Santa Cruz: los bosques petrificados de Jaramillo serán declarados Parque Nacional
La Cámara de Diputados de Santa Cruz sancionó por unanimidad la cesión de tierras fiscales provinciales al Estado nacional, y reconoció el dominio y la jurisdicción de las tierras que habían sido adquiridas por la Administración de Parques Nacionales; para que el actual "Monumento Natural Bosques Petrificados" se convierta - una vez que el Congreso Nacional acepte esta cesión - en el Parque Nacional Bosques Petrificados de Jaramillo, conformando un área protegida de casi 70.000 hectáreas.
Considerado como uno de los mayores bosques de su tipo existentes en el mundo, el actual Monumento Natural se encuentra ubicado en el noreste santacruceño a 135 kilómetros de la localidad de Jaramillo. En la actualidad abarca aproximadamente 13.700 hectáreas.
La iniciativa sancionada, impulsada por la diputada provincial Ana María Urricelqui, apunta a "potenciar un recurso turístico natural y a preservar la vasta región de la estepa patagónica” caracterizada por poseer una amplia flora fósil que incluso ha despertado el interés de científicos y expertos de todo el mundo.
Hace unos 150 millones de años, durante el Período Jurásico Medio Superior, el área que ocupa el actual Monumento Natural y futuro Parque Nacional presentaba un clima estable de gran humedad. Se desarrollaban en esta región densos bosques con árboles de porte gigantesco, entre los que merecen destacarse antiguos parientes de los pehuenes o araucarias.
En los inicios del Período Cretácico las erupciones volcánicas, que coincidieron con el inicio del levantamiento de la Cordillera, sepultaron vastas extensiones del territorio patagónico, con cenizas y lavas. Muchos de los bosques cubiertos por cenizas fueron sometidos a procesos de petrificación.
El surgimiento de la Cordillera de los Andes produjo transformaciones drásticas en el ambiente, al cambiar el clima de toda la Patagonia. Desde entonces, la humedad transportada por los vientos del Pacífico se condensa al atravesar las frías alturas y origina las lluvias que permiten el desarrollo de los bosques andino-patagónicos actuales. Los fuertes vientos continúan su camino hacia el este desecando aún más la estepa.
Posteriormente, la erosión de un territorio que se fue haciendo cada vez más árido, la lluvia y el viento, dejaron al descubierto grandes sectores de estos bosques que se petrificaron con el transcurrir de millones de años, quedando inclusive algunos ejemplares en pie.
Elevaciones de escasa altitud coronadas por lava, representan los vestigios de la actividad volcánica de tiempos pretéritos. Un buen ejemplo de ello es el Cerro Madre e Hija, un volcán extinto que hoy es una figura destacada en el paisaje que se aprecia desde el yacimiento paleontológico.
Debido a la necesidad de preservar la integridad de uno de los mayores exponentes del proceso de petrificación sobre antiquísimos bosques que existieron en la Patagonia, en el año 1954 se creó este Monumento Natural.
* Coordinador de Prensa Parques Nacionales
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