Arne Naess: el creador del concepto 'Ecología profunda'
Arne Naess, recientemente fallecido a los 96 años, era el filósofo más conocido de Noruega. Su concepto de 'Ecología' 'profunda' sirvió para enriquecer y en algunos casos para dividir, a los diferentes movimientos ambientalistas.
Alpinista empedernido, Naess vivió durante una cuarta parte de su vida en una cabaña en lo más alto de un monte al sur de Noruega.
Arne Naess propugnó la idea de que la ecología no debía limitarse únicamente al lugar que el hombre ocupa en la naturaleza, sino a todas y cada una de cuantas partes integran la propia naturaleza, y siempre contempladas desde una base igualitaria, dado que el orden natural posee, en sí mismo, un valor intrínseco que trasciende los valores humanos. Naess instaba siempre a los movimientos de orientación ecologista a «proteger al planeta no sólo en beneficio del género humano, sino, también, en beneficio del propio planeta, a conservar los ecosistemas sanos por el mismo hecho de hacerlo».
En opinión de Naess, los que pensaban que los grandes problemas ecológicos se podían resolver en el entorno de una sociedad industrial y capitalista tenían un ecologismo «superficial». Había que entender que era la sociedad en sí misma la que había causado la crisis ecológica planetaria. Esta tesis, fundamentada en las enseñanzas de Spinoza, Gandhi y Buda, penetraría en las diversas corrientes de pensamiento que inspiraron a los movimientos ambientalistas de mediados de los 80.
Naess también habló de la superpoblación mundial como un grave problema ambiental y defendió el derecho de todos los seres vivos a ser respetados. Todo ello hizo que algunos calificaran sus ideas como una especie de ocultismo de estilo 'New' 'Age' y que otros lo acusaran de pecar de proponer una reducción eugenésica de la humanidad al estilo nazi.
Críticas que Naess contestó aclarando que la 'Ecología' 'profunda' parte de la idea de que el ser humano no es ajeno a la naturaleza, sino que forma parte de ella en igualdad de condiciones con otros seres vivos, como una especie más.
Durante su vida, Naess fue un destacado activista. En 1970 se encadenó junto a otros a unas rocas frente a una cascada que caía sobre un fiordo noruego, para oponerse a la construcción de una presa, logrando frenar las obras. También presidió Greenpeace en Noruega, cuando se fundó la sección local en 1988 y fue candidato electoral del Partido Verde noruego.
Como alpinista, Naess encabezó la primera expedición que conquistó, en 1950, la cumbre del Tirich Mir, de 7.708 metros de altura, en Pakistán. Él mismo lideró también una segunda expedición noruega a esa misma cumbre en el año 1964. Y es que las montañas se encontraban justamente en el centro de la visión que Naess tenía de las cosas, hasta el punto que instaba a quienes asistían a sus conferencias a que pusieran en práctica el precepto taoísta de «escuchar con el tercer oído» y «pensar como una montaña».
En su forma primigenia, la filosofía de Arne Naess era conocida como 'ecosofía T' (la T en recuerdo de la cabaña del monte Tvergastein, en la que vivió y trabajó durante una buena parte de su vida).
Siendo aún adolescente, Naess conoció a un juez noruego quien le aconsejó que leyera a Spinoza, aquel filósofo judío del siglo XVII que enseñaba que Dios se hace presente a través de la naturaleza.
Nacido en Oslo, Naess se doctoró en la universidad de la capital noruega, convirtiéndose, a los 27 años de edad, en el profesor más joven de dicha institución, donde permaneció de profesor hasta 1970. Publicó más de 30 libros y numerosos ensayos y artículos.
Fue investido caballero por el rey Harald de Noruega en el año 2005 y nombrado comendador de la Real Orden Noruega de San Olav. Se casó dos veces, la primera con Else, de quien tuvo dos hijos. Else murió antes que él. Posteriormente, contrajo matrimonio con Kit Fai, una alumna suya 40 años más joven que él y a la que conoció cuando el tenía 61 años.
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El filósofo de la ecología profunda que inspiró a Douglas Tompkins
El concepto del hombre en interrelación con la naturaleza y no por sobre ella fue acuñado por el filósofo noruego en 1973, a través de sus teorías de la ecología profunda y ecosofía. Fue un activista ecológico, montañista, miembro del Partido Verde y amigo personal del creador del Parque Pumalín.
Por Pamela Gutiérrez / La Nación
"Fui un buen amigo de Arne Naess y lo conocí por muchos años. Fue, quizás, una gran influencia en la ética medioambiental en los últimos cincuenta o más años, aunque mucha gente no lo sabe. El podría ser descrito como un pensador muy relevante para el movimiento medioambiental moderno". Así describió Douglas Tompkins, presidente de la Fundación para la Ecología Profunda, a quien fuera su principal inspiración en su causa medioambiental. Naess, creador del concepto de la ecología profunda, montañista eximio e incansable activista por la defensa del medioambiente, y que murió el martes pasado a los 96 años en Noruega.
Naess nació en Slemdal, cerca de Oslo, el 27 de enero de 1912. Era hijo del banquero Ragnar Naess y de una dueña de casa, Christine Dekke. Se hizo filósofo a raíz de la tristeza que significó para él que su madre despidiera a su niñera, en quien veía en realidad una figura materna. En una entrevista a un medio chileno, contó lo que fue ese episodio: "No reconocía a mi madre como tal, sino a mi niñera. No pude manejar esa situación hasta que tuve 14 años. ( ) Mi madre me decía: ‘Ve a jugar afuera’, y yo me quedaba donde estaba, sentado, pensando. Primero filosofaba acerca de la vida; luego sobre el conocimiento, el escepticismo por eso creo que quien entra a la filosofía, es porque algo ha pasado en su vida".
Esa melancolía lo hizo graduarse de Filosofía en Universidad de Oslo en 1933. Obtuvo el doctorado a los 27 años y se convirtió en el profesor más joven en conseguir un puesto permanente en esa institución. Durante treinta años Naess trabajó la filosofía desde los ámbitos del lenguaje, el significado y la comunicación, que plasmó en sus obras "Interpretación y precisión" (1953) y "Comunicación y argumento" (1966). En esa misma línea también escribió un libro sobre Mahatma Gandhi, de quien era su principal admirador desde que tenía 18 años: "Llámenme un gandhista, de todas maneras. ¿Qué podemos aprender de él? Que debemos esforzarnos más por entender a otras personas. Si nos podemos comunicar bien, es más difícil rechazar la forma de vida de los otros como si fuera incomprensible o inferior. Si vemos a los demás como una vida abierta y generosa, siempre habrá algo que aprender de ellos", dijo al lanzar el libro que tituló como Gandhi.
Montañista y activista ecológico
Naess no sólo se dedicó a la academia, sino que fue también un montañista y en 1950 lideró la primera expedición a la montaña Tirich Mir, uno de los macizos pertenecientes a la cordillera de Hindu Kush en Pakistán. También escaló el Everest, pero no le gustó, como relató en una entrevista: "Lamentablemente no me gustó el Everest. Yo estuve a siete mil metros de altura y no disfruté de ello. Tenía problemas para respirar, debía sentarme y me dije a mí mismo que no subiría a montañas tan altas, porque para mí son seres maravillosos y deseaba tener buenos momentos".
De hecho, en 1937 su amor por las montañas lo hizo construir una cabaña en Hallingskarvet, al sur de Noruega. Para llegar hasta allá, había que caminar dos horas y no tenía electricidad. Para la calefacción iba al bosque a buscar leña entre los árboles muertos. La cabaña fue inspiración de lo que él llamó la "escosofía T", que él definió como una filosofía de armonía ecológica, de modo que la humanidad deje de mirarse sólo a sí misma y adhiera al ecosistema planetario. Lo de la T viene de Tvergastein, que es el nombre de su casa. Allí vivió con su familia: al principio con su primera esposa, Else, con la cual tuvo dos hijos. Al enviudar, se casó con Kit Fai, una estudiante china 40 años más joven y a la que conoció cuando tenía 61 años.
La vida en la montaña fue moldeando su pensamiento filosófico, unido a los escritos de la bióloga norteamericana Rachel Carson. Así lo contó a LND uno de los amigos personales de Naess, Bill Devall: "Él se inspiró en la obra de ella y durante la década de los sesenta leyó sus libros ‘La primavera silenciosa’ y ‘El sentido de la maravilla’". El primer libro fue todo un hito, ya que Carson expuso los peligros medioambientales que significaba el uso de insecticidas con DDT, compuesto que hoy está prohibido en el mundo.
En 1969 Naess decidió dejar la vida de la academia y tomó las riendas del activismo ecológico. Preocupado por los planes del gobierno noruego de construir una represa en la cascada de Mardalsfossen, se encadenó a una roca y se rehusó a bajar hasta que el gobierno abandonara dicho proyecto. Fue acompañado por otros manifestantes que fueron repelidos por la policía, pero la acción tuvo éxito. Tanto que en 1971se unió al Partido Verde y logró los votos suficientes para ser concejal en Oslo. Pese a la victoria, Naess rehusó ocupar el cargo.
En 1973 acuña el concepto que lo haría trascender en la filosofía: la ecología profunda. En sus palabras, "desde la ecología profunda, usted no sólo reflexiona y actúa acerca de lo que está bien en beneficio del hombre, sino por el del planeta en sí mismo. Es una visión general del lugar donde vivimos, en que cada ser tiene valor en sí mismo y es por ello que necesitan la protección contra la destrucción de que son objeto por parte del hombre. El respeto por cada especie es fundamental en nuestra visión".
Dicho concepto iba acompañado de una plataforma de siete principios, a la que llamó "Lo superficial y lo profundo, el largo alcance de los movimientos ecologistas", en la que se plantean el rechazo al concepto del hombre por sobre la naturaleza; igualdad biocéntrica (todos los organismos se interrelacionan entre sí); el respeto por la diversidad; el rechazo a la división de las clases sociales; la lucha contra la polución y la explotación del medio ambiente; la introducción de la teoría de ecosistemas; y la autonomía y descentralización de las comunidades.
Hacia fines de la década de los ochenta, su acción más relevante fue fundar la rama de Greenpeace en Noruega, de la cual fue su primer presidente. Al comentar su deceso, el actual líder de la organización en ese país, Truls Gulowsen, afirmó que "la filosofía ecológica de Naess todavía es importante en Greenpeace".
Visitas a Chile
Nuestro país no fue territorio desconocido para Naess. El mismo contó que en los setenta intentó, sin éxito, ir a la Antártica. Pero un buen amigo suyo lo invitó nuevamente a nuestro país: Douglas Tompkins, quien lo llevó a conocer el parque Pumalín. Tompkins no comentó sobre este tema, pero sí Bill Devall: "Naess estuvo en Chile gracias a una invitación de Tompkins, el creador de los parques nacionales en Chile y Argentina. De hecho, Naess se quedó en la casa de Doug y su esposa, Kris".
Pero también estuvo en Santiago dando una charla, como comentó uno de los asistentes al evento, el Premio Nacional de Medio Ambiente 2001, Nicolo Giglo: "Recuerdo que él tenía ya unos 80 años y tenía algunos problemas en sus piernas, pero era muy vital. Habló unos 45 minutos sobre planteamientos generales de la ecología profunda. Se adelantó mucho en reconocer lo que hoy son los problemas ambientales".
Tompkins ha dicho también que colaboró en la publicación en el volumen 11 de la obra del filósofo, titulado "Las obras selectas de Arne Naess", "que es el trabajo definido y más importante en los últimos sesenta años". A juicio del creador de Pumalín, "la influencia de Naess y su estatura como filósofo sólo crecerá en el tiempo, especialmente con la crisis ambiental que empeora cada vez más y no he oído a nadie que pueda negarlo". //lnd
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El legado de Naess entre los ecologistas chilenos
La campaña Patagonia sin Represas reúne a varias ONG medioambientales que, de alguna u otra forma, se sienten inspiradas por el pensamiento del filósofo noruego Arne Naess. Es el caso de Juan Pablo Orrego, de Ecosistemas, quien asegura que “si dicen que soy un ecologista profundo, me sentiría honrado… sería una condecoración, porque significa que he alcanzado un nivel muy profundo de reflexión en torno a la ecología”.
Orrego comenta que, aunque no conoció personalmente a Naess, sí tuvo un curso de Ecología Profunda en la Universidad de York, en Canadá, a cargo de un seguidor del filósofo, John Livingston. “Al mencionar a la ecología profunda muchos lo dicen como si fuera algo peligroso. Se ha hecho una caricatura, como si fuera una secta que pone a la naturaleza antes que a los seres humanos, cuando en realidad lo que plantea Naess es que la biosfera es un organismo de interdependencia, donde también los seres humanos forman parte de ella”.
Sara Larraín, directora del Programa Chile Sustentable, también cree que hay una mala interpretación sobre lo que es la ecología profunda, sobre todo en el concepto de igualdad biocéntrica: “Hay quienes lo presentan como que el árbol es más importante que la persona. Eso es una caricatura desde la perspectiva antropocéntrica. Frente a un bosque, la mentalidad occidental saca una calculadora y calcula el precio por metros ruma. Desde la perspectiva de Naess, él va a hacerse las preguntas sobre ese ecosistema, desde la perspectiva de los seres que están frente a él”.
Otro que también confiesa que Naess fue una inspiración para la causa ambiental, aunque de modo tangencial, es Aaron Sanger, de Internacional Rivers, la organización coordinadora de la campaña Patagonia sin Represas. Sanger dijo a lnd que “a pesar de que nunca conocí personalmente a Naess, él me inspiró con su acción de encadenarse a una roca frente a una cascada, para impedir la construcción de una represa”. Sanger, sin embargo, no siente que esta corriente sea la respuesta para los problemas medioambientales, sino que él se identifica con la teoría de la economía ecológica, es decir, la inversión en valores naturales para el crecimiento sustentable.
Fuente: lanacion.cl