Los bosques vírgenes tienen una capacidad de absorción de CO2 un 60% mayor que los repoblados



Los bosques que no han sido explotados, es decir son vírgenes, almacenan un 60% más de dióxido de carbono (CO2) que los replantados, según concluye un estudio de la Universidad Nacional de Australia, que asegura que este factor no se ha tenido en cuenta en ninguno de los estudios, como los del IPCC, que se han realizado para determinar la magnitud e implicaciones del calentamiento global.

Un estudio australiano revela que no sólo almacenan más cantidad de carbono, sino que lo hacen durante más tiempo

Los bosques que no han sido explotados, es decir son vírgenes, almacenan un 60% más de dióxido de carbono (CO2) que los replantados, según concluye un estudio de la Universidad Nacional de Australia, que asegura que este factor no se ha tenido en cuenta en ninguno de los estudios, como los del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), que se han realizado para determinar la magnitud e implicaciones del calentamiento global.

El informe australiano revela que los bosques no explotados del sureste del país pueden almacenar unas 640 toneladas por hectárea de CO2, mientras que el IPCC estimó la capacidad en unas 217 toneladas.

Aparte de almacenar una gran cantidad de CO2, los bosques vírgenes lo hacen durante mucho más tiempo, ya que los repoblados se explotan en un sistema de rotación: los nuevos árboles replantados se cortan al cabo de un tiempo, y se van añadiendo nuevos, indica el estudio.

Brendan Mackey, coautor del trabajo, señala que es muy importante mantener los bosques no explotados como están, y considera que el sistema de realizar plantaciones en bosques nuevos para neutralizar emisiones resulta poco útil, ya que no es lo mismo la cantidad neutralizada por un árbol de dos años que por uno de 50 ó 100.

Por eso, Mackey ha pedido al Gobierno australiano que termine con la tala de los bosques viejos, lo que supondría el equivalente a no emitir unas 460 millones de toneladas de CO2 anuales durante el próximo siglo; permitiría que los bosques ya talados recuperaran su capacidad original, que supondría el equivalente a un ahorro de 136 millones de toneladas de carbono anuales durante 100 años (un 25% de las emisiones australianas durante 2005), y convertiría a Australia en el país que liderara la protección de los bosques en la conferencia sobre el clima de Naciones Unidas que tendrá lugar el próximo año en Copenhague. www.ecoportal.net

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