Viabilidad de las hidroeléctricas amenazada por cambio climático





Si sus gobiernos les venden centrales hidroeléctricas como solución energética limpia para paliar el cambio climático, díganles que se informen mejor. No porque no sea energía limpia (que tampoco del todo, pues los costos ambientales de su instalación suelen ser muy grandes), sino porque en pocos años no serán viables en muchos sitios por falta de agua. Así de sencillo.
En ciertas partes del mundo, como en Perú, Ecuador, Bolivia o Colombia, por ejemplo, eso es ya una realidad. El Panel Intergubernamental contra el Cambio Climático (IPCC) considera ya la falta de agua para las hidroeléctricas como crítica en los citados países sudamericanos.
Por otra parte, es de todos sabido que los glaciares en las mayores cordilleras del mundo, desde los Alpes a Chacaltaya cerca de La Paz en medio de los Andes, pasando por el Kilimanjaro hasta los Himalaya, se están fundiendo debido al calentamiento global. En todo el mundo, más de mil millones de personas viven en áreas que a nivel hídrico beben de los glaciares.
En algunos países, como es obvio, el aporte de las hidroeléctricas a la generación de electricidad es mayor que en otros. En Suiza, por poner un ejemplo, representa el 60% del total. Algunos estudios apuntan que, para 2035, ese porcentaje se reducirá al 46% debido a la disminución de las lluvias, la pérdida de glaciares y el incremento de la demanda eléctrica.
Y ojo que los que se vanaglorian, como Francia, de contar con una sólida red de centrales nucleares, tampoco se van a salvar, pues el agua, en grandes cantidades además, es imprescindible para asegurar la refrigeración de tales instalaciones.
Por otro lado, de cumplirse las previsiones respecto al cambio climático, algunos países verán incrementada su pluviometría. Es el caso de Noruega, que ya en la actualidad produce casi del 100% de su electricidad gracias a las centrales hidroeléctricas.
Así que, como conclusión, más nos vale a la mayoría de países del mundo ponernos a pensar en cómo adaptarnos a estos cambios de una forma limpia. No es de recibo vender la hidroeléctrica como la panacea, como se hace en muchos sitios, si es una solución cuyo futuro está amenazado. Y, obviamente, no nos podemos permitir un paso atrás sustituyendo la hidroeléctrica por formas de producción energética contaminantes. Todo un reto.
Vía | www.treehugger.com
Fotografía | Naturaleza

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