La deforestación y el cambio climático están llevando a la Amazonía a un colapso socioambiental inminente



Por Alejandro Balaguer

Unos 150 expertos de ocho naciones dieron, recientemente, el diagnóstico científico de la cuenca más grande del continente americano. Actualmente, se deforestan más de 10 campos de fútbol por minuto. Eso, de cada hora, de cada día y de cada año. Las naciones amazónicas deberían establecer medidas de ordenamiento territorial, a fin de evitar su destrucción total.
Imagínese al gran pulmón del planeta al punto de la devastación, y no estará lejos de la realidad. La cuenca amazónica, la más grande del continente americano, compartida por ocho naciones sudamericanas, se encuentra al límite del colapso.
Lo advierte el informe GEO Amazonía, recientemente desarrollado por aproximadamente 150 investigadores convocados por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y por la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), y los datos que arroja este documento, aunque aparentan ser escandalosos encabezados de algún tabloide popular y efectista, son todo lo contrario.
Son el resultado de dos años de investigaciones serias y científicas, más que preocupantes.
Es que, de acuerdo con el informe GEO Amazonía, es un hecho que el cambio climático amenaza la región; que la ganadería, las nuevas poblaciones y el avance de la frontera agrícola aceleran la transformación de los suelos; que los bosques se han reducido un 17%; que la tala arrasa más de 857 mil kilómetros cuadrados de árboles y la pérdida del agua pone en peligro también la vida humana.
La cuenca está enferma
La cuenca amazónica, la más grande del continente americano, está a punto de colapsar.
Según el informe GEO Amazonía, elaborado recientemente por 150 investigadores convocados por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y por la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), hay varios aspectos que amenazan la región.
Entre otras cosas, se incluyen como amenazas los asentamientos mineros insostenibles, ubicados donde nace el agua de la cuenca, los inmensos “mares” de cultivos para la elaboración de agrocombustibles, la contaminación producto de la elaboración de pasta básica de cocaína, los campos petroleros y muchos desastres ambientales más.
El Informe GEO Amazonía ha cubierto las áreas amazónicas de Colombia, Bolivia, Brasil, Perú, Ecuador, Guyana, Venezuela y Suriname, y “demuestra que la Amazonía está cambiando a ritmo acelerado”.
Sin embargo, de acuerdo con el PNUMA y la OTCA, hay indicios alentadores de que los gobiernos intentan desplegar esfuerzos por comprender y atacar los problemas reportados con medidas de mitigación de impactos.
GEO Amazonía propone varias estrategias para enfrentar los retos y llama imperiosamente a la integración de las naciones amazónicas a compartir una visión integrada; a dar prioridad a medidas ambientales, temas regionales -como la conservación de las cuencas-; diseñar estrategias de gestión de los recursos compartidos y el uso sostenible y eficiente de los ecosistemas que propician la vida; y llama, además, a robustecer la institucionalidad ambiental, la educación a todo nivel.
El informe GEO Amazonía es un último llamado de atención a los gobernantes y pobladores de la región; uno de los muchos gritos de alarma que se vienen dando en los últimos tiempos, alrededor del “bioma amazónico”, ante la indiferente sordera globalizada.
Pero al ritmo de la deforestación que allí se registra, cerca de 10 campos de fútbol de bosques tropicales por minuto, las acciones ya no pueden esperar al mañana.
La respuesta llama a actuar, demandando a las autoridades modelos de desarrollo sostenible, porque ya no están solo en riesgo la fauna o flora ni los ríos, sino la salud humana de todo un continente que necesita de esa megafábrica de aire y agua pura, que es el gran Amazonas.

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