La producción de plástico debe reducirse entre un 12% y un 17% anual para evitar un cambio climático catastrófico
Berkeley, California, Estados Unidos– Antes de la cuarta ronda de negociaciones de las Naciones Unidas para un tratado global sobre plásticos que se llevará a cabo del 23 al 29 de abril en Ottawa, el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley (LBNL) publicó un estudio pionero que revela el enorme impacto climático de la producción de plástico. Según el análisis de LBNL, el 75% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la producción de plásticos primarios se producen antes de la etapa de polimerización. Este informe refuerzan la importancia de que el tratado de plásticos cubra todo el ciclo de vida del plástico, desde la extracción hasta la eliminación, tal como se consagra en el acuerdo entre 175 países -la Resolución 5/14 de la UNEA-, que constituye la base de las conversaciones en relación con el tratado.
En respuesta al informe, el Dr. Neil Tangri, Director de Ciencia y Política de la Alianza Global para Alternativas a la Incineración (GAIA), el Dr. Jorge Emmanuel de la Universidad de Siliman, Filipinas, y el Dr. Sam Adu-Kumi, ex Director del Centro de Control y Gestión de Productos Químicos de la Agencia de Protección Medioambiental (EPA), Ghana, han contextualizado las conclusiones del LBNL dentro del Acuerdo Climático de París y el presupuesto global de carbono. Cálculos de GAIA (incorporando los datos del informe del LBNL):
– El impacto de los plásticos en el clima comienza con la fase de extracción. Con vistas a comprender, medir, evaluar y abordar en forma cabal el impacto de la contaminación por plásticos, la evaluación y los controles regulatorios deben considerar el ciclo de vida completo, que comienza con la extracción.
– El incremento en la producción de plástico por sí solo arruinará los objetivos climáticos internacionales. Incluso si todas las demás fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero (transporte, electricidad, agricultura, industria pesada, etc.) se descarbonizaran milagrosa y completamente en 2024, con las tasas de crecimiento actuales, la producción de plásticos primarios por sí sola consumiría por completo el presupuesto mundial de carbono para el año 2060 y, a más tardar, para 2083.
– Se requieren recortes profundos y rápidos en la producción de plástico conforme lo establecido en el Acuerdo de París. Para evitar superar el límite de 1,5°C establecido en el Acuerdo de París, a partir de 2024, la producción de plásticos primarios debe disminuirse entre al menos 12% y 17% por año.
Un punto clave de tensión en las negociaciones hasta el momento tiene que ver con la inclusión de recortes ambiciosos y vinculantes en la producción de plástico en la versión final del tratado. La gran mayoría de los países que participan en el proceso de negociación se han mantenido abiertos a incluir en el tratado objetivos de reducción de la producción. Sin embargo, una minoría reducida pero ruidosa, integrada principalmente por naciones productoras de combustibles fósiles, ha intentado sabotear las conversaciones mediante tácticas de obstrucción, y a través de argumentos que sostienen que la contaminación por plásticos comienza sólo en la etapa de eliminación. A la luz de los nuevos datos del LBNL, la obstrucción de este pequeño grupo pone en peligro la capacidad del mundo para descarbonizarse a tiempo y evitar así un desastre climático.
La industria petroquímica en sí tiene una presencia significativa en las negociaciones ya que 143 lobistas de la industria se inscribieron para asistir al INC-3, un grupo más grande que cualquier delegación nacional u organización de la sociedad civil, con lo que lograron amplio acceso a representantes gubernamentales de todo el mundo. La sociedad civil pide que se los retire de futuras negociaciones a fin de evitar un conflicto de intereses.
El Dr. Neil Tangri, Director de Ciencia y Políticas de GAIA y Senior Fellow de la Facultad de Políticas Públicas Goldman de la Universidad de California en Berkeley, afirmó lo siguiente: “Mientras los líderes mundiales intentan negociar una solución a la crisis del plástico, la industria petroquímica invierte miles de millones de dólares para empeorar rápidamente el problema. Necesitamos un acuerdo global para detener este crecimiento canceroso, reducir la producción de plástico y marcar el comienzo de un mundo con menos plástico y menos contaminación”.
El Dr. Sam Adu-Kumi, ex Director del Centro de Gestión y Control de Sustancias Químicas de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Ghana, sostuvo que “África ha sido una de las regiones más ambiciosas en las negociaciones del tratado de plásticos. Reconocemos el impacto de la contaminación por plásticos en la salud, el medio ambiente y los medios de vida de nuestra gente, y sabemos por experiencia que se necesitan medidas en las etapas iniciales y de producción para permitir el éxito en las fases posteriores respecto de la lucha contra la contaminación por plásticos”.
El Dr. Jorge Emmanuel, profesor adjunto y Research Faculty Fellow de la Universidad Siliman, en Dumaguete, Filipinas, afirmó que: “Filipinas está a la vanguardia tanto del cambio climático, como de la contaminación por plásticos. Las olas de calor, los fuertes tifones e inundaciones empeoran con el paso del tiempo, y la industria petroquímica ha desplazado nuestros sistemas tradicionales con montañas de plástico que envenenan a nuestras comunidades. Si el tratado incluye o no recortes en la producción de plástico no es sólo un debate político, es una cuestión de supervivencia”.
Contactos de prensa:
Camila Aguilera, Comunicaciones GAIA América Latina
camila@no-burn.org | +56 9 51111599
Claire Arkin, Comunicaciones Globales
claire@no-burn.org | +1 973 444 4869
Nota editorial:
Dr. Neil Tangri fue el revisor experto del informe LBNL y las conclusiones del informe de políticas se basan en los datos de dicho reporte. El viernes 19 de abril de 2024, a las 7 de la mañana EST, estará disponible un informe político completo en el que se explicará cómo entender estos nuevos datos en el contexto de las negociaciones del tratado sobre los plásticos. Para recibir una copia embargada de este informe, póngase en contacto con claire@no-burn.org (EE.UU) o camila@no-burn.org (América Latina)
Metodología:
Presupuesto de carbono: El IPCC estimó que el presupuesto restante de carbono a fines de 2019 era 400 Gt de CO2 para un 67% de posibilidades de mantenerse por debajo de la meta de 1,5°C, y 500 Gt CO2 para un 50% de posibilidades. Actualizamos estas cifras con los presupuestos anuales de carbono de 2020 a 2023. Un análisis más reciente halló que el presupuesto restante de carbono es de ~ 30 Gt CO2, inferior a las estimaciones del IPCC utilizadas en este informe de políticas. Esto implicaría la necesidad de recortes de producción aún mayores. Una advertencia importante es que estas cifras se refieren únicamente al dióxido de carbono y no a los demás gases de efecto invernadero. El aumento actual de las emisiones y concentraciones atmosféricas de metano resulta por cierto en una sobreestimación del presupuesto restante de carbono a finales de 2023. Asignar partes del presupuesto de carbono a diferentes sectores es una elección política más que científica. Para este cálculo, asumimos que la participación del plástico en las emisiones globales se mantendría constante en 5,3%, aunque la contribución del plástico a la economía global se ha estimado en solo 1,1%.
Overshoot (Exceso): La producción de plástico ha experimentado un crecimiento anual de entre 3,1% y 4,4% desde 2010, según la fuente de datos que se considere. Karali et al. eligieron un rango de trayectorias de crecimiento del 2,5% al 4%. Extrapolamos el rango de trayectorias de crecimiento para calcular en qué momento los plásticos consumirían todo el presupuesto restante de carbono. Esto implica un supuesto muy poco realista de que no habría otras emisiones de gases de efecto invernadero durante este tiempo; se hace únicamente con fines ilustrativos.
Reducción: Para escenarios más realistas, calculamos la tasa de reducción requerida, a partir de 2024, para que la producción de plástico se ajuste al presupuesto de carbono asignado a este sector. Los resultados dependen, en primer lugar, de la asignación del presupuesto de carbono y, en segundo lugar, del grado de seguridad deseado para alcanzar la meta de 1,5 °C, como se refleja en la estimación del IPCC en cuanto a la probabilidad de alcanzar dicha meta.
Con nuestro trabajo pretendemos catalizar un cambio global hacia la justicia ambiental fortaleciendo los movimientos sociales de base que promueven soluciones a los residuos y la contaminación. Imaginamos un mundo justo, basura cero, basado en el respeto de los límites ecológicos y los derechos de las comunidades, donde las personas estén libres de los problemas de la contaminación tóxica y los recursos se conserven de forma sostenible, no se incineren ni se boten . www.no-burn.org