La manipulación de las masas por el poder mediático
Los tres sectores de la difusión de ideas y su transformación a la llegada de la revolución digital
Desde que apareció la revolución digital el poder mediático y los medios de información y comunicación, cada vez se encuentran más unidos y con menos diferencias entre sus tres sectores de la difusión de ideas:
1. La información, es decir: la prensa, las informaciones en la radio, las agencias de prensa, los noticieros de televisión, las cadenas de información continuas.
2. La comunicación, la publicidad, la propaganda. Hoy, los gobiernos comunican, las empresas comunican, tienen periódicos, radios, portavoces mediáticos, etc. La publicidad que forma parte del mundo de la comunicación es el aparato ideológico del sistema. Es abrumadora, la omnipresencia de la publicidad comercial por todos los rincones de nuestra vida. En la política la publicidad es la propaganda política.
3. El “entretenimiento”, también llamado la cultura de masas: la tele-novela, los comics, la edición literaria de masas, los best sellers, las novelas de kiosco, cine de masas (el “taquillero”, el de acción), el deporte, etc.
Por Julio García Camarero
La revolución digital se está realizado exclusivamente por instrumentos que nos ofrecen una mezcla, casi inseparable de sus tres componentes: texto, imagen y sonido. Hace unas pocas décadas sólo existían instrumentos de comunicación exclusivos de cada uno de estos componentes: para el texto estaba solo el libro; para la imagen teníamos la pintura, escultura o fotografía y para el sonido la música, la radio o el teléfono fijo; pero estos soportes ya cayeron muy en desuso. Sin embargo, hoy el teléfono (móvil), tiene sonido, pero también tiene imagen, y también texto. Además, con el televisor podemos hacer las funciones del ordenador, con el ordenador las funciones de TV y con el móvil las funciones de televisión y de difusión simétrica por internet, en la que podemos difundir imagen, sonido y texto a elección o simultáneamente, de modo universal y de forma multilateral y reciproca. El gran inconveniente es que en Internet hay cada vez más publicidad, más bulos, más “entretenimiento” vaciador de pensamiento y más violencia.
Unas pocas grandes megacorporaciones acaparan el poder de la comunicación, por ejemplo, seis compañías judías poseen la mayor parte de los medios del mundo, existe un artículo que nos haba de esto, se titula: “Seis compañías judías poseen el96% de los medios del mundo”[1]. Se suele decir que el primer poder es el poder económico-financiero y el segundo el poder mediático, que es el aparato ideológico de la globalización. Pero ambos poderes son tan interdependientes que es difícil discernir cuál de ellos es el primero. El poder mediático influye y no sólo en cuanto a la información (manipulada) que recibimos desde la prensa, la radio o la TV, sino también en el tipo de modelo de vida que debemos llevar todos. En cuanto al deporte, por ejemplo, un equipo de fútbol hoy no tiene interés deportivo, sólo interés de espectáculo que se difunde por televisión. Por eso se pagan contratos futbolísticos, como si los futbolistas fueran los protagonistas de un gran espectáculo y no como simples deportistas.
Cinco características de la información actual
Podemos discernir entre cinco propiedades o características de la información que lo son también del poder mediático.
Una primera característica de la información de hoy en día es que es algo que esencialmente se comercializa. No se trata de un discurso que tenga la misión de informar o que el ciudadano tenga una criterio cierto y acertado de la vida, sino que tiene prioritariamente una perspectiva de tipo comercial. Se compra y se vende la información, para obtener beneficios y rendimiento económico empresarial de las megacorporaciones de la información, comunicación y del entretenimiento.
Una segunda característica de la información, su desorbitada rapidez, hoy la comunicación es instantánea simultánea, es algo que imposibilita la reflexión y la elaboración profunda del pensamiento. La extrema velocidad de información de hoy en día implica necesariamente una brevedad y atomicidad del discurso (de la contracción de las ideas) e impone una comunicación casi telegráfica que con frecuencia deriva hacia impresiones o sensaciones (está aumentando la expresión sensacionalista y violenta); muchas veces se difunden o comunican sólo imágenes o bien cortísimas secuencias como desde hace tiempo se vienen practicando en los films de acción de entretenimiento norteamericanos. También se ha puesto muy de moda la narrativa corta de unas poquísimas paginas o de unas poquísimas líneas.
Una tercera característica a destacar es la enorme capacidad de difusión de la información, prácticamente universal y el que, de una forma instantánea, podamos saber lo que pasa en cualquier parte dela superficie terráquea en directo.
La cuarta característica es que para el consumista de la información “resulta ser gratuita”, porque quien paga al informador en realidad es la publicidad de las megaempresas. Hoy día, una empresa mediática vende consumidores a sus anunciantes (por ejemplo a Nike, Adidas, Ford, Nestlé, General Motors, etc.) es el número de consumidores (receptores de la publicidad) que puede ofrecer a los anunciantes. Esta facilidad de la gratuidad atrae al consumista manipulable y de está informa cae en las redes de la mediatización.
Y la última y quinta característica es la del discurso infantilizante, como aquel que en general se dirige a los niños. La mentira de los reyes magos o el Papa Noel para contentarlo y atraerlo; o la atemorización de “que viene el coco” para mantener la sumisión y obediencia. Y es que hay una diferencia entre ilustrar a los que ya saben, y dirigirse al público en general, que al no saber es más vulnerable a ser atraído y convencido con retóricos y demagógicos argumentos. Son discursos rápidos, cortos y con títulos impactantes, de discurso eufórico, para evitar el aburrimiento. Expresiones realizadas sólo mediante emociones. Un discurso con pocas ideas y palabras. Toda esta maniobra simplista se logra con un discurso infantilizante, simplista, doctrinario y dogmático.
Para combatir todo esto es necesario realizar una contrainformación, que, si pretende tener éxito y con poder de seducción, deberá tener mucho de discurso infantilizante; esto es, que no se dirija a una pequeña minoría, sino que también pueda dirigirse a las masas, pero la dificultad está en conseguir que no sea un discurso doctrinario y dogmático.
Tenemos que conseguir el triunfo de la verdad
Tenemos que conseguir el triunfo de la verdad, lograrlo no es fácil pues existe la gran dificultad de que el nivel de los medios es cada vez más vulgar, más mediocre, más insatisfactorio, como ya decía Joseph Pulitzer en 1904: “Existe una prensa mercenaria, demagógica y corrupta, que con el tiempo producirá un pueblo tan vil como ella”.
Y todo esto pese a que hoy cada vez hay más personas que han hecho estudios secundarios y superiores que nunca y que desean ser tratados como personas adultas, no como seres infantiles sin ningún criterio. No somos mariposas de la luz de neón atraídas por las mentiras iluminadas, aunque el poder mediático está consiguiendo que a las masas mediatizadas les gusten cada vez más las mentiras agradables luminosas y coloreadas “que se llevan” que las verdades que muchas veces resultan curdas e incomodas. Son mentiras fabricadas por los manipuladores de las megacorporaciones (que son las amas del mundo) que todos los años se reúnen en Davos. Mentiras creadas para explotar, de forma cada vez más infalible, los recursos materiales y humanos que se encuentran en el interior de la biosfera seriamente amenazada de colapso final.
El totalitario discurso comercial
El discurso comercial es efectivamente totalitario, es intolerable, es que nuestra libertad de ciudadano se vea constantemente limitada, por la agresión publicitaria que padecemos al conectarnos a un medio de comunicación; o, por ejemplo, sencillamente, cuando circulamos por la ciudad, en sus calles invadidas por mensajes publicitaros. Vivimos constantemente paisajes orwellianos y universalmente totalitarios al ser mensajes ya universales como por ejemplo el de la Coca-Cola. Si, el mensaje publicitario es completamente orwelliano y totalitario porque boga por imponer un modelo de vida universal (que favorezca a la globalización neoliberal), y que predica conseguirlo (y lo consigue) a través de la moda a base de la “libertad de elegir la moda”, propiciando con ello profunda merma de la auténtica personalidad.
Nota:
(1) El conglomerado de medios de comunicación más grandes hoy es Walt Disney Company cuyo presidente y CEO, Michael Eisner. Disney también posee Miramax Films, dirigido por los hermanos Weinstein. Mientras todavía tiene los derechos para Blanca Nieves, bajo Eisner la compañía se ha extendido en la producción de sexo gráfico y violencia. La subsidiaria de cable de ABC, ESPN, es encabezada por el presidente y CEO Steven Bornstein. Esta corporación también tiene una porción controlando compañías de cable Lifetime Television y Arts&Entertainment Network. ABC Radio Network posee once AM y 10 estaciones FM. La subsidiaria de Time Warner, es la red de cable de TV de paga más grande del país, HBO.-Warner Music es la compañía de grabación más grande del mundo, con 50 etiquetas, la más grande de las cuales que es Warner Brothers Records. Fuente: http://lohicimosaposta.wordpress.com/2010/01/02/retrospectiva-seis-companias-judias-poseen-96-de-los-medios-del-mundo/
Julio García Camarero es doctor en Geografía por la Universidad de Valencia, ingeniero técnico forestal por la Universidad Politécnica de Madrid, exfuncionario del Departamento de Ecología del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias y miembro fundador de la primera asociación ecologista de Valencia, AVIAT
Fuentes: Rebelión