Ni megarrepresas ni termoeléctricas




Por Sara Larraín, directora del Programa Chile Sustentable

En el afán de formular nuevos discursos para legitimar lo mismo de siempre, el sector eléctrico apela hoy a una supuesta "preocupación" por el cambio climático, para posicionar así el dogma de que el desarrollo hidroeléctrico sería, como se postuló en la década pasada, "la solución" al aumento de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en Chile.
En efecto, de 1984 a la fecha nuestro país pasó de 1,8 toneladas de CO2 per cápita a cuatro toneladas per cápita, lo que significa un aumento de 190% en las emisiones. Chile es el segundo del mundo (detrás de China) en alza de este catalizador del calentamiento global y duplica el promedio de América Latina. El sector energético es responsable de 92% de dichas emisiones y, sin embargo, en la actualidad se evalúa la construcción de 3.720 megawatts (MW) en termoeléctricas a carbón.
Los chilenos nos damos cuenta de la distorsión en las prioridades del empresariado. Por ejemplo, la empresa brasileña MPX se refiere a su Proyecto Termoeléctrico Castilla (2 mil 100 MW a carbón, a instalarse en Copiapó) como el HidroAysén a carbón. Este déficit de sentido común no se detiene en el "detalle" del tamaño y del uso del combustible más contaminante. El mundo sigue al revés cuando las empresas Río Seco, Emerva, Norgener y CAP hablan, a su vez, de la "sustentabilidad ambiental" de sus proyectos a carbón.
Aun cuando las megarrepresas emiten menos carbono, aportan otros gases de efecto invernadero, como el metano, sobre todo donde se inundan vegetación y bosques. Al incluir las emisiones del ciclo de vida completo de las megarrepresas y la grave vulnerabilidad detrás de la degradación de cuencas, aguas arriba y abajo, se acrecienta la dificultad de adaptación humana al cambio climático.
Entonces, si Chile cede a la nueva tentación de concentrarse en la hidroelectricidad y olvida el imperativo de la diversificación de fuentes, generaría escenarios de mayor riesgo y vulnerabilidad, dada la prevista reducción de lluvias y almacenamiento nival, el alza de temperaturas y la evidente reducción de recursos hídricos. El sector energético no es el único ni el mayor catalizador del cambio climático en América Latina, sino la deforestación y el cambio de uso del suelo. Por ello, la visión estratégica demanda la inclusión de todos los aspectos del desarrollo: planificación urbana, ordenamiento territorial, usos hídricos, cambio de patrones agrícolas, etcétera.
Hoy, la herramienta más sustantiva para avanzar hacia una matriz eléctrica más limpia, nacional y democrática es la Ley 20.257 de Promoción de Energías Renovables No Convencionales (ERNC), vigente desde el 2 de abril de 2008. Ésta obligará desde 2010 a las generadoras eléctricas a comercializar 10% de energía con tecnología eólica, solar, geotérmica, pequeña hidráulica y biomasa.
La falta de cálculo del Gobierno y el Congreso, sin embargo motiva hoy que el país pierda oportunidad de desarrollar todo este potencial (con los puestos de trabajo que eso implica). La Universidad de Chile y la Universidad Técnica Federico Santa María han demostrado que las energías renovables podrían abastecer hasta 30% de los requerimientos del Sistema Interconectado Central (SIC). O sea, el triple de lo que obligará la ley. Si a esto agregamos que sólo con eficiencia energética el país podría ahorrarse la construcción de megarrepresas en la Patagonia, cabe preguntarse si la clase política y el empresariado eléctrico serán capaces de atender a los datos técnicos y a la demanda ciudadana o si prevalecerán intereses extraños.

Fuente: http://www.lanacion.cl

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HOY SABADO: “LA HORA DEL PLANETA”.
Peter Hartmann, Coordinador Coalición Ciudadana por Aisén Reserva de Vida.
 
 
Para este sábado, de 20.30 a 21.30 (hoy) se anuncia “La Hora del Planeta” apagando todas las luces. Esto, para llamar la atención sobre el cambio climático global y llegar a compromisos concretos en esta materia.
Por supuesto que apoyamos esta iniciativa,  la cual quisiéramos que sea además una instancia de reflexión sobre nuestro actuar de consumidores de energía. Con menos consumo irresponsable evidentemente se requiere menos generación y por ende menos destrucción ambiental (cultural y social incluidas). No hay que olvidar que nos pretenden convertir en bodega energética “pila de Chile” con la excusa de que el país necesita esa energía, cuando en realidad es para las nuevas mineras transnacionales ubicadas en la IIIª y IVª Región y que aportan poco o nada al desarrollo nacional.
Por eso, ante algún proyecto energético, vale siempre hacernos la pregunta: ¿Para que y quienes será esa energía cuyos costos nos quieren cargar a quienes poco y nada seremos beneficiados y que por cierto terminamos pagando las “externalidades”.  ¿Energía para ser derrochada, convertida en basuras? ¿Energía para horas y horas de mirar farándula y “droga enchufable”, para artificializar malls  y otros mega-edificios olvidando hasta la existencia del sol ? ¿Energía para convertirla en humo? ¿ Energía para que las transnacionales nos roben hasta el último gramo de mineral ? ¿Energía para enviarle a esas mismas transnacionales al otro lado de la frontera como en Pascua Lama ?
 
Igual y para ser consecuentes, no debemos olvidar que el ahorro de energía empieza en casa (y nuestro lugar de trabajo) donde fácilmente podemos reducir las cuentas hasta en 25%, reemplazando ampolletas incandescentes por fluorescentes compactas, desconectando equipos “vampiros” (entre ellos los transformadores de celulares, cámaras  y los computadores) que al no ser usados siguen consumiendo y mejorando el aislamiento, evitando fugas de calor.
Por cierto vale también preguntarnos si necesitamos realmente mas de algún electrodoméstico, mas de algún viaje en auto, mas de algún viaje en avión…
 
A continuación un recetario para ser parte de la solución (aparte de lo ya puesto arriba) y que sacamos de www.climatecrisis.net y del Nacional Geograhic de marzo (www.ngenespanol.com):

Recicle mas, revise la presión de sus neumáticos, use menos agua caliente, evite productos con mucho envoltorio, ajuste termostatos (en menos tº), plante árboles, seque ropa al viento y sol, utilice aparatos eléctricos ahorradores, use transporte público, bicicleta o camine, mejore el rendimiento de su vehiculo y/o cámbielo por uno mas eficiente, ponga vidrio doble o ventanas dobles y cortinas, tape rendijas y ranuras, abra lo menos posible el refrigerador y ubiquelo en un lugar fresco (es el aparato mas consumidor de la casa), use energías sustentables- renovables; saquele provecho al sol, viento, mareas, olas, volcanes que tiene cerca, viva cerca de su trabajo y estudio, evite el aire acondicionado,  viva en vivienda bioclimática, no use calentadores boiler, consuma leña seca.
Aplicando estas recetas , no pierde nada y ayuda a reducir el crecimiento de emisiones globales (según un estudio de McKinsey hay un potencial de 50%), y la destrucción de nuestro planeta hogar.

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