Aire acondicionado con nieve
Autor: ALEX FERNÁNDEZ MUERZA
Hacer del defecto una virtud, o de las grandes nevadas invernales un sistema de aire acondicionado en verano. Hospitales, aeropuertos, almacenes de alimentos, parques o aparatos informáticos utilizan este sistema en Japón o Suecia. Sus responsables almacenan la nieve y aprovechan el frío y el agua derretida en los meses más cálidos. El sistema logra importantes ahorros en electricidad y combustible y reduce la emisión de gases nocivos para el medio ambiente, como el dióxido de carbono (CO2).
El hielo y la nieve se han aprovechado desde hace siglos para conservar los alimentos o elaborar helados. Hasta hace no muchos años, las fresqueras de las casas o los neveros excavados en los montes cercanos de las ciudades eran comunes. Con la llegada de la electricidad y los electrodomésticos a los hogares, estos sistemas pasaron a la historia. La isla de Hokkaido, al extremo norte de Japón, ha recuperado la idea para adaptarla a los nuevos tiempos. Bibai, una ciudad de 30.000 personas ubicada en esta isla, sufre todos los años grandes nevadas capaces de superar los ocho metros de espesor. Para hacer frente a este problema, y de paso sacarle rendimiento, se diseñó el denominado "proyecto de enfriamiento de nieve". El objetivo de sus impulsores, un consorcio de investigación de científicos, empresarios y el Gobierno, es utilizar toda esa enorme cantidad de nieve como "combustible" en verano para los aparatos de aire acondicionado. Aprovechar una tonelada de nieve evita el consumo de diez litros de petróleo y la emisión de 30 kilos de CO2
La idea consiste en retirar la nieve en almacenes o naves industriales recubiertas de aislamiento térmico durante el invierno para aprovechar su baja temperatura (entre cero y cuatro grados centígrados) en verano. De esta manera, se convierte en una gigantesca nevera para conservar todo tipo de productos alimentarios, como el arroz. Además, la bodega se puede ubicar al lado de grandes viviendas, hospitales, hoteles u oficinas. El sistema canaliza y filtra el aire frío que emana de la superficie de la nieve y el agua fresca al derretirse. En la actualidad, más de cien instalaciones, como colegios, un complejo residencial, un hogar comunitario para ancianos o un centro de salud utilizan esta tecnología en esta isla japonesa. Sus responsables explican que es más ecológico y económico que los convencionales por varios motivos. Al conservar la nieve, se evita el trabajo de derretirla y, con ello, la utilización de sal o de otros remedios perjudiciales para el medio ambiente. El sistema no utiliza combustibles fósiles ni gases perjudiciales para la capa de ozono, como los CFC, presentes hasta su prohibición en los aparatos de aire acondicionado convencionales. Según sus responsables, aprovechar una tonelada de nieve evita el consumo de diez litros de petróleo y la emisión de 30 kilos de CO2 a la atmósfera. Si se estima que la ciudad utiliza una media anual de 4.500 toneladas, se ahorra el equivalente a 45.000 litros de petróleo y 135.000 kilos de CO2. Aeropuertos, parques y data centers El sistema se ha extendido a otros lugares emblemáticos de Hokkaido. El nuevo aeropuerto de Chitose tiene previsto ponerlo a pleno rendimiento a lo largo de este año. La nieve se reutilizará durante el invierno para proveer de aire acondicionado y agua fría a sus instalaciones en los meses más cálidos. Con la medida, sus gestores esperan prevenir la emisión de 2.100 toneladas de CO2 al año. La iniciativa se incluye en el comercio de emisiones de Naciones Unidas. Este plan permite a los países más desarrollados, como Japón, el cuarto país con mayores emisiones de CO2 del mundo, la compra de créditos para proyectos tecnológicos que suponen la reducción de estas emisiones. Un data center de tamaño medio ahorraría en 20 años unos 80 millones de euros con este sistema
El parque Moerenuma, ubicado en Sapporo, la capital de Hokkaido, utiliza el aire acondicionado con nieve desde junio a septiembre en uno de sus edificios estrella, su pirámide de cristal. Su autor, el arquitecto Isamu Noguchi, concibió el parque como una "escultura completa" que incluye zonas de juego, una playa, una montaña, una fuente y la citada pirámide. El sector de las nuevas tecnologías podría ser otro de los beneficiados. Las compañías NEC, IBM, Fujitsu e Hitachi han creado un grupo de investigación, el Hokkaido Green Energy Data Center, para construir un centro de procesamiento de datos (data center) en Ishikari (Hokkaido) que incluya refrigeración con nieve. Estos aparatos, de grandes dimensiones, destinan casi la mitad de la electricidad total que consumen en evitar su recalentamiento. Según estimaciones del grupo, un centro de procesamiento de datos de tamaño medio con este sistema sería capaz de reducir el gasto de electricidad para refrigerarse en un 69% durante los meses de invierno y un 90% en los meses más cálidos. En un periodo de 20 años, el ahorro se traduciría en unos 80 millones de euros. Si el plan se hace realidad, podría convertirse en una referencia para otros data centers de todo el mundo. La empresa japonesa Denso, especializada en la fabricación de piezas de automóvil, anunciaba también su intención de utilizar este sistema en sus instalaciones de Hokkaido. La planta fabrica componentes electrónicos para estabilizar los movimientos de los coches y demanda mucha energía para mantener la temperatura en condiciones óptimas. La decisión forma parte de otras medidas para proteger el medio ambiente y ahorrar costes en esta empresa. Sus responsables han incluido aerogeneradores o un sistema de energía mini hidráulico. Suecia también lo utiliza Hokkaido no es el único en utilizar este sistema. El Hospital de Sundsvall, en Suecia, acciona su sistema de aire acondicionado en verano gracias al almacenamiento de 60.000 metros cúbicos de la abundante nieve que se amontona en sus alrededores durante el invierno. Su responsable, Kjell Skogsberg, realizó una tesis doctoral sobre este sistema y creó la empresa Snowpower, con la que pretende extender esta tecnología al resto de su país y hacer negocio. En el caso del Hospital de Sundsvall, se utiliza una combinación de nieve natural y artificial.