¿5 gigatoneladas, la brecha entre lo indicado por la ciencia climática y las reducciones actuales luego de Copenhague?
Un nuevo informe dirigido por el PNUMA explica las probabilidades de mantener el incremento en la temperatura global por debajo de los 2 grados Celsius en el siglo 21.
Las naciones tienen la oportunidad de asumir casi el 60 por ciento de las reducciones de emisiones necesarias para mantener la temperatura global por debajo de un incremento de 2°C.
Lo anterior sucederá sólo en el caso de que las promesas hechas el año pasado en Copenhague se cumplan plenamente.
Estas son algunas de las conclusiones de un nuevo informe compilado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y elaborado conjuntamente por más de 30 destacados científicos de numerosos centros de investigación internacionales.
El informe fue convocado en colaboración con el European Climate Foundation y el Instituto Nacional de Ecología de México.
Los resultados, dados a conocer previo a la reunión de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Cancún, México, centra la atención en el tamaño de la "brecha de emisiones” con respecto a dónde las naciones podrían estar en 2020 frente a donde la ciencia indica que es necesario que se ubiquen.
El Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, dijo: "Animo a todas las Partes a que hagan honor a sus promesas nacionales de mitigación, y a seguir avanzando en las negociaciones, así como en la intensificación de los esfuerzos sobre el terreno para reducir las emisiones. No hay tiempo que perder. Al cerrar la brecha entre la ciencia y los niveles de ambición actuales, podemos aprovechar la oportunidad para marcar el comienzo de una nueva era de prosperidad baja en carbono y de desarrollo sostenible para todos."
Se estima que, con el fin de tener una oportunidad "probable" y costo-efectiva de que las temperaturas se mantengan en 2ºC o menos durante el siglo 21, las emisiones globales tendrán que haber alcanzado su máximo en los próximos 10 años y estar alrededor de 44 gigatoneladas[1] de CO2 equivalente en 2020.
El informe, cuya elaboración fue encabezada por el Jefe Científico del PNUMA, considera que:
- Bajo un escenario “business as usual”, las emisiones anuales de gases de efecto invernadero podrían estar en alrededor de 56 gigatoneladas de CO2 equivalente en 2020. Como punto de referencia, las emisiones mundiales se estimaron en alrededor de 48 gigatoneladas en 2009.
- La plena aplicación de las promesas e intenciones asociadas con el Acuerdo de Copenhague, podría, en el mejor de los casos identificado por el grupo, reducir las emisiones a alrededor de 49 gigatoneladas de CO2 equivalente para 2020.
- Esto dejaría una brecha de alrededor de 5 gigatoneladas de CO2 equivalente que debe ser cerrada durante la próxima década, una cantidad equivalente a las emisiones de todos los coches, autobuses y camiones del mundo en 2005.
- En el peor de los casos identificados en el informe -en el que las ambiciones de los países son bajas y las normas de rendición de cuentas establecidas por los negociadores son más laxas que estrictas- las emisiones podrían alcanzar las 53 gigatoneladas en 2020, sólo ligeramente inferior a las proyecciones en el escenario de “business as usual”.
Achim Steiner, Subsecretario General de Naciones Unidas y Director Ejecutivo del PNUMA, dijo: "Los resultados indican que la reunión de Naciones Unidas en Copenhague podría probar haber sido más un éxito que un fracaso si se cumplen todos los compromisos, las intenciones y la financiación, incluyendo el dar pleno apoyo a las metas de las economías en desarrollo".
"Hay una brecha entre la ciencia y los niveles actuales de ambición. Pero, lo que este informe demuestra es que en este momento las opciones sobre la mesa de las negociaciones puede hacernos llegar a casi el 60 por ciento del camino. Este es un buen primer paso"
El Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México, Juan Rafael Elvira, agregó que "el nivel de esfuerzo expresado en el Acuerdo de Copenhague, en términos de reducción de emisiones, es casi tres veces mayor a lo que se logró con el Protocolo de Kyoto, que es por sí mismo muy positivo y muestra una cierta mejora. Sin embargo, es necesario formalizar y, si es posible, aumentar los compromisos actuales y traducirlos en compromisos por parte de los países desarrollados y en acciones reconocidas por parte de los países en desarrollo".
Además, el informe muestra que la forma en que las promesas son implementadas -en otras palabras cómo, por ejemplo, las normas de rendición de cuentas que se establecen a través de las negociaciones- puede ser casi tan importante como las cifras de los propios compromisos. En otras palabras, las normas que sustentan las emisiones importan tanto como las promesas.
"Esto deja una brecha de unas 5 gigatoneladas de CO2 equivalente, un vacío que podría ser salvado por un mayor nivel de ambición con relación al CO2 por parte de los países desarrollados y en desarrollo, que podría ser complementada por la acción sobre una serie de contaminantes conocidos como contaminantes no- CO2 como el metano de los residuos y el carbono negro de la quema ineficiente de biomasa y residuos animales, "dijo el Sr. Steiner.
Christiana Figueres, Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), dijo: "El informe subraya tanto la viabilidad de la reducción de emisiones como la importancia de la cooperación internacional para elevar el actual nivel de ambición, que resulta inadecuado. Los gobiernos que se reunirán en la Conferencia sobre el Clima de la ONU en Cancún, tendrán que sujetarse a las promesas que hicieron en Copenhague en el contexto de la ONU y trabajar con rapidez para acordar las formas para reducir las emisiones a fin de que el mundo tenga la oportunidad de permanecer por debajo de un aumento de 2 grados Celsius en la temperatura."
PNUMA Oficina Regional para América Latina y el Caribe www.pnuma.org