Inundaciones en Argentina: claves para entender en qué estamos sumergidos



El rol del Estado (municipal, provincial, nacional): ¿vela por el interés común, o por el empresario? Los emprendimientos privados en los humedales, los inexistentes estudios de impacto ambiental, la política de mercado, la sordera frente a las advertencias de los vecinos, el apartheid social y urbano. Como regalo, el PDF de un libro que anticipaba los efectos de las urbanizaciones en la cuenca del río Luján y links a los trabajos científicos que describen la situación. Las voces de vecinos e investigadores que permiten, tal vez, ver debajo del agua.
Del cambio climático a los canales clandestinos, buscar las causas de las inundaciones se parece al dilema huevo y la gallina. Las voces suman el efecto de la tala de los árboles, la incidencia de los emprendimientos inmobiliarios y la falta de obras hidráulicas. Todos tienen su parte de razón, pero en pleno año electoral, el deporte que reina es el de pasarse la pelota.
Adriana Anzolín, del Comité de la Cuenca del Río Luján dice: “Las discusiones siempre son por arriba. Nunca se discute en profundidad. Todo el mundo habla y quiere echarle el fardo político a otro. Estuve en el programa Intratables. Había una diputada del Frente Para la Victoria echándole la culpa a los del municipio de Tigre porque aprueban los countries y barrios privados. Y el de Tigre decía que no, que la Provincia tenía la culpa. Entonces en un momento yo digo: ‘vamos a decir la verdad; los dos tienen la culpa’. Primero es el Municipio, que montones de veces modifica la regulación para que puedan encajar los proyectos; y después la Provincia, que interviene desde el Ministerio de Infraestructura, la Autoridad del Agua y el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible, que tiene que hacer las evaluaciones de impacto ambiental de los barrios, que no sé dónde están. El discurso político superficial es horroroso porque no busca la solución”.
Urbes sobre los humedales
Patricia Pintos, geóloga, en 2012 coordinó el libro La privatopía sacrílega (descargarlo en versión .pdf), editado por la Universidad Nacional de La Plata y que publicamos junto a esta nota, donde organiza una teoría consensuada académicamente respecto a este problema: si bien existe una suma de causas, lo que agrava la situación es la urbanización sobre humedales, que afecta el escurrimiento del agua.
“No solamente provoca las inundaciones, hay otros conflictos: el avasallamiento de los territorios indígenas y la apropiación de bienes comunes. Es una forma de extractivismo asimilable a la megaminería, a la pesca, a la sojización. Lo que pasa es que es una forma que está de alguna manera socialmente aceptada”.
Un estudio de Eduardo Malagnino, investigador de UBA-Conicet, pone la lupa sobre un caso concreto de esta teoría: la del barrio privado San Sebastián, de Tigre.
El informe revela las “modificaciones antropogénicas” que provocó la urbanización del barrio privado mediante “excavaciones que exponen al nivel freático generando lagunas”, y “acumulaciones relacionadas con fundaciones de futuras viviendas”, entre otros problemas.
Dice el estudio: “Todas estas obras fueron y son realizadas casi en su totalidad sobre la llanura de inundación de la margen derecha del Río Luján”. El resultado es que se recortó la superficie sobre la que se desplaza el agua naturalmente: “Su modificación repercute en la mayoría de las restantes variables dando lugar a cambios irreversibles en el plazo inmediato y mediano, tanto en la sección superior del sistema fluvial como en la inferior. Estos cambios no solo se relacionan con incrementos en el peligro de inundación sino, además, con los peligros de erosión y de acumulación fluvial”, dice Malagnini.
Romper la llanura
Los números del recorte: “La Llanura de Inundación pasó de tener un ancho inicial de 4.593 metros a 2.573 metros, luego de la pérdida de un ancho de 2.020 metros el que fue ocupado por las obras correspondientes a la urbanización San Sebastián. Esta pérdida representa una disminución del ancho de la llanura de inundación del 44%”.
En una revista editada por distintas asambleas ambientales de la provincia, nucleadas en el Epacio Intercuencas, vincularon las inundaciones del 2012 con el barrio San Sebastián: “Su efecto tapón sumado al de otros emprendimientos, y los endicamientos producidos por la basura son la causa más probable de la inundación de Luján en Noviembre del 2012”.
La revista contiene un repaso de los distintos conflictos, la postura y las propuestas de las organizaciones: www.espaciointercuencas.org
Privatizar las ganancias, repartir las pérdidas
¿Quién pierde con esto? Los barrios privados se instalan sobre las tierras inundables por ser más baratas, pero no son precisamente quienes se perjudican ante una lluvia extraordinaria y una inundación.
Dice la geóloga Patricia Pintos: “Siempre digo que estos negocios inmobiliarios internalizan los beneficios y externalizan los perjuicios. Tiran para afuera los conflictos y adentro de los barrios todo es armonía”.
Si el barrio privado se ubica sobre la margen derecha, el margen izquierdo es el perjudicado, dice el informe de Malagnini ya en 2012: “Producido el desborde, solamente en la margen izquierda, la corriente encauzada generara cortes pronunciados, situación que provocara la inundación generalizada de la planicie de inundación situada en la margen izquierda, la que será totalmente cubierta por las aguas”.
Patricia Pintos analiza: “En base a no tener restricciones financieras, todo se resuelve con obras de infraestructura y la técnica. ¡Quieren lagunas? Las fabrican. ¿Se necesita superar la altura 3,75 que establece la ley de edificación? Rellenan el terreno. ¿No quieren que les ingrese agua? Lo pulverizan. Por supuesto esto junto a la flexibilización de las normas y aprobaciones donde el estado municipal y el provincial tienen una responsabilidad absoluta. Es una conjunción fatídica entre los designios realizadores y la desidia pública”.
Canales sojeros
Los Vecinos Inundados y Solidarios de Luján denuncian, además, la existencia de 90 canales que provienen de campos privados que desagotan el agua del riego para sus cultivos al Río Luján, incrementando su cauce. En un capítulo del programa de divulgación científica de la UBA Elemento Vital se constata esta denuncia y se repasan las condiciones de vulnerabilidad histórica del noreste de la provincia, y la incidencia de estos nuevos factores.o habilita JavaScript en caso de que no lo tengas habilitado tu navegador.
La geóloga Pintos interpreta: “Esto está relacionado con un proceso de cambio del perfil productivo de estos municipios. Han ido cambiado un perfil ganadero hacia un perfil estrictamente agrícola, de la mano de la sojización. En aras de proteger los cultivos, los productores buscan la salida individualista. Y no se mide el efecto cascada que tiene eso, por el volumen de agua adicional que incorporan al caudal normal o a caudales extraordinarios”.
Estado y mercado
¿Se pudo haber evitado todo esto?
Adriana, del Comité de la Cuenca del Río Luján: “A los pocos meses de creado el Comité presentamos un informe y les dijimos a los funcionarios que esto iba a suceder, hace 3 años y medio. Llevamos información científica y estudios realizados sobre el barrio San Sebastián. No nos escucharon, nos dijeron que éramos muy técnicos y muy fundamentalistas. A los 20 días hubo una inundación, y cada vez suceden con más asiduidad”.
Pintos revela otras propuestas desoídas: “En noviembre del año pasado, después de la gran inundación, con los movimientos sociales de Luján, Pilar, Tigre y Escobar escribimos proyectos de ordenanzas para prohibir definitivamente las nuevas habilitaciones de emprendimientos. Las ordenanzas fueron presentadas en los Concejos Deliberantes”. Resultado redondo: “Ninguna fue tratada”. (Es un desafío temible pensar qué temas sí tratan los concejales de esas localidades).
En el 2012 las organizaciones vecinales lograron una ordenanza en el municipio de Pilar que prohibía las construcciones sobre humedales. Nunca hay que cantar victoria: la derogaron en 2014. A los pocos meses, el mismo municipio dio vía libre a la construcción sobre zona inundable del barrio Verazul: Esta abrupta mutación pro inmobiliaria generó sospechas, y sobre todo certezas sobre el interés que movió a los funcionarios.
Colony Park & Remeros Beach
El antecedente exitoso en estas cuestiones se retrotrae a julio del 2011, cuando la Asamblea del Delta de Tigre logró parar un mega emprendimiento llamado, créase o no, Colony Park (ver la nota en el archivo de lavaca).
Sin embargo, en Tigre la construcción de barrios privados continúa, y uno de los flamantes proyectos urbanos lleva otro nombre pulposo: Remeros Beach, sobre el camino de los remeros.
Patricia Pintos rema en otro sentido: “Parece una tomadura de pelo, son reminiscencias de los noventa. Es hasta confrontativo: frente a la demanda social, redoblan el esfuerzo para mostrar que la decisión de los municipios es seguir siendo funcionales a la dinámica organizadora del mercado desarrollador inmobiliario”.
Hacer obras puede ser peor
Los vecinos nucleados en distintas asambleas proponen una teoría que parece políticamente incorrecta ante la urgencia: “Hacer más obras puede ser un remedio peor que la enfermedad”.
La idea es que las intervenciones no planificadas son, justamente, las culpables de los desastres. Patricia Pintos explica: “Con seguridad alguna obra hay que hacer. La corrección de todos estos desaciertos históricos no se resuelve con magia. Pero las obras que hay que hacer deben acompañarse de procesos de gestión del territorio que sean absolutamente respetuosos de las características ambientales y que garanticen un piso de sustentabilidad a la población de la cuenca. Porque si las obras no son suficientes, dentro de cuatro años, cuando estén terminadas, se van a necesitar más. Las obras deben ir acompañadas de una recuperación del rol de planificación de un Estado que vele por el interés común y no por el interés de las empresas”.
Una propuesta: “Los reservorios de agua, que son espacios para la contención de agua”.
¿Lo electoral es una oportunidad de impulsar una discusión seria sobre el tema?
Dice Adriana Mazalini: “Lo que creo es que los políticos reaccionan en función de la presión social que haya. En estos momentos críticos la gente sale furiosa. Pero después vuelve todo a lo de siempre, la rutina. Pero como cada vez pasa más seguido, la esperanza es que haya cada vez más gente que reclame por sus derechos. No puede ser que a la gente la arreglen con entrega de colchones y mercadería”, dice, en referencia a los rutinarios ataques de solidaridad que ocurren ante estos hechos, que calman conciencias pero no resuelven sino que agravan problemas estructurales.
“La gente pierde de todo, cosas irrecuperables. La esperanza es que como lamentablemente esto va ser más continuado, haya una presión social cada vez más grande. Pero también está el riesgo que frente a esa presión, los políticos salgan a hacer cualquier obra, para sacarse la foto, y no arreglen nada”.

Fuente: http://www.lavaca.org/notas/inundaciones-claves-para-entender-en-que-estamos-sumergidos/ - Fotos: La Basílica de Luján. Foto de archivo: Maximiliano Amena - Foto: Agencia Télam

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