España: Arte en defensa del territorio

 

Solastalgia es una exposición colectiva en torno a las agresiones al territorio que reflexiona, desde un punto de vista artístico, sobre las consecuencias de un modelo productivo que pretende vivir de espaldas a la naturaleza.



Solastalgia es una exposición que nace con la vocación de documentar y sensibilizar sobre las agresiones al territorio en lo que se ha venido en llamar la España vaciada, con especial énfasis en la provincia de Burgos, que puede servir de ejemplo de caso, ya que esto tiene efectos y consecuencias similares en otras provincias del Estado español como Soria, Palencia, Zamora o Teruel.

Elvira C. Pérez
Alvaro Alonso de Armiño G.


El término solastalgia, acuñado por el filósofo australiano Glenn Albrecht, se refiere a la angustia que surge cuando se producen cambios negativos en el lugar que se considera el hogar. Pero, más allá de producir una anatomía de las agresiones territoriales sufridas en esta tierra, la muestra tiene la determinación de movilizar a la sociedad en contra del extractivismo infundado que nos amenaza ambiental y socialmente. Solastalgia será, pues, un espacio de reivindicación colectiva.

Esta exposición colectiva e itinerante propuesta desde Espacio Tangente y su Foro Arte y Territorio, Imágenes y Palabras-El Hacedor y Ecologistas en Acción consta, por un lado, de una parte documental, ya que ha considerado fundamental dar voz a los colectivos en lucha en el territorio burgalés: Demjuaroca-Plataforma por la Defensa de la Demanda, Juarros y Oca, Plataforma en Defensa de las Merindades, Colectivo Memoria Viva, Pisoraca y Comarcas Vivas y Energética Coop.
Por otro lado, Espacio Tangente lanzó una convocatoria cerrada a artistas del ámbito del arte político contemporáneo y El Hacedor hizo lo propio a través de una convocatoria de residencias en el verano de 2022 bajo la premisa del apocalipsis rural. El resultado ha sido la participación de 31 artistas procedentes de Portugal, Argentina, Estados Unidos, Francia y diferentes lugares del Estado español y 29 obras que reflexionan sobre las consecuencias que la solastalgia tiene en el medio rural y en nuestras vidas.
En la muestra se pueden encontrar obras que, desde la pintura, escultura, instalación o video, abordan temas tan diversos como las consecuencias de la pérdida de biodiversidad, la agricultura intensiva, la instalación de macroparques eólicos, solares o macrogranjas, así como la pérdida de la arquitectura tradicional en los pueblos, la memoria colectiva o la contaminación.
La exposición Solastalgia, sobre las agresiones al territorio se puede visitar en Espacio Tangente (C/ Valentín Jalón, 10 de Burgos) hasta el 2 de diciembre y los martes y viernes se realizan visitas guiadas con la participación de artistas y colectivos. En 2023 la muestra se acercará a la Aldea del Portillo de Busto (Burgos), al espacio El Hacedor.
Burgos, por ejemplo
La exposición Solastalgia se ha inspirado en la provincia de Burgos, pero lo cierto es que va más allá. Se trata, en cualquier caso, de un territorio que sirve de ejemplo para lo que está pasando en otras tantas. La España vaciada o la Laponia española, territorios despoblados en los que el mal llamado progreso esquilma recursos y destroza territorios en nombre del futuro, sin importar las consecuencias sobre la vida de quienes habitan en esos lugares.
El mapa de la provincia lo dibujan diferentes y bellos paisajes con alto valor ecológico, surcados por ríos –destacan el Duero y el Ebro– pero también, autovías, carreteras secundarias y vías de tren a las que se han sumado recientemente las de los trenes de alta velocidad. De nuevo promesas de gloria para justificar una infraestructura cuya necesidad es discutible y su capacidad para poner a Burgos en la vanguardia de las ciudades del siglo XXI más que una probable quimera.
La central nuclear de Santa María de Garoña –impuesta durante la dictadura franquista– ha dejado una herencia radioactiva como precio a pagar por un progreso que nunca fue tal. La decadencia se deja sentir y el goteo de personas que abandona el rural, por la falta de oportunidades y de servicios, no cesa. De ello se aprovechan quienes cada cierto tiempo aparecen con proyectos que prometen devolver el brillo perdido.
Pero nada de eso parece ser cierto y, aun a pesar de los conflictos, las plataformas vecinales aparecen como un agente clave a la hora de decidir si se discutirá o no el futuro que se ofrece. En la exposición Solastalgia tienen su espacio las que hoy están más activas en la defensa del territorio. En la memoria colectiva están otras como las que quisieron –y lograron– paralizar los intentos de implantar el fracking en tierras burgalesas. De tal calibre son los impactos de esta técnica que el movimiento anti-fracking aglutinó a personas muy diferentes en el objetivo de salvaguardar el territorio.
Con más disimulo otras agresiones se han ido configurando y desde hace años los molinos eólicos dibujan el paisaje provincial. El primer boom de las renovables en Castilla y León estuvo marcado por la corrupción y la falta de planificación: la trama Eólica. Hoy se trata de una de las provincias con más potencia eólica instalada y las previsiones para el futuro son aumentarla todo lo que de la tierra de si. Sin embargo, esto se lleva a cabo sin planes: son las empresas las que deciden ubicaciones y megawatios a instalar, incluso en espacios de alto valor ecológico y paisajístico.
No solo el modelo energético actual, obsoleto e injusto, se aprovecha del territorio rural. El sistema agroalimentario también impone sus condiciones a quienes habitan en los pueblos y se ha configurado como otro de los grandes problemas en el rural. La agroindustria busca implantar su modelo de altos beneficios a cambio de falsas promesas de empleo y futuro. Se repuebla con cerdos los lugares en los que apenas quedan personas, convirtiendo estos en lugares inhabitables.
Las respuestas a preguntas sobre cómo queremos alimentarnos o generar energía, han sido hurtadas al común y, en especial, a quienes viven en los territorios más despoblados. Se contraponen dos miradas: la que considera el territorio un recurso para usar, producir y enriquecerse y la de quienes lo habitan, aman y lo quieren salvaguardar.
Artistas y obras
Las obras que forman parte de Solastalgia, exposición en torno a las agresiones al territorio son:
Greenwashing de aaag, CaCO3 –> CaO + CO2 –> Zuloa (Hueco) de Ainhoa Akutain, Proyecto loba de Ana Ferchilla, Distorsión de Ausín Sáinz, Efímero para siempre de Belín Castro, In Memoriam caprinan de Delia Maza, Enjoy the Collapse de Democracia, Caminante ante un horizonte de especulación de Diego Arribas, España recalentada de Diego Movilla, Castrofozoico, n. daños ambientales de Eduardo Cortils, El color que cayó del cielo de El Archivero Lindhosrt, Istmo de Estefanía Santiago, Fantasmagorías del progreso de Fernando Sánchez y Mauro Pehuén Rosas (AUCA), S/T de Gigi Ei, Restaurar o morir de Gloria Rubio Largo, Trillar y aventar de Grant Holub-Moorman, Improvisación vocal de Isabel Corullón, Extinción/Margarita de José Luis Viñas, Solastalgia de Laura Arrue, No son solo molinos de viento de LI Ortega, Mater Bureba de Manu Gil, Stepping out of the void de Maria Inês Mouroa, La máquina de McKenzie Shelton, S/T de Miguel Vivanco, Gente de Secano de Pablo Rocu & Lópezsnowy, Fecho na cuenca de Pelayo Cienfuegos, (Des)cubrir de Raquel Teixeira, Improvisación en crudo de Turba/Cru y Nido de Cigüeñas, Fardos de paja apilados y Torre eléctrica sobre montículo de Virginia Villacisla.

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/saltamontes/arte-en-defensa-del-territorio - Imagen de portada: Exposición Solastalgia

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