Banksy monta su propio Disneylandia antisistema
Un parque de atracciones sin risas, sin felicidad, sin brillo, sin artificios... Es el último proyecto del grafitero más famoso del mundo, Banksy. Tras pintar paredes y muros de todo el mundo se ha propuesto convertir un parque de recreo en una de sus obras artísticas más grandes y reivindicativas. Bajo un secretismo total ha construido un espacio en el que habrá toboganes y atracciones pero de una forma que no te puedes llegar a imaginar
Tras 20 años pintando muros y paredes por todo el mundo a Banksy, al artista urbano más famoso del mundo (cuya identidad nunca ha sido revelada), le quedan pocos retos por cumplir. Con sus sprays ha dado una vida diferente a paredes, desde Nueva York a Gaza, tratando todo tipo de temas, desde la ocupación israelí hasta el maltrato de las multinacionales. Después de todo eso a uno solo le queda optar por crear cosas bárbaras y locas como un parque de atracciones triste, crítico y antisistema.
A partir del próximo domingo 23 de agosto y hasta el 27 de septiembre, según la página web del parque, podrá verse uno de los proyectos más misteriosos de este ya por sí escurridizo grafitero por solo tres euros y gratis para menores de cinco años. En un pueblo al lado del mar inglés llamado Weston-super-Mare, Banksy prepara a conciencia la inauguración de la que puede ser su exposición más multitudinaria y especial.
A pocos kilómetros de su Bristol natal y en un antiguo parque de recreo abandonado llamado Tropical. Allí, el azote del establishment, lleva meses construyendo, bajo un misterio y un secretismo espectacular (incluiría hasta la invención de un supuesto rodaje para que los vecinos no sospechasen), una suerte de parque de atracciones de la crítica social, o como lo definen sus creadores: "un festival de arte, diversiones y anarquismo a nivel principiante".
Con la publicación de su página web, este mismo jueves, al menos se ha confirmado la existencia de la exposición que hasta ahora solo se conocía por rumores bastante sólidos. Además, se han revelado algunos detalles más del proyecto. Se sabe, por ejemplo, que en el proyecto participan autores de todo el mundo e incluso un español, Escif.
Todos esos autores darán el toque artístico particular a un parque que contará con numerosas atracciones de todo tipo a la manera de Banksy. Atracciones que van desde un furgón antidisturbios tobogán a un campo de golf loco caracterizado con una temática yihadista.
Su parecido con el parque de Disneyland es más que evidente, ya que incluso tiene un castillo de princesa en el centro de toda la exposición. Aunque, eso sí, retocado por el propio artista. Pero fuera de ese parecido estético, Dismaland, así se llama el parque, no tendrá ninguna otra semejanza con el espacio de Disney, pues uno de sus objetivos es criticar ese tipo de lugares artificiales llenos de "supuesta felicidad y diversión".
Por los vídeos (vines) que se han podido ir viendo gracias al medio 'Mashable' que ha tenido acceso al parque, la idea de la expo es que el espacio sea un lugar lúgubre, triste, desolado y crítico con toda la sociedad actual. Un parque de atracciones de crítico con la realidad que tenga como objetivo principal abrir los ojos al visitante contra los artificios que suelen mostrar este tipo de espacios.
No se sabe si el parque seguirá abierto más tiempo de lo indicado o si de repente desaparecerá, en realidad no se sabe prácticamente nada sobre él. Pero es lo que tiene Banksy, ese misterio continuo que lo ha convertido en uno de los artistas más importantes del mundo.
La referencia del título es clara (una cruza entre "dismal", que quiere decir triste, y land, tierra) y entre las indicaciones que manda el dueño de casa, se observa que "la pintura spray, los marcadores, los cuchillos y los representantes legales de la Corporación Walt Disney tienen la entrada terminantemente prohibida".
En el comunicado con el que Banksy dio a conocer el emprendimiento, recordó con ironía la alegría que de chico le causaba ir al parque de juegos Tropicana, deseando al mismo tiempo que "todos los habitantes de Weston puedan volver a experimentar la sensación de estar parados en un charco de agua sucia, con un plato de comida fría en la mano y escuchando el griterío de un montón de niños".