España y la corrupción institucionalizada como hábitat
España adolece de una serie de males, acelerados en las últimas décadas y cuya solución va a depender de una catarsis política y cívica de urgencia. Esos males son a mi juicio corrupción institucionalizada como hábitat en el que la vida económica y política se desenvuelve, configurando un régimen de connivencias, permisividades y complicidades de facto.Julio Anguita
Ausencia de referentes éticos, en el discurso oficial y en los modelos de vida social, difundidos por la mayoría de los medios de comunicación. La atonía de la Universidad y el mundo intelectual ante la hegemonía del pensamiento único.
Una democracia demediada porque carece de controles para evitar los delitos de los poderosos. Existe una extraordinaria tolerancia hacia los que saquean las arcas públicas, un problema derivado de la creciente ausencia de ética cívica. Agotamiento de un sistema incapaz de cumplir y hacer cumplir sus propias leyes, entre ellas, la Constitución de 1978 y los contenidos sobre Derechos Humanos inclusos en ella.
Y los compromisos firmados: Pacto de 1966 y la Carta Social Europea de 1961 (no ratificada aún). La destrucción creciente de los mínimos elementos, derechos y conquistas que configuraban en España el Estado de Bienestar. La convicción íntima de una parte importante de la población y los poderes institucionales de que el futuro no existe y que a lo que debemos aspirar es a que el edificio no se desmorone o, si lo hace, que no se nos caiga encima.
La frase atribuida a Luis XV de Francia: Après moi le deluge (detrás de mí que venga el diluvio), expresa la filosofía de unos poderes públicos sin fe y sin proyecto. Y corolario de lo anterior, el paulatino resurgir de actividades, organizaciones y discursos fascistas. Y lo más preocupante, la probada connivencia con actos públicos de esa índole por miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. No olvidemos que el franquismo es preexistente a Franco. Es una herencia histórica maldita que aún está presente en una parte de la sociedad.
Artículo publicado originalmente en El Economista - Imagenes: Alerta Digital - El Roto
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Ausencia de referentes éticos, en el discurso oficial y en los modelos de vida social, difundidos por la mayoría de los medios de comunicación. La atonía de la Universidad y el mundo intelectual ante la hegemonía del pensamiento único.
Una democracia demediada porque carece de controles para evitar los delitos de los poderosos. Existe una extraordinaria tolerancia hacia los que saquean las arcas públicas, un problema derivado de la creciente ausencia de ética cívica. Agotamiento de un sistema incapaz de cumplir y hacer cumplir sus propias leyes, entre ellas, la Constitución de 1978 y los contenidos sobre Derechos Humanos inclusos en ella.
Y los compromisos firmados: Pacto de 1966 y la Carta Social Europea de 1961 (no ratificada aún). La destrucción creciente de los mínimos elementos, derechos y conquistas que configuraban en España el Estado de Bienestar. La convicción íntima de una parte importante de la población y los poderes institucionales de que el futuro no existe y que a lo que debemos aspirar es a que el edificio no se desmorone o, si lo hace, que no se nos caiga encima.
La frase atribuida a Luis XV de Francia: Après moi le deluge (detrás de mí que venga el diluvio), expresa la filosofía de unos poderes públicos sin fe y sin proyecto. Y corolario de lo anterior, el paulatino resurgir de actividades, organizaciones y discursos fascistas. Y lo más preocupante, la probada connivencia con actos públicos de esa índole por miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. No olvidemos que el franquismo es preexistente a Franco. Es una herencia histórica maldita que aún está presente en una parte de la sociedad.
Artículo publicado originalmente en El Economista - Imagenes: Alerta Digital - El Roto
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EEUU: Médicos, observadores y un periodista podrían ser condenados a cincuenta años de cárcel en el primer juicio por la protesta del día de asunción de Trump
El Viernes pasado en la ciudad de Washington se escuchan los argumentos finales de un caso que podría determinar el futuro de la libertad de expresión y el derecho a la protesta en Estados Unidos. Se trata del primer juicio a casi doscientas personas detenidas durante la ceremonia de asunción del presidente Donald Trump.
Después de la ceremonia del 20 de enero, grupos de manifestantes, periodistas y observadores se reunían en la zona noroeste de la ciudad de Washington. Algunos se separaron del grupo y cometieron actos de vandalismo contra tiendas y vehículos de la zona. Entonces los agentes de policía condujeron a cientos de personas que se encontraban en las proximidades a una esquina bloqueada en una táctica conocida como encapsulamiento. Allí realizaron detenciones masivas de todas las personas que se encontraban en el área. El primer juicio del llamado caso J20 (20 de enero) podría realizarse hoy mismo e involucra a seis personas, entre ellas al fotoperiodista independiente Alexei Wood. Los acusados enfrentan múltiples cargos, entre ellos varios por destrucción de la propiedad. Las pruebas contra los acusados han sido escasas.
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Aumentan los argumentos a favor de un juicio político a Donald Trump: desde ilegalidad y corrupción hasta abuso de poder
Aumentan los argumentos a favor de un juicio político a Donald Trump: desde ilegalidad y corrupción hasta abuso de poder
El jueves, otra demócrata respaldó los cargos para el pedido de juicio político contra el presidente Donald Trump, iniciativa presentada en noviembre por un grupo de demócratas que acusan a Trump de obstrucción a la justicia y otros delitos.
La demócrata Carol Shea-Porter de New Hampshire es otra funcionaria más que se suma a la propuesta y es una de doce demócratas de la Cámara de Representantes que representa un distrito ganado por Trump en el año 2016. Esto se produce en momentos en que un pedido de juicio político lanzado en octubre por el donante demócrata Tom Steyer consiguió más de 3,5 millones de apoyos. Al menos diecisiete comunidades de todo Estados Unidos ya están registradas para pedir el inicio del proceso judicial de juicio político contra Trump. “Es sencillamente inaceptable decir que vamos a patearla para adelante y esperar que termine un ciclo electoral para sentar las bases del proceso judicial del juicio político”, afirma el abogado constitucionalista John Bonifaz, co fundador y director de la organización Free Speech for People. “Es ahora que debemos sentar esas bases y hacer este pedido”.
Fuente: https://www.democracynow.org/es/2017/12/15/the_growing_case_for_impeaching_donald