caso del Caribe Occidental en disputa es la zona a intervenir en este momento. Zona que es además una gran reserva de biósfera y una gran articulación de reservas de biósfera de los países involucrados.
 

En el caso marino, el archipiélago de San Andrés y Providencia es tal vez el área marina e insular más grande del mundo”. Agregó que ni el gobierno de Colombia ni el de Nicaragua están interesados en tener una reserva ambiental, sino en expandir la frontera extractiva, que es lo que está pasando con las concesiones petroleras.
En Argentina, la explotación hidrocarburífera costa afuera se realiza desde hace décadas en aguas frente a las costas de Tierra del Fuego, así como también en el Estrecho de Magallanes. Las actividades de exploración, por su parte, han tenido un realce en 2018 y tienen como antecedente lo sucedido en el Golfo San Jorge en las provincias de Santa Cruz y Chubut. Allí, la campaña de adquisición sísmica de la empresa Pan American Energy en 2009 impactó directamente en las localidades que dependían de la pesca para su sustento. El mismo Golfo en el que un derrame de 300 metros cúbicos de petróleo producido en Caleta Córdova  de lleno a la pesca artesanal.. Para Fernanda Génova, el avance de los proyectos extractivismo sobre el mar impactaría sobre el turismo, las actividades deportivas y el desarrollo de la actividad pesquera, “aunque Mar del Plata y las ciudades costeras tienen otros desarrollos económicos, el turismo y la pesca son los más importantes; el mar define relaciones identitarias, económicas y culturales”, apunta.
Bjørnar Nicolaisen es trabajador pesquero del Archipiélago de la parte norte de Noruega y representa a la acción por un Lofoten libre de petróleo, organización de alcance nacional que activa la causa desde el 2006. “La relación con las pesqueras para hablar de los impactos en la costa ha sido fundamental. Los pesqueros, la industria pesquera y la organización de pueblos son la clave de la resistencia ante el avance de la industria hidrocarburífera en el mar”, enfatizó Bjørnar. Para Jenny Jæger la comunidad noruega estuvo unida en la resistencia al offshore. El año pasado Extinction Rebellion realizó una intervención pacífica en el departamento de gas y petróleo de Oslo. “La intención fue hacer llegar una serie de cartas que explicaban la acción política que estábamos llevando a cabo. La acción rondaba en dos demandas: que el gobierno noruego retire los permisos de explotación y las concesiones, y que no permita más exploración ni explotación de petróleo en el futuro”. La acción tuvo repercusión en los medios de comunicación, “es muy importante en Noruega la llegada en los medios porque todavía hay quienes tienen una mirada positiva sobre la explotación petrolera”, agregó, y recuperó la experiencia de resistencia de Lofoten, destacando que hay consenso en la población para oponerse a la explotación petrolera.
En una segunda ronda de intervenciones Catalina Toro Pérez destacó la importancia la lucha del pueblo afrocolombiano Raizal en el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina: “Hay una resistencia caribeña articulada, hoy en día la resistencia en el Caribe está siendo la unión de los pueblos”, y agregó que quienes se sustentan de la pesca y la pequeña agricultura son protagonistas en esta lucha, “son los que tienen información sobre las coordenadas de las sísmicas, saben lo que ocurre en el mar más allá de las fronteras nacionales. Por eso la importancia de las redes de articulación y resistencia”.
Por su parte, Génova explicó que  la Asamblea por un Mar Libre de Petroleras surgió “al calor de toda esta resistencia para generar acciones de difusión en relación a los impactos que podría tener la concreción del proyecto”. Señaló que es un proceso reciente pero muy intenso, “entendemos que defendiendo al mar estamos defendiendo nuestra vida y a la ciudad de Mar del Plata”. Además, manifestó que desde la Asamblea caracterizan que el estado está actuando silenciosamente con la complicidad de los medios masivos de comunicación. “Nos fuimos enterando de a poco de los procesos de entrega del mar argentino, un proceso de licitación de áreas que terminó con la adjudicación de 18 bloques a distintas corporaciones petroleras, nacionales e internacionales. Argentina amplió la frontera marítima donde el país ejerce soberanía para la explotación de recursos naturales, una apertura hacia las empresas extractivas”, destacó. También se refierió al Proyecto de Ley de Inversiones Petroleras presentado por el gobierno, que calificó como un “apoyo a los proyectos extractivistas en los territorios, no solamente la explotación costa afuera”.
En la misma sintonía, Catalina Toro Pérez aportó que en el caso del caribe colombiano las empresas buscan intervenir sobre territorios cuyos estados no presenten resistencias. “En ese sentido se está mirando el Mar Caribe del Sur, que se ha convertido en la zona ideal para atraer las inversiones de las grandes empresas multinacionales con el mito del desarrollo”.
En Argentina,  grandes petroleras como Equinor, Total, BP, Shell, Tullow, Exxon, Wintershall entre otras, incluída YPF, están en un proceso de autorización para realizar exploración sísmica en aguas profundas y ultraprofundas de la plataforma continental argentina. En julio de este año, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible convocó a una audiencia pública virtual para presentar el estudio de impacto ambiental llevado a cabo por la noruega Equinor para evaluar la factibilidad de una nueva campaña de exploración sísmica en tres bloques de la Cuenca Argentina Norte, frente a las provincias de Buenos Aires, Río Negro y Chubut. En el marco de la audiencia hubo una activa movilización de la Asamblea por un Mar Libre de Petroleras para informar, dialogar y expresar el rechazo de un enorme número de organizaciones que saben del riesgo que supone transformar el Mar Argentino en un mar petrolero. Cabe destacar que recientemente la Secretaría de Cambio Climático, Desarrollo Sostenible e Innovación suspendió los plazos del procedimiento de evaluación de impacto ambiental del proyecto de campaña de exploración sísmica costa afuera de Equinor. La resolución, publicada en el Boletín Oficial, estará vigente “hasta tanto se reciba la respuesta de todos los órganos que deban ser consultados conforme su competencia en la materia”. En pocas palabras, las críticas realizadas durante la audiencia pública fueron tantas y tan contundentes, que no pudieron ser desestimadas, como sucede en otros casos.
El intercambio con y entre activistas de Argentina, Colombia y Noruega  permitió entender los territorios en los que estas industrias intentan avanzar y es parte de la fuerza en dirección contraria, porque la industria está avanzando, pero la resistencia también.

Por OPSur .- El encuentro Resistencias al offshore en Argentina, Noruega y Colombia fue organizado por el Observatorio Petrolero Sur, Oilwatch Latinoamérica y el Comité Noruego de solidaridad con América Latina (LAG), y contó con la participación de Catalina Pérez Toro, de Colombia, profesora de la Universidad Nacional de Colombia y coordinadora del Grupo de Derecho y Política Ambiental; Bjørnar Nicolaisen, activista de la Plataforma por un Lofoten Libre de Explotación Petrolera (LoVeSe) y Jenny Jæger, activista de Extinction Rebellion, ambes de Noruega, y Fernanda Génova, de Votamos Luchar y la Asamblea por un Mar Libre de Petroleras, de Argentina. 
Fuente: https://opsur.org.ar/2021/10/07/en-defensa-del-mar-de-las-costas-y-de-la-biodiversidad/

 

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