Agujero en la capa de ozono amenaza el norte de Rusia
Konstantín Bogdánov
Sobre el Polo Norte por la primera vez en la Historia se registró una reducción récord del contenido de ozono en las capas altas de la atmósfera, informa a través de la revista Nature un grupo de investigadores. Parte de los territorios del Norte de Rusia podría encontrarse en zona de riesgo.
Alarmante estado de la capa de ozono en las regiones del Norte
Nuestro planeta se está enfrentando a la formación sobre las tierras árticas de un agujero en la capa de ozono de unos 2 millones de km2 de superficie, se señala en un artículo en la revista Nature que resume los resultados de los estudios de la capa de ozono sobre el Polo Norte. A diferencia del agujero sobre Antártida, cuya existencia se conoce desde 1985, el agujero potencial sobre el Ártico es capaz de afectar a las zonas densamente pobladas, incluida una parte del territorio ruso.
El grosor de la capa de ozono sobre las tierras árticas varía con regularidad. No obstante, en 2011 se ha hablado por primera vez de unas pérdidas del ozono comparables con las que se producen sobre Antártida, donde se formó y se mantiene durante varias décadas un agujero permanente. En invierno de 2011 las pérdidas del ozono en el hemisferio norte duplicaron los índices récord de 1996 y 2005.
Los científicos se mostraron alarmados en primavera de 2011. “La región ártica sufrió pérdidas del 40% del ozono en el período entre principios del invierno y finales de marzo. El mayor deterioro de la caza del ozono anteriormente registrado equivalía al 30% en todo el período invernal”, manifestó en abril de 2011 la Organización Meteorológica Mundial.
Ya no se está hablando de variaciones que dependen de la temporada, sino de un grave daño de la capa protectora del planeta y del peligro de la formación de un agujero en la capa de ozono. “Nos hemos visto obligados a plantear este problema así”, subrayó el investigador Neil Harris de la Universidad de Cambridge.
Las estaciones de control del Norte de Europa y de la parte europea de Rusia están registrando un cierto aumento de la radiación ultravioleta, hecho que de momento no conlleva peligro alguno, pero representa, sin embargo, una tendencia bastante alarmante.
Si a lo largo de muchos años la situación no cambia y el agujero sigue creciendo, podría llegar a amenazar a los habitantes del norte de Rusia y de los países escandinavos con un aumento de casos de cáncer de la piel y de cataratas.
La culpa es del frío
A diferencia del agujero permanente sobre Antártida, el grosor de la capa de ozono sobre las tierras árticas varía considerablemente. Los científicos creen que esta fluctuación brusca de la concentración de ozono podría deberse a una zona inusualmente fría que se iba formando a grandes alturas del hemisferio norte a lo largo de varios inviernos seguidos.
Los científicos temen que la situación podría empeorar: los cambios climáticos de los últimos años hacen que las oscilaciones de temperaturas por estaciones del año sean más fuertes. Por lo tanto, unas temporadas de frío invernal sin precedentes son capaces de acarrear nuevos récords del adelgazamiento de la capa de ozono sobre el Polo Norte.
“Dado que los factores que propician este adelgazamiento vertiginoso de la capa de ozono se siguen registrando, estamos a la espera de unas mayores pérdidas de ozono”, manifiesta Marcus Rex, investigador de la Unidad de estudios polares y marinos de Potsdam.
Los freones desaparecen, pero a un ritmo muy lento
La causa principal de la destrucción de la capa de ozono son, en opinión de los científicos, las actividades del hombre, en concreto, las emisiones industriales de los freones. Al subir a las capas altas de la atmósfera estas sustancias se desintegran bajo el efecto de la luz ultravioleta y liberan átomos de cloro y bromo que se consideran en la actualidad los principales “enemigos” de la capa de ozono.
Las emisiones masivas de los freones a la atmósfera hicieron empeorar hasta tal punto el estado de la capa protectora de la Tierra, que en 1987 se redactó y se formó el llamado “Protocolo de Montreal” que introducía una serie de importantes limitaciones para la producción de un número de sustancias químicas que dañaban la capa de ozono.
Se consiguió una estabilización parcial de la situación, no obstante, parece imposible limpiar la atmósfera de la contaminación ya existente, sólo queda esperar que el proceso se realice de manera natural. Al mismo tiempo, habría que evitar contaminar la atmósfera.
Según las estimaciones cautelosas de los expertos, el agujero en la capa de ozono sobre Antártida empezará a desparecer en la segunda mitad del siglo XXI. La atmósfera sobre las tierras árticas podría alcanzar el estado de los años 70 del siglo pasado algo antes: en unos 20 ó 30 años.
RIA NOVOSTI
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Un agujero de una dimensión equivalente a cinco veces la superficie de Alemania se abrió en la capa de ozono sobre el Ártico, igualando por primera vez al que existe sobre la región antártica, anunciaron este domingo los científicos.
Provocado por un frío excepcional en el Polo Norte, este agujero récord se desplazó durante unos quince días sobre Europa del Este, Rusia y Mongolia, exponiendo en algunos casos a las poblaciones a niveles elevados de radiaciones ultra-violetas, agregaron.
El ozono, una molécula compuesta de tres átomos de oxígeno, se forma en la estratosfera donde filtra los rayos ultravioletas que dañan la vegetación y pueden provocar cáncer de la piel o cataratas.
Este escudo natural es atacado regularmente a nivel de los polos en invierno y primavera, en parte debido a los compuestos conteniendo cloro (clorofluorocarbonos o CFC) utilizados por el hombre en los sistemas de refrigeración o los aerosoles.
La producción de CFC es ahora casi nula, gracias al protocolo firmado en 1985 en Montreal.
El frío intenso sigue siendo el factor principal de la destrucción del ozono. Por efecto del frío, el vapor de agua y las moléculas de ácido nítrico se condensan para formar nubes en las capas bajas de la estratosfera. En esas nubes se forma cloro el cual finalmente provoca la destrucción del ozono.
Habitualmente, el agujero en la capa de ozono es mucho más importante en la Antártica que en el Ártico pues allí hace mucho más frío. Las mediciones efectuadas hasta ahora en el Polo Norte indican que la disminución de ozono es muy variable y mucho más limitada que en el hemisferio sur.
Observaciones de satélites efectuadas entre el invierno de 2010 y la primavera de 2011 mostraron sin embargo que la capa de ozono había sido afectada a una altura comprendida entre 15 y 23 kilómetros.
La pérdida más importante - más de 80% - fue registrada entre los 18 y los 20 kilómetros de altura.
"Por primera vez, la disminución fue suficiente para que se pueda hablar razonablemente de agujero en la capa de ozono en el Ártico", estima el estudio publicado el domingo en la revista científica británica Nature.
El responsable es un fenómeno conocido como "vortex polar", un ciclón masivo que se produce en cada invierno en la estratosfera ártica y que el año pasado nació debido a un frío extremo, explicó a la AFP Gloria Manney, del Jet Propulsion Laboratory, en California (Estados Unidos).
"La destrucción del ozono comenzó en enero, luego se aceleró a un punto tal que las concentraciones de ozono en la región del vortex polar eran bien inferiores que el año pasado", dijo.
Valores particularmente bajos fueron observados "durante 27 días en marzo y a comienzos del mes de abril, en una superficie de más o menos dos millones de kilómetros cuadrados, es decir unas cinco veces Alemania o California", precisó la científica.
Una cifra equivalente a la destrucción del ozono en la Antártica a mediado de los años 80.
Durante el mes de abril durante unos quince días, el vortex se desplazó hacia regiones más densamente pobladas de Rusia, de Mongolia y de Europa del Este.
Mediciones efectuadas a nivel del suelo indicaron "valores desacostumbradamente elevados" de radiación ultravioleta antes de que el vortex se disipara, según Gloria Manney
AFP
milenio.com