En el proceso para “revivir al Dodo” descubren la causa de su extinción

Un equipo científico dedicado a la "des-extinción" del dodo reveló detalles inéditos sobre cómo la llegada del hombre cambió el entorno de la isla Mauricio, causando la desaparición de esta ave. Los datos cuestionan teorías antiguas, mostrando que no fue la torpeza o gordura del Dodo lo que lo hizo vulnerable, sino la intervención humana en su hábitat.

Por Lucas Handley

La des-extinción es un concepto fascinante que busca devolver a la vida especies extintas. Entre esos esfuerzos, el Dodo, un ave símbolo de la extinción en la isla Mauricio, es objeto de estudios intensivos. Este proceso, encabezado por el biólogo evolutivo Neil Gostling de la Universidad de Southampton, ha traído nuevas perspectivas sobre las causas reales de la desaparición del Dodo y plantea importantes cuestionamientos sobre la responsabilidad del hombre en su extinción.
¿Era realmente el Dodo torpe y gordo?

Durante mucho tiempo, la imagen del Dodo ha sido la de un pájaro de movimientos lentos y desgarbados, que no podía volar y que era presa fácil para los colonizadores que llegaron a Mauricio. No obstante, nuevos estudios han demostrado que esta percepción está basada en malentendidos. El Dodo vivía en un entorno sin depredadores naturales, lo que hacía innecesario que volara o desarrollara habilidades defensivas.

© Youtube – Mr.Enigma

Gracias a nuevas tecnologías de reconstrucción gráfica, los científicos han determinado que el Dodo no acumulaba grasa en exceso y tampoco necesitaba desplazarse de manera apresurada. Su hábitat en la isla le proporcionaba alimento fácilmente accesible y un clima cálido durante todo el año, condiciones ideales que no lo forzaban a acumular reservas en su cuerpo ni a desarrollar una complexión pesada.
La transformación del hábitat por la llegada del hombre
La historia del Dodo cambia en 1598, cuando los primeros exploradores holandeses y portugueses llegaron a la isla Mauricio. Hasta entonces, el Dodo había prosperado en un ambiente sin amenazas. Sin embargo, con la llegada de los colonizadores, el ecosistema de la isla cambió drásticamente en poco tiempo. Los exploradores trajeron consigo especies invasoras, como perros, monos y cerdos, que empezaron a cazar y consumir a los Dodos.
Además, al ser un ave grande de alrededor de un metro de altura y 20 kilos de peso, el Dodo se convirtió en una fuente atractiva de alimento para los humanos. Su naturaleza dócil lo hacía fácil de capturar, y esto contribuyó a su caza intensiva. La tendencia a engordarlo deliberadamente para aprovechar su carne terminó de consolidar su imagen como un ave pesada y torpe. Sin embargo, esta gordura fue una característica inducida, no un rasgo natural de su especie.
Factores de extinción en cadena
La intervención del hombre en la isla no se limitó a introducir especies invasoras y cazar al Dodo. Los colonizadores también iniciaron la deforestación para extraer el preciado ébano, un recurso altamente valorado en Europa. La pérdida de bosques significó la desaparición de los refugios naturales del Dodo y la disminución de sus fuentes de alimento, que dependían en gran medida del ecosistema forestal. Sin protección ante los nuevos depredadores y con una capacidad de reproducción limitada a un solo huevo por período, la población de Dodos comenzó a declinar rápidamente.
A la presión de los depredadores y la caza directa, se sumó la recolección de sus huevos, lo que impidió que la especie pudiera recuperarse. En apenas unas décadas, el Dodo estaba al borde de la extinción.
Un nuevo enfoque: La reparación Histórica
Es posible que, tras siglos de relatos erróneos, el Dodo pueda finalmente deshacerse de su reputación de ave torpe y rechoncha. En realidad, fue la combinación de factores externos y el impacto humano lo que aceleró su extinción. La llegada de los colonizadores en 1598 y el último avistamiento documentado de un Dodo vivo en 1662 revelan que esta especie sucumbió en menos de 100 años.
El nombre “Dodo” tiene posibles raíces en las palabras “doudo” (loco, en portugués) o “dadaar” (cola gorda, en neerlandés). Sin embargo, quizás un nombre más apropiado sería «Depraedatus,» que en latín significa “ave depredada,” en alusión a las causas humanas que llevaron a su desaparición.
¿Es posible “revivir” al Dodo?
El proceso de des-extinción podría ser una forma de reparación histórica para el Dodo. Si los científicos logran clonar o recrear su ADN con éxito, el regreso de esta especie podría ser un recordatorio de las consecuencias de la intervención humana en los ecosistemas naturales. Este esfuerzo no solo busca redimir el pasado, sino también crear conciencia sobre la importancia de preservar las especies y sus hábitats.
En resumen, los estudios sobre el Dodo desafían antiguas teorías y enfatizan la necesidad de cuestionar la historia para entender el impacto del hombre en el entorno natural. El proyecto de des-extinción del Dodo es un hito en la ciencia y en la reflexión sobre cómo convivir de manera respetuosa con nuestro planeta.


Fuente:  https://es.gizmodo.com/en-el-proceso-para-revivir-al-dodo-descubren-la-causa-de-su-extincion-2000132771  - Imagen de portada: © The Art of Pics


 

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