El ejército desnudo de Femen
En Occidente y en Oriente. Cada grupo Femen ha surgido en culturas diversas, con sistemas políticos distintos y diferentes religiones. Pero todas tienen una lucha común: la propia razón de ser mujer. Esta semana han dado una conferencia en la Universidad de Sevilla
MARIBEL GARCÍA LAFUENTE / Sevilla
La prostitución, el tráfico de personas -principalmente mujeres para la explotación sexual-, las violaciones, la violencia de género, la discriminación laboral, tratos vejatorios por la condición del género y un largo etcétera. Son los motivos que impulsaron la creación de Femen. Esta semana, la activista ucraniana Inna Shevchenko y la española Lara Alcázar, que protagonizaron la protesta en el Congreso contra la ley del aborto que prepara el PP, dieron una conferencia en la Universidad de Sevilla donde explicaron el fundamento de su lucha en diferentes países.
En Occidente y en Oriente. Cada grupo Femen ha surgido en contextos diferentes, en culturas diversas, con sistemas políticos distintos y diferentes religiones. Sin embargo, todas las mujeres que se han decantado por este método de reivindicación han tenido una razón común: la propia razón de ser mujer.
En este mundo en que vivimos, la historia, la religión, la política y la economía, entre otras muchas esferas de nuestra vida, están regidas, pensadas y repensadas por hombres. Y eso inequívocamente es cierto. Ante esa visión machista y el sistema patriarcal imperante, las activistas de Femen deciden combatir y reinventar el pensamiento colectivo. Es una tarea verdaderamente ardua, pues nuestra mente y nuestra moral están configuradas con patrones prefijados, anquilosados, casi fósiles. Por tanto, sus reivindicaciones pueden considerarse o bien provocadoras o bien utópicas, pero en ningún caso dejan indiferente a nadie.
Ambas conferenciantes manifestaron su firmeza ante los objetivos que querían alcanzar y por los que arriesgan su integridad física y su libertad. Desde el público recalcaron su buen uso del código y de conceptos; sabían muy bien qué palabras utilizar y cómo hacerlo y no se mostraron inseguras en ningún momento.
Hubo también preguntas sobre su modo de acción. El desnudo para ellas es una forma de despojarse del estigma que tiene el cuerpo de la mujer, el que siempre ha estado desmembrado (tenemos un útero para parir, una boca para callar, unos oídos para recibir las órdenes y deseos del hombre que está a nuestro lado) y el que siempre ha sido objeto de tabúes, de la moral, de las buenas costumbres y se ha buscado tapar, ocultar, “proteger”. De esta forma, el cuerpo es su arma, lo más preciado y sobre el que tenemos todas las mujeres la decisión y el voto.
Este es un punto crucial en la línea de Femen, pues en el cuerpo y en el derecho de las mujeres a decidir sobre él se basa la reivindicación de que sean las mujeres, y no los hombres, las que postulen las leyes y decretos que atañen exclusivamente a la mujer, su salud y su integridad física.
Probablemente, lo que distinga más a Femen de otros grupos feministas sea su impronta de lucha activa en las calles. Es lo que ellas llaman el sextremismo. Buscan sacar el debate y las reflexiones de organizaciones y clubes feministas a la calle, compartirlo y expresar sus desacuerdos y objetivos ante el resto de la sociedad. Así demuestran que las mujeres se posicionan políticamente y tienen también necesidades políticas.
LA RELIGIÓN
Un punto que recalcó particularmente Inna Shevchenko fue la religión. Claramente, admiten su respeto ante todas y cada una de las religiones que existen. Sin embargo, no toleran que la religión se inmiscuya en decisiones que están totalmente fuera de su ámbito. ¿Qué potestad tiene un hombre a quien su religión le prohíbe estar y tener relaciones con una mujer para decidir si las mujeres deben o no abortar, o casarse, en el caso del cristianismo? Dios es hombre. Se le ha hecho hombre desde los inicios de la humanidad y simplemente por ello la mujer no es más que una costilla.
Shevchenko no concibe que se tilde al feminismo de algo más, como por ejemplo, cuando se habla de “feminismo islámico”. Se pregunta por qué para ser feminista tienes que ser otra cosa; además, por qué la religión sigue junto a la mujer cuando es el sistema más opresor para nosotras.
Estemos de acuerdo o no con algunos de los principios de Femen, parece claro que sus acciones y su lucha son de una valentía y una integridad indiscutibles. Creen en ellas, en las mujeres y en su capacidad de combatir todo el sistema de la sociedad para conseguir el cambio.Hoy, en pleno siglo XXI, en Occidente, donde pensamos que teníamos ganadas todas las batallas de igualdad de género, de empoderamiento de la mujer, del Estado del bienestar, la lucha de Femen es tildada de revolucionaria en las sociedades conservadoras y rompen antiguos esquemas.
Imagen: Una protesta de Femen. // Femen.org - Publicado en publico.es.com
MARIBEL GARCÍA LAFUENTE / Sevilla
La prostitución, el tráfico de personas -principalmente mujeres para la explotación sexual-, las violaciones, la violencia de género, la discriminación laboral, tratos vejatorios por la condición del género y un largo etcétera. Son los motivos que impulsaron la creación de Femen. Esta semana, la activista ucraniana Inna Shevchenko y la española Lara Alcázar, que protagonizaron la protesta en el Congreso contra la ley del aborto que prepara el PP, dieron una conferencia en la Universidad de Sevilla donde explicaron el fundamento de su lucha en diferentes países.
En Occidente y en Oriente. Cada grupo Femen ha surgido en contextos diferentes, en culturas diversas, con sistemas políticos distintos y diferentes religiones. Sin embargo, todas las mujeres que se han decantado por este método de reivindicación han tenido una razón común: la propia razón de ser mujer.
En este mundo en que vivimos, la historia, la religión, la política y la economía, entre otras muchas esferas de nuestra vida, están regidas, pensadas y repensadas por hombres. Y eso inequívocamente es cierto. Ante esa visión machista y el sistema patriarcal imperante, las activistas de Femen deciden combatir y reinventar el pensamiento colectivo. Es una tarea verdaderamente ardua, pues nuestra mente y nuestra moral están configuradas con patrones prefijados, anquilosados, casi fósiles. Por tanto, sus reivindicaciones pueden considerarse o bien provocadoras o bien utópicas, pero en ningún caso dejan indiferente a nadie.
Ambas conferenciantes manifestaron su firmeza ante los objetivos que querían alcanzar y por los que arriesgan su integridad física y su libertad. Desde el público recalcaron su buen uso del código y de conceptos; sabían muy bien qué palabras utilizar y cómo hacerlo y no se mostraron inseguras en ningún momento.
Hubo también preguntas sobre su modo de acción. El desnudo para ellas es una forma de despojarse del estigma que tiene el cuerpo de la mujer, el que siempre ha estado desmembrado (tenemos un útero para parir, una boca para callar, unos oídos para recibir las órdenes y deseos del hombre que está a nuestro lado) y el que siempre ha sido objeto de tabúes, de la moral, de las buenas costumbres y se ha buscado tapar, ocultar, “proteger”. De esta forma, el cuerpo es su arma, lo más preciado y sobre el que tenemos todas las mujeres la decisión y el voto.
Este es un punto crucial en la línea de Femen, pues en el cuerpo y en el derecho de las mujeres a decidir sobre él se basa la reivindicación de que sean las mujeres, y no los hombres, las que postulen las leyes y decretos que atañen exclusivamente a la mujer, su salud y su integridad física.
Probablemente, lo que distinga más a Femen de otros grupos feministas sea su impronta de lucha activa en las calles. Es lo que ellas llaman el sextremismo. Buscan sacar el debate y las reflexiones de organizaciones y clubes feministas a la calle, compartirlo y expresar sus desacuerdos y objetivos ante el resto de la sociedad. Así demuestran que las mujeres se posicionan políticamente y tienen también necesidades políticas.
LA RELIGIÓN
Un punto que recalcó particularmente Inna Shevchenko fue la religión. Claramente, admiten su respeto ante todas y cada una de las religiones que existen. Sin embargo, no toleran que la religión se inmiscuya en decisiones que están totalmente fuera de su ámbito. ¿Qué potestad tiene un hombre a quien su religión le prohíbe estar y tener relaciones con una mujer para decidir si las mujeres deben o no abortar, o casarse, en el caso del cristianismo? Dios es hombre. Se le ha hecho hombre desde los inicios de la humanidad y simplemente por ello la mujer no es más que una costilla.
Shevchenko no concibe que se tilde al feminismo de algo más, como por ejemplo, cuando se habla de “feminismo islámico”. Se pregunta por qué para ser feminista tienes que ser otra cosa; además, por qué la religión sigue junto a la mujer cuando es el sistema más opresor para nosotras.
Estemos de acuerdo o no con algunos de los principios de Femen, parece claro que sus acciones y su lucha son de una valentía y una integridad indiscutibles. Creen en ellas, en las mujeres y en su capacidad de combatir todo el sistema de la sociedad para conseguir el cambio.Hoy, en pleno siglo XXI, en Occidente, donde pensamos que teníamos ganadas todas las batallas de igualdad de género, de empoderamiento de la mujer, del Estado del bienestar, la lucha de Femen es tildada de revolucionaria en las sociedades conservadoras y rompen antiguos esquemas.
Imagen: Una protesta de Femen. // Femen.org - Publicado en publico.es.com