Los grandes depredadores resultan más vulnerables a los cambios ambientales





Fuente: Eroski

Las alteraciones ambientales, como la caza excesiva y el cambio de hábitat, hacen mucho más vulnerables a los grandes depredadores que a las especies más pequeñas porque tienen que realizar más esfuerzos para encontrar su alimento. Es la conclusión de un estudio de la Universidad de Durham, en Reino Unido, que se publica en la revista "Biology Letters".
Los científicos emparejaron estudios de poblaciones de depredadores con la abundancia de sus presas y descubrieron que las especies más grandes, como leones, tigres u osos polares, tienen declives mucho mayores en su población debido a una disminución en las existencias de sus alimentos que las especies más pequeñas, como comadrejas o tejones. 

Tras revisar estudios de 11 especies de carnívoros (comadrejas, zorro ártico, lince canadiense, tejón europeo, coyote, lobo, leopardo, hiena moteada, león, tigre y oso polar), los investigadores sugieren que la vulnerabilidad de las especies más grandes podría estar vinculada a los mayores costes energéticos de ser grande. La robustez y mayor tamaño de estas especies, que están bien adaptadas para cazar grandes presas, podría convertirse en un inconveniente cuando los tiempos son difíciles, las presas son escasas y los individuos tienen que trabajar más para encontrar su próxima comida. 

"Descubrimos que las especies más grandes exhibían una disminución entre cinco y seis veces mayor de forma relativamente abundante en respuesta a una disminución en sus presas", explica Phillip Stephens, responsable del estudio. "Es difícil ser un gran depredador en búsqueda de comida a través de extensas áreas. La aparente vulnerabilidad de tigres y osos polares a las reducciones de la disponibilidad de presas podría estar vinculada a los costes energéticos de ser un gran carnívoro", añade Stephens. 

Esta investigación tiene importantes implicaciones para la conservación de las grandes especies de carnívoros, que parecen ser muy vulnerables a las amenazas al ambiente y los cambios en la abundancia de sus presas. Chris Carbone, coautor del estudio, indica que el trabajo ayuda a comprender por qué los grandes carnívoros son particularmente sensibles a las alteraciones ambientales y por qué la protección y conservación de su hábitat y de sus presas son tan importantes para las iniciativas globales para salvar a los grandes carnívoros en la naturaleza.

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Los felinos adaptan con rapidez su camuflaje

Las rayas y manchas del pelaje de los felinos evolucionan con rapidez, dando lugar a una variedad de patrones que ayudan a estos animales a camuflarse en su hábitat, según sugiere un estudio de la Universidad de Bristol en Reino Unido que se publica en la revista 'Proceedings of the Royal Society B'.


Los investigadores examinaron las marcas de los costados de 35 especies de felinos salvajes para comprender qué dirige la evolución de sus variaciones. Los científicos registraron diferencias detalladas en la apariencia visual de los felinos al vincularlos a un modelo matemático de desarrollo de patrones. 

Los científicos descubrieron que los felinos que vivían en hábitats densos, en los árboles, y se encontraban activos bajo condiciones de luz reducida, eran más propensos a desarrollar patrones complejos o particularmente irregulares. Esto sugiere que los aspectos detallados de los patrones evolucionaron para el camuflaje. El análisis de la historia evolutiva de los patrones muestra que pueden evolucionar y desaparecer relativamente rápido. 

La investigación también explica por qué, por ejemplo, los leopardos negros son comunes pero se desconocen guepardos negros. A diferencia de los guepardos, los leopardos viven en una amplia variedad de hábitats y tienen patrones de conducta variados. La existencia de varios nichos ambientales que diferentes individuos de la especie pueden explotar, permite que los colores atípicos y patrones se vuelvan estables dentro de una población. 

Aunque los investigadores establecieron un vínculo claro entre el ambiente y los patrones, el estudio también subraya algunas anomalías. Por ejemplo, los guepardos han desarrollado o mantenido patrones con manchas a pesar de la preferencia fuerte por los hábitats abiertos, mientras que numerosos felinos, como el gato de bahía y el gato de cabeza plana tienen pelajes lisos a pesar de su preferencia por ambientes cerrados. Los motivos para ello aún se desconocen. 

El estudio también mostró cómo pocas especies de felinos tienen rayas verticales. De las 35 especies examinadas, sólo los tigres siempre tenían patrones verticalmente alongados y estos patrones no estaban asociados con un hábitat de pastos como podría esperarse. Sin embargo, los tigres parecen camuflarse muy bien por lo que se plantea la cuestión de por qué las rayas verticales no son más comunes en felinos y otros mamíferos. 

Según señala Will Allen, responsable del estudio, "el método que hemos desarrollado proporciona información sobre los patrones en los felinos a muchos niveles de explicación y estamos aplicándolo a otros grupos de animales".

Fuente: ECOticias

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