Copenhague: Otra oportunidad perdida...
BBC Mundo
Pocas horas después de conocerse que Estados Unidos y cuatro de las principales economías emergentes habían llegado a un consenso en la cumbre climática de Copenhague, surgen serios reparos acerca del alcance de lo que se logró en esta reunión.
EE.UU., junto con China, India, Sudáfrica y Brasil dijeron haber alcanzado un "acuerdo significativo" en la cumbre de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se celebra en Copenhague, Dinamarca.
Pero según informa Roger Harrabin, uno de los corresponsales de la BBC en la ciudad danesa, el acuerdo logrado dista bastante de lo que esperaban la Unión Europea y la mayoría de los científicos.
Estos últimos buscaban un acuerdo legalmente exigible que mantuviera las emisiones debajo del nivel asociado con un aumento de dos grados en las temperaturas.
"No es perfecto"
Sin embargo, señala Harrabin, al final solo se consiguió que Estados Unidos y las economías emergentes ofrecieran una “vision” para reducir las emisiones al nivel de los dos grados, pero sin un derrotero claro sobre cómo llegar allá.
Al respecto de lo acordado hasta el momento, el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, dijo que “el texto que tenemos no es perfecto…” e insistió en que un “contrato” es absolutamente vital.
El texto que tenemos no es perfecto
Nicolas Sarkozy, Presidente de Francia
En cambio, Xie Zhenhua, jefe de la delegación china, dijo que “la reunión tuvo un resultado positivo, todos deberían estar contentos”.
Pero como indica Richard Black, otro de los corresponsales de la BBC en Copenhague, todavía no es clara cuál será la reacción del resto de la comunidad internacional frente a un acuerdo alcanzado por un puñado de naciones.
Fondo para pobres
Tal vez el logro más concreto, y uno por el que el primer ministro británico Gordon Brown puede reclamar crédito, es la creación de un fondo global de US$100.000 millones financiado por los países ricos para combatir el cambio climático en los países pobres, indica Harrabin.
No obstante, aclara el corresponsal, no se sabe de donde va a salir ese dinero.
Algunos críticos señalan además que esa cifra equivale apenas a la sexta parte del presupuesto militar de Estados Unidos.
La reunión tuvo un resultado positivo, todos deberían estar contentos
Xie Zhenhua, jefe de la delegación de China
Como informa el corresponsal de la BBC en Washington, Imitas Tyab, la Casa Blanca ha concedido que el acuerdo alcanzado en Copenhague es modesto, pero insiste en que puede constituirse en la base para negociaciones más ambiciosas.
El mismo presidente estadounidense Barack Obama señaló después de la reunión que “ya hemos avanzado un largo trecho, pero nos queda mucho por recorrer”.
El senador demócrata John Kerry, quien ha estado buscando la aprobación de legislación anti cambio climático en el senado estadounidense, dijo que el acuerdo patrocinado por Obama deja lista la escena para la aprobación final de legislación interna importante esta primavera.
Aunque, como recuerda Tyab, las dificultades de la economía estadounidense y el escepticismo de algunos legisladores conservadores frente al cambio climático son todavía obstáculo importante para conseguir ese objetivo.
¿Ya pasó el momento?
Grupos ambientalistas han advertido que el acuerdo conseguido es insuficiente.
Desde Copenhague, el corresponsal Roger Harrabin anticipa que Estados Unidos reclamará como éxito conseguir que los países emergentes informen sobre su progreso en la lucha contra el cambio climático.
Igualmente los dirigentes de la Unión Europea son optimistas frente al progreso que se puede lograr el año entrante. La canciller alemana Angela Merkel ya está planeando una nueva reunión para los próximos meses.
Pero, concluye Harrabin, algunos sienten que el momento para realmente actuar frente al cambio climático ya pasó.
Desilusión
Varios grupos ambientalistas expresaron su profunda desilusión. John Sauven, de Greenpeace dijo que “la ciudad de Copenhague es esta noche la escena de un crimen, en la que los culpables están escapando al aeropuerto.
No hay objetivos para los recortes de carbono y no hay acuerdo sobre un tratado legalmente vinculante”.
También hubo protestas por parte de representantes de naciones pequeñas como la isla de Tuvalu, cuyo representante calificó el acuerdo de inaceptable.
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Copenhague: al final firmaron cinco
Redacción
BBC Mundo
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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y los líderes de China, Brasil, India y Sudáfrica alcanzaron este viernes un "acuerdo significativo" en la cumbre de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se celebra en Copenhague, Dinamarca.
Obama informó que el acuerdo entre los cinco países proveerá US$30.000 millones a los países pobres durante los próximos tres años para ayudarlos a combatir el cambio climático, monto que aumentará a US$100.000 millones desde el 2020.
También se mantiene el objetivo de limitar el aumento de la temperatura terrestre a dos grados centígrados, como buscaban europeos y estadounidenses.
En rueda de prensa el mandatario estadounidense elogió el acuerdo, que aseguró supone un "avance sin precedentes", aunque reconoció que todavía "hay que hacer mucho más".
Sin embargo, estas negociaciones que finalizaron cerca de la madrugada del sábado no tienen ninguna conexión con las discusiones dentro del marco de Naciones Unidas, por lo que se esperan aún más noticias sobre la posición del resto de los líderes de las naciones presentes en Copenhague, en especial de la Unión Europea.
Por ejemplo, un portavoz de ese bloque dijo que "un acuerdo es mejor que ninguno. Lo que se pudo acordar hoy está muy por debajo de nuestras expectativas".
El silencio europeo
Obama advirtió que tomará algún tiempo alcanzar un pacto legalmente vinculante.
Las negociaciones en Copenhague se extendieron hasta bien entrada la noche de este viernes.
Previamente un diplomático estadounidense aseguró que el acuerdo "no es suficiente para combatir el cambio climático, aunque es un importante primer paso".
"Ningún país está completamente satisfecho con cada punto, pero este es un paso significativo e histórico y una base desde la cual podemos hacer progresos", señaló el diplomático.
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Copenhague: ¿cumbre inútil?
Según el corresponsal de Medio Ambiente de la BBC, Richard Black, presente en los debates que tuvieron lugar en Dinamarca, no está claro como otros países recibirán el acuerdo.
Black explicó que algunas delegaciones todavía no han tenido acceso al documento.
El corresponsal de la BBC destacó lo significativo de la ausencia de la Unión Europea en la firma del documento final, teniendo en cuenta que los líderes del Viejo Continente estaban preparados para trabajar de forma conjunta con Estados Unidos, siempre y cuando pudieran hacer oír su voz.
Finanzas y control
Había muchas expectativas entorno a la posibilidad de alcanzar un acuerdo en Copenhague.
Los líderes presentes en la Cumbre del Clima negociaron mucho más allá del tiempo que se estableció para discutir un pacto en la capital danesa, incluso, algunos como el presidente de Rusia, abandonaron el encuentro horas antes de que finalizara.
Tras conocerse algunos detalles del acuerdo, desde la organización medioambiental Greenpeace se mostraron decepcionados.
"Parece que hay pocos políticos capaces de ver más allá de su propio interés, y todavía menos que se preocupen por los millones de personas que se enfrentan a la amenaza del cambio climático", afirmó John Sauven, director ejecutivo de Greenpeace en el Reino Unido.
"Ha quedado claro que la lucha contra el cambio climático requiere un modelo de política radicalmente diferente al que han mostrado en Copenhague”, aseguró Sauven.
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CUMBRE CLIMÁTICA DE COPENHAGUE
Un tibio acuerdo para tanto calentamiento global
Obama se reunió con líderes de India, Brasil y China para salvar la
“Creo que salvaremos la cumbre porque creo en los milagros”. La frase, contundente, pronunciada por el presidente de Brasil, Luiz Inácio “Lula” da Silva, ilustraba con claridad el clima de pesimismo que se abatía anoche sobre la cumbre mundial de la ONU, que, finalmente, pudo ser superado, aunque de forma tibia.
Con la participación del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el primer ministro chino, Wen Jiabao, líderes políticos de importantes países industrializados y emergentes llegaron a un compromiso final, pero no es vinculante. El texto, que aún no se conoció, deja abiertos muchos detalles. Obama calificó el acuerdo de “sensato” y “sin precedentes” en su forma global, pero de insuficiente en la lucha contra el cambio climático. Las palabras de Lula no parecían estar muy lejos de la realidad, a tenor de las difíciles negociaciones, que se extendieron hasta la noche. Las posturas enfrentadas entre los dos grandes “contaminadores globales”, China y Estados Unidos, que suman juntos el 40% de las emisiones globales de dióxido de carbono (C02), amenazaban con poner la cumbre al borde del precipicio. Al final, hubo un magro avance para proteger el clima. El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, se mostraba sólo “moderadamente optimista”, y al salir de una reunión con otros líderes de la Unión Europea (UE) respondía a una pregunta de DPA diciendo que todavía era “pronto para dar por fracasada” esta cumbre, aunque –al final– sólo hubo una victoria limitada. La cita danesa prometía ser “histórica” hace sólo dos semanas, cuando se inició bajo una gran expectación internacional. Todos los focos estaban puestos en la capital del pequeño país nórdico donde, si se cumplían las previsiones, debían sentarse las bases para sustituir al Protocolo de Kioto, que expira en 2012. Pero mientras los políticos más pragmáticos apostaban por usar la “razón”, la diplomacia y las buenas formas, la realidad se ha impuesto y los jefes de Estado de más 120 países presentes no pudieron pergeñar un acuerdo definitivo y vinculante. Lo peor del acuerdo, gestado entre Estados Unidos, China, India y Sudáfrica, con los buenos oficios de Brasil, es que deja para enero o febrero de 2010 la fijación de objetivos de reducción de emisiones de dióxido de carbono (C02) de las naciones ricas. Además, China se sigue resistiendo a que sean organismos internacionales, por ejemplo Naciones Unidas, quienes supervisen sus emisiones de C02, como exige Estados Unidos, y Washington no hace más concesiones a sus ya anunciados recortes de emisiones: 17% en 2020 (respecto de 2005), 30% en 2025 y 42% en 2030. Toda buena historia de la filosofía suele dedicar siempre uno de sus capítulos a la Grecia clásica, y en ella al paso del “mito” al “logos”, de lo sobrenatural, de lo difícilmente explicable, a la razón. Sin embargo, a tenor de la situación de esta noche y a juzgar por la “profunda decepción” expresada por Lula, al final parece que los líderes políticos mundiales retrocedieron de la razón a lo sobrenatural, al milagro, para salir –aunque sea modestamente– del atasco. En Copenhague se necesitaba hoy un “milagro” al estilo del plasmado en la cinta Los jueves milagro (1957) del cineasta español Luis García Berlanga. Al igual que los habitantes del modesto pueblecito castellano de Fuentecilla (recreado por Berlanga) que se inventan un milagro que se “produce” de manera artificial cada jueves, la aparición de san Dimas, a los líderes del globo les vendría muy bien esa dosis de inocente optimismo que transmitía el film. Pero, ya se sabe: Copenhague no fue hoy ni Lourdes ni Fátima, sólo una ciudad helada, colapsada por la nieve. (DPA) LOS PAÍSES DEL GRUPO DE LOS 77 NO QUIEREN FIRMAR NADA. El portavoz del grupo de países en vías de desarrollo (G-77), Lubumba Di-Aping, aseguró en Copenhague que el acuerdo sellado entre Estados Unidos, China, India y Sudáfrica probablemente no será firmado por el grupo que él representa por ser producto, dijo, de una imposición de los ricos del planeta. “Con esta actitud, el presidente (de Estados Unidos Barack Obama) no establece muchas diferencias con (su antecesor) George W. Bush”, se lamentó. El acuerdo suscrito entre los líderes políticos de esos cuatro países es –dijo– “una gran violación contra los pobres y va en contra de la transparencia y participación”. “Este acuerdo redundará en una masiva destrucción de África”, subrayó. “Se trata de un acuerdo que se nos ha impuesto. Algunos países, entre ellos Sudán, no lo firmarán y basta que un país no lo suscriba para que el acuerdo quede en papel mojado”, subrayó. Por otro lado, los líderes políticos de los 25 países de mayor influencia del mundo sí aprobaron el texto para combatir el cambio climático, tras un encuentro especial celebrado en el marco de la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático en Copenhague, según informaron fuentes oficiales. El presidente de México, Felipe Calderón, opinó que el acuerdo conseguido “no es lo que muchos esperaban ni lo que el mundo necesita”. “Servirá (el acuerdo) como base para el futuro”, subrayó, en referencia a que México alberga el año que viene la XVI conferencia climática mundial.
Fuente: criticadigital.com