Isla caribeña, ejemplo de recuperación ambiental

La isla caribeña que hace siete años estaba “seca como la luna” es ahora un ejemplo de recuperación ambiental: La asombrosa recuperación ecológica de una pequeña isla caribeña, que en apenas unos años pasó de ser una roca árida a un verde santuario de vida silvestre, es un ejemplo para los ambientalistas de todo el mundo.

 
Los defensores de Antigua y Barbuda que encabezaron la transformación de la poco conocida Redonda, la tercera isla del país, están logrando otra hazaña impresionante.

El área, que tiene menos de un kilómetro de largo, ha sido reconocida oficialmente por el gobierno del país como área protegida, lo que garantiza su estatus como lugar de reproducción para aves migratorias y hábitat para especies que no se encuentran en otros lugares de la tierra.
La Reserva del Ecosistema Redonda, que incluye praderas de pastos marinos y arrecifes de coral circundantes, cubre un área de hasta 30.000 hectáreas. Su gran tamaño significa que el país ya ha alcanzado el objetivo 30×30, el objetivo global de proteger el 30% del planeta para 2030.
Hoy en día, Redonda es rica en biodiversidad, incluidas docenas de especies en peligro de extinción, colonias de aves marinas de talla mundial y lagartos endémicos.
Corregir errores del pasado en esta isla caribeña
Las ratas negras invasoras que se alimentan de reptiles y huevos de aves, así como las cabras introducidas por los primeros colonos, habían destruido la vegetación y dejaron la isla con el aspecto de un paisaje árido como la luna en la superficie.
Un ambicioso proyecto lanzado en 2016 para reubicar las cabras y erradicar las ratas provocó un nuevo crecimiento de la vegetación, dando lugar a un aumento exponencial del número de especies nativas.
Este trabajo lo lleva a cabo la ONG local Environmental Awareness Group (EAG) en colaboración con el gobierno y socios extranjeros, incluido Fauna and Flora International (FFI).
Arika Hill, directora ejecutiva de EAG, describió el nuevo estatus de la región como “una gran victoria para el pueblo de Antigua y Barbuda“. “Esta es la reserva marina más grande del Caribe oriental y muestra el increíble trabajo que pueden hacer los conservacionistas y ambientalistas“, añadió.
“Lo más importante es que el Gobierno también nos ha confiado la gestión jurídica de este asunto“, agregó. El equipo está realizando un estudio de viabilidad con la esperanza de reintroducir especies encontradas en Redonda hace años, como el tecolote llanero, un pequeño pájaro de color arena que anida bajo tierra.
EAG también está estableciendo un sistema de gestión sólido para garantizar que la isla esté libre de especies invasoras.
Esto incluye cámaras de vigilancia para detectar ratas callejeras y monitoreo de las actividades pesqueras locales que deben cumplir con regulaciones estrictas.
Jenny Daltrey, de FFI, dijo que las islas del Caribe se enfrentan a las tasas de extinción más altas de la historia moderna, lo que significa que restaurar y proteger áreas como Redonda es “de vital importancia”.

En solo unos años la pequeña isla ha dado un giro de 180 grados y hoy se muestra verde y fértil. Foto: cortesía de Edward Marshal, FFI.

Un esfuerzo conjunto
Desde que comenzaron los trabajos de restauración, 15 especies de aves terrestres han regresado a la isla y el número de lagartos endémicos, como el amenazado dragón terrestre Redonda, ha aumentado significativamente.
Según Shanna Challenger de EAG, los lugareños que comenzaron a llamar a Redonda “la roca” ahora son sus mayores partidarios. “Nuestra isla hermana, que mucha gente nunca ha visto, ha sido capaz de inspirar tal orgullo nacional“, dijo con una sonrisa.
“Para mí, como residente de Antigua y Barbuda, este proyecto es monumental. Ya estamos para siempre en la historia de Redonda. Estoy muy orgullosa de haber desempeñado un papel importante en esto y espero ver a Redonda avanzar”, dijo.
Para los pequeños países insulares en desarrollo amenazados por el cambio climático, el éxito de Redonda es un raro rayo de luz en medio de una avalancha de titulares sobre entornos hostiles. “Alcanzar nuestro objetivo 30×30 demostrará al resto del mundo que es posible. Aunque no producimos las mayores emisiones, estamos entre los más afectados y seguimos siendo los primeros en alcanzar nuestro objetivo”, continuó Challenger.
“Ponemos nuestro dinero donde está nuestra boca. Espero que inspire a otros países: si la pequeña Antigua y Barbuda puede hacerlo, otros también pueden”, añadió.
Desmentimos los mitos
Para la coordinadora de reserva Jonella Bradshaw, el logro fue aún más personal. “Cuando era niña en la escuela, la profesión de protección del medio ambiente era desconocida. La atención se centraba en convertirse en médico, dentista o abogado”, dijo.
“Cuando piensas en proteger el medio ambiente, piensas en lo que está sucediendo en Estados Unidos o Europa, no en una pequeña isla del Caribe. Ahora que somos líderes en conservación internacional, podemos cambiar eso y mostrarle a la generación más joven que personas como yo podemos hacerlo“, dijo.
Bradshaw intentó demostrar que el estatus de protección existiría no sólo “en el papel” sino también “en la práctica”. Al igual que sus compatriotas, es muy consciente de las condiciones climáticas sin precedentes que enfrenta el país. Barbuda fue devastada por el huracán Irma hace seis años y el calentamiento de las aguas del océano continúa representando una amenaza existencial para las islas de la región.
“Oímos hablar del cambio climático, del aumento de las temperaturas y de tormentas más fuertes, pero lo sentimos. Este verano es terrible, muy caluroso“, añadió. “Pero si todos ponemos de nuestra parte, juntos podemos marcar la diferencia”, concluyó.
 

Fuente: Ecoportal.net Con información de: https://www.bbc.com/

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