No queremos REDD: Incluir a los bosques en las iniciativas de compensación de carbono es perjudicial y distrae la atención de las soluciones reales al
Por Otros Mundos, A.C.
La deforestación es responsable de alrededor de un quinto de las emisiones de carbono anuales y debe detenerse. Pero puede evitarse mediante el financiamiento de proyectos comunitarios de bosques que apoyen los derechos de la tierra de las comunidades que viven en los bosques y combatiendo el aumento de la producción de agrocombustibles y los niveles de consumo insustentables (por ejemplo, de papel y carne), en particular en los países desarrollados. Ni el mecanismo de mercado de Reducción de las emisiones por la deforestación y degradación de los bosques (REDD), ni sus versiones REDD+ y REDD++, pueden ser soluciones reales, y sólo son parches del que sacar tajada desde las corporaciones, sin abandonar el sistema de producción, transporte y consumo, que es el que realmente está acabando con el planeta.
Desde Otros Mundos AC/Chiapas – Amigos de la Tierra México, que estará presente en Cancún en la COP16, expresamos que:
Comercializar a los bosques no debe formar parte de un acuerdo internacional justo para combatir el cambio climático. Incluir a los bosques en las iniciativas de compensación de carbono no funciona, distrae la atención de las medidas reales para reducir las emisiones y evitar la deforestación, y amenaza a los Pueblos Indígenas y las comunidades locales que dependen de los bosques para su supervivencia.
Hace unos días, el gobernador de Chiapas, Juan Sabines, firmó con el gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, un acuerdo para iniciar un mercado de compraventa de bonos de carbono, "con esfuerzos concentrados en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero causados por la deforestación y la degradación de tierras –conocida como REDD–". También lo firmó el gobernador de Acre, Brasil. Se ponen así los bosques al servicio del American way of life. Y esto lo pretenden formalizar los representantes políticos en la COP16 de Cancún a nivel global.
“La crisis ecológica, de la cual es parte el calentamiento global, está mostrando de forma palpable un principio esencial que ha sido defendido durante milenios por los pueblos originarios e indígenas en todo el mundo: que los seres humanos somos parte de un sistema interdependiente de plantas, animales, cerros, bosques, océanos y aire que requiere de nuestro respeto y cuidado. Ese sistema es el que denominamos Madre Tierra. “La tierra no pertenece al hombre, sino el hombre pertenece a la tierra.” La Tierra no es un conjunto de cosas de las cuales nos podemos apropiar, sino que es un conjunto de seres naturales con los cuales debemos aprender a convivir en armonía y equilibrio respetando sus derechos.” (Declaración Especial de los Derechos de la Madre Tierra, oct09)
Un mecanismo de mercado para reducir emisiones a partir de la deforestación y la degradación en los países en desarrollo (conocido como REDD y que está siendo negociado actualmente en la CMNUCC) permitiría a los países desarrollados compensar sus emisiones mediante la compra de créditos de carbono de bosques en los países en desarrollo.
Incluir a los bosques en las iniciativas de compensación de carbono permite a los países desarrollados comprar bosques mientras continúan contaminando. Es ineficaz, peligroso y perjudicará los esfuerzos de detener el cambio climático y la deforestación. Un mecanismo de mercado como tal, no ofrecería un marco justo o adecuado para la protección de los bosques.
El desastre de REDD
Comprar bosques para evitar que sean talados puede simplemente llevar la deforestación a otra parte y provocar acaparamiento de tierras a expensas de las vidas de las comunidades y los Pueblos Indígenas que dependen de los bosques. Más de 1.600 millones de personas dependen de los bosques, entre ellas 60 millones de Pueblos Indígenas que son totalmente dependientes de los bosques para su sustento, alimento, medicina y materiales de construcción. Incluir a los bosques en los mercados de carbono probablemente provocará acaparamiento de tierras – dejando a estas comunidades luchando por su supervivencia. Esto sería un desastre.
No hay garantía de que la compra de bosques se traducirá en menores emisiones de carbono.
Debido a que la propuesta permite que las plantaciones se consideren bosques, el financiamiento de REDD podría ser utilizado para reemplazar a los bosques con grandes plantaciones de monocultivos. Las plantaciones y los bosques son dos cosas completamente diferentes.
Las plantaciones tienen impactos sociales y ambientales terribles, por lo que deben ser excluidos de las negociaciones de clima de la ONU. Asimismo, las plantaciones tan sólo almacenan en el mejor de los casos un 20 por ciento del carbono de los bosques intactos, entonces esto reduciría el impacto de REDD en la reducción de las emisiones de carbono. Y reemplazar a los bosques con plantaciones puede tener impactos sociales y económicos devastadores en quienes viven en los bosques y dependen de ellos para su alimento, refugio y medicinas.
Deforestar menos, sí, pero...
Sabemos que la deforestación es responsable de alrededor de un quinto de las emisiones de carbono anuales y debe detenerse. Pero puede evitarse mediante el financiamiento de proyectos comunitarios de bosques que apoyen los derechos de la tierra de las comunidades que viven en los bosques y combatiendo el aumento de la producción de agrocombustibles y los niveles de consumo insustentables (por ejemplo, de papel y carne), en particular en los países desarrollados. Las medidas para combatir la deforestación por lo tanto deberían combinarse con políticas e iniciativas para reducir el consumo excesivo y proteger a los bosques de los impactos de la producción de agrocombustibles (tanto conversión como impactos indirectos), pero no mediante el mecanismo REDD.
Ni el mecanismo de mercado de Reducción de las emisiones por la deforestación y degradación de los bosques (REDD), ni sus versiones REDD+ y REDD++, pueden ser soluciones reales, y sólo son parches del que sacar tajada desde las corporaciones, sin abandonar el sistema de producción, transporte y consumo, que es el que realmente está acabando con el planeta.
Además, cargar en el sur y sus comunidades las responsabilidades de los países y empresas del norte de emisiones de gases y contaminación es una burla y un desprecio por la Justicia. Si además, para ser políticamente correctos y acallar las voces críticas, introducen en estos mecanismos de mercado artículos que hablan de “consultas a los pueblos