Reciclaje creativo, educación lenta y decrecimiento


Pablo Ruíz Bog - @prbog - Alaya

Hace varios meses hablábamos sobre la Educación Lenta, dar el tiempo que necesitamos para cada momento. Ahora nos centramos en otro movimiento, el decrecimiento que, aunque parece recién nacido, fue en los años 70 cuando apareció por primera vez.
El decrecimiento es una corriente de pensamiento político, económico y social favorable a la disminución regular controlada de la producción económica con el objetivo de establecer una nueva relación de equilibrio entre el ser humano y la naturaleza, pero también entre los propios seres humanos.  En palabras de Serge Latouche: la consigna del decrecimiento tiene como meta, sobre todo, insistir fuertemente en abandonar el objetivo del crecimiento por el crecimiento, [...]
Hace poco, en un artículo de la revista digital Innovarte en Infantil reflexionaban sobre los materiales que se usan en las aulas, sobre las basuras que afloran las puertas de las clases de infantil en julio o septiembre, cuando se renuevan para el nuevo curso. Es cierto, a veces en un afán por reutilizar materiales, nos obsesionamos con pedir a las familias que se acuerden de la escuela cuando vayan a tirar algo a la basura ¿lo podrán utilizar en el aula?.
Como podemos leer en la revista, merece la pena: aprender nosotras y transmitírselo a nuestro alumnado. Se puede vivir mejor con menos. Uno de los aprendizajes más importantes que se pueden adquirir en la escuela. Para ello, y atendiendo a la importancia del ejemplo, no podremos mantener esas aulas abotargadas de “riquezas”, tan sólo lo imprescindible, lo que se va a emplear en ese momento; no podremos emplear materiales muy costosos que nunca justifican la inversión; no podrán vernos defendiendo nuestras codiciadas “propiedades” empleando posesivos -mi mesa, mis sillas, mis armarios … -; trataremos de ceder a las tutoras de otros niveles los materiales que no empleamos en el que nosotras impartimos; y pondremos en funcionamiento un espacio de almacenaje de material de desperdicio al estilo del Remida en las escuelas de Reggio Emilia. La coyuntura social es la idónea para llevarlo a la práctica.
Cuando leo estas palabras, me veo reflejado. Soy un gran defensor de las Erres en mi día a día, veo un material de desecho e imagino las posibilidades de acción con el mismo, en el aula he tenido un espacio destinado a almacenar todos los materiales, pero cuando acaba el curso, apenas he llegado a usar la mitad de lo que tenía.
Nuestros compañeros de innovarte hablan del espacio de almacenaje de Reggio Emilia, el ideal para muchos profesionales de la infancia. Este espacio, conocido también como centro de reciclaje creativo es una gran nave destinada a almacenar todo tipo de materiales siempre con un orden estricto. Para que os hagáis una idea, mirad las imágenes.
El decrecimiento, hacer más con menos, vivir mejor con menos. Una nueva meta, un nuevo paradigma. Una propuesta de cambio ante una situación de indignación.
--------------------------
La Educación Lenta - Movimiento Slow

El movimiento Slow es una corriente cultural que se originó en Italia como protesta por la apertura de una hamburguesería de McDonald’s en la Plaza de España de Roma…Dicho movimiento dio origen a la organización Slow Food.
Esta corriente promueve calmar las actividades humanas tomando el control del tiempo, en lugar de someterse a su tiranía. Se busca priorizar las actividades que suponen un desarrollo de las personas, encontrando un equilibrio entre la utilización de la tecnología orientada al ahorro del tiempo y tomándose el tiempo necesario para disfrutar de actividades como dar un paseo o compartir una comida con otras personas. Los ponentes de este movimiento creen que, aunque la tecnología puede acelerar el trabajo, así como la producción y distribución de comida y otras actividades humanas, las cosas más importantes de la vida no deberían acelerarse.
Vivir despacio no implica que te detengas. Decálogo de Carl Honoré
(Leerlo con tiempo y detenimiento para luego reflexionar sobre ello, de eso se trata)
    No dejes que tu agenda te gobierne. Muchas cosas que te planteas ahora son postergables. Prueba y verás.
    Cuando estés con tu pareja y tus hijos o con tus amigos, apaga el celular y desconecta el teléfono.
    Tómate tiempo para comer y beber. Comer apurado genera males digestivos y si la comida es buena y está bien sazonada, no la apreciarás como se debe. Este es uno de los placeres de la vida, no lo arruines.
    Pasa tiempo a solas contigo mismo, en silencio. Escucha tu voz interior. Medita sobre la vida en general. No tengas miedo al silencio. Al principio te será difícil, luego notarás los beneficios.
    No te aturdas con ruidos o mires televisión como si fueras una medusa petrificada. Escucha música con calma y verás que es bellísima. No te quedes frente al televisor porque sí.
    Escribe un ranking de prioridades. Si lo primero que escribiste es trabajo, algo anda mal, vuelve a redactarlo. El trabajo es importante y debemos hacerlo, pero medita y notarás que no es lo más importante de tu vida.
    No creas eso de que en poco tiempo das amor. Escucha los sueños de la gente que amas, sus miedos, sus alegrías, sus fracasos, sus fantasías y problemas. Es una estupidez pensar que se puede amar una hora por día y basta con eso.
    No creas que tus hijos pueden seguir tu ritmo. Sos vos quien debe desacelerar e ir al ritmo de ellos. Recuerda que la conversación y la compañía silenciosa son los medios de comunicación más antiguos que existen.
    El virus de la prisa es una epidemia mundial. Si lo has contraído, trata de curarte.


Dos libros que nos pueden acercar más a esta perspectiva o a este movimiento educativo:
    “Elogio de la educación lenta” Joan Domènech. Grao
    “Elogio de la lentitud: un movimiento mundial desafía el culto a la velocidad” Carl Honoré. RBA Libros
Imagenes: www.ecointeligencia.com - paquipedrosa.com - www.creceroperecer.com

Entradas populares de este blog

Francia: ‘Mi orina contiene glifosato, ¿y la tuya?’ Denuncia contra el polémico herbicida

Sobre transgénicos, semillas y cultivos en Latino América

Antártida: qué países reclaman su soberanía y por qué