Informe medioambiental de ActionAid USA asegura que el FMI sigue bloqueando la acción climática
De acuerdo al estudio firmado por Niranjali Amerasinghe, directora ejecutiva de ActionAid USA, y Jon Sward, director de Proyectos Medioambientales del Bretton Woods Project, desde que se alcanzó el Acuerdo de París en 2015, el FMI ha asesorado o alentado a más de la mitad de los países miembros (109) a desarrollar infraestructuras de combustibles fósiles; y asesoró a un tercio de los mismos (69) para que privaticen empresas estatales relacionadas con la energía, lo que a menudo conduce a costosos compromisos a largo plazo por parte de los gobiernos para apoyar los activos de combustibles fósiles. En el documento se analizan los 595 informes del «Artículo IV» –que contienen consejos de política a las naciones, que dan forma a sus economías en los próximos años– sobre los 190 Estados miembros del FMI desde diciembre de 2015.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), a pesar de sus llamados para enfrentar el cambio climático, sigue «bloqueando» acciones para mitigar sus efectos. Esa es la conclusión de un nuevo y extenso análisis publicado por ActionAid USA y Bretton Woods Project.
De acuerdo al estudio firmado por Niranjali Amerasinghe, directora ejecutiva de ActionAid USA, y Jon Sward, director de Proyectos Medioambientales del Bretton Woods Project, desde que se alcanzó el Acuerdo de París en 2015, el FMI ha asesorado o alentado a más de la mitad de los países miembros (109) a desarrollar infraestructuras de combustibles fósiles; y asesoró a un tercio de los mismos (69) para que privaticen empresas estatales relacionadas con la energía, lo que a menudo conduce a costosos compromisos a largo plazo por parte de los gobiernos para apoyar los activos de combustibles fósiles.
No es lo único, porque también aseguran que el FMI asesoró a un tercio de los países miembros para que pongan fin a las subvenciones a los combustibles fósiles por parte de los consumidores, pero sin proponer o prever alternativas, medidas que suponen una carga para los ciudadanos. En cambio, el FMI no suele aconsejar el recorte de las generosas subvenciones a las empresas proveedoras de combustibles fósiles.
En el documento se analizan los 595 informes del «Artículo IV» –que contienen consejos de política a los países, que dan forma a sus economías en los próximos años– sobre los 190 Estados miembros del FMI desde diciembre de 2015.
«En algunos casos, hubo un excesivo optimismo en torno a los flujos de ingresos de los combustibles fósiles y a las posibles oportunidades de crecimiento. Las industrias de combustibles fósiles se mencionaron con frecuencia como oportunidades de inversión o crecimiento. Esto fue más notable en muchos países africanos con industrias extractivas en crecimiento, incluyendo Argentina, Ghana, Tanzania, Uganda y Mozambique», dice parte del citado «Artículo IV».
Por ejemplo, citando reservas de carbón valoradas en 1 billón de dólares, el informe del Artículo IV de 2017 para Mongolia alienta la extracción de carbón como una oportunidad para exportar a las centrales eléctricas chinas, si «China reduce su propia industria del carbón por razones ambientales», añaden.
“El FMI afirmó en 2018 que el aumento de los ingresos procedentes del fracking en la Argentina podría contribuir a la sostenibilidad de la deuda, pintando un panorama demasiado halagüeño de los probables ingresos futuros procedentes de la exportación de gas natural licuado. Lo hizo pasando por alto la incertidumbre que rodea a los precios del petróleo y los importantes subsidios estatales necesarios para que la exportación de GNL sea comercialmente viable”, afirman, lo que va en contra de lo que el mismo Fondo Monetario Internacional promueve.
Fuente El Mostrador