Chile: Informe del SEA pone la lápida a proyecto minero Los Bronces Integrado de Anglo American: Hace peligrar seriamente el abastecimiento de agua en Santiago

Desde un principio, las comunidades afectadas por el proyecto de expansión Los Bronces, propiedad de la minera transnacional AngloAmerican, tuvieron una gran desconfianza hacia los ejecutivos y encargados de mostrar lo “inofensivo” que era este proyecto para el entorno y la cero afectación hacia las fuentes de agua, vegetación y glaciares. Esto, pues ya se habían registrado una serie de accidentes en la ruta G21 (camino a Farellones), incluso con resultado de muerte, cuando el 4 de junio de 2012 un camión que transportaba cal viva cayó encima del vecino Eduardo Frazier, que iba en su camionera, provocando su muerte de manera instantánea. Su mujer, que lo acompañaba en el vehículo, resultó ilesa. El chofer del camión no tenía los documentos al día ni tenía licencia para transportar ese tipo de carga. Tiempo después hubo otro accidente, esta vez de un camión cargado con nitrato de amonio, la misma sustancia que provocó una mega tragedia generando una explosión el 6 de agosto de 2020 que destruyó parte importante de la ciudad de Beirut. Así, se han ido sumando varias situaciones de riesgo que colmaron la paciencia de los vecinos y aumentaron la desconfianza hacia la minera.

Asimismo, entre el 2005 y 2015, la minera Anglo American no tuvo la capacidad técnica de manejar sus depósitos de estériles, que ocupan casi mil hectáreas y que contamina casi 10 millones de litros de agua al día con arsénico y metales pesados, que fluyen hacia la cuenca del Mapocho y principalmente hacia la del Aconcagua. Esto provocó que la Superintendencia de Medioambiente sancionara a la minera con la clausura del botadero Donoso y una multa de 3.842 millones de pesos.

Es importante señalar que estos botaderos de estériles son montañas de rocas sin mineral y ocupan una superficie de 1,3 veces la superficie de todo el Parque Metropolitano.
Por otra parte, los pozos de agua de la zona de El Arrayán se han ido secando y las napas han descendido desde los 12 metros a los mas de 60, mientras la minera utiliza 1.380 litros por segundo, es decir, 119 millones de litros de agua al día, equivalente al consumo de una ciudad de 800 mil personas.
Así, cuando la Anglo American presentó a las comunidades su nuevo proyecto a las comunidades las alertas en los habitantes ya estaban encendidas. Además, luego de la participación ciudadana, que dentro la legislación ambiental, tiene un escaso plazo de 60 días para presentar las observaciones al proyecto y que contrasta con los casi 15 años que demoró la minera en preparar este estudio de impacto ambiental, y no cuenta además con los periodos de tiempo extra que ha solicitado la minera, (plazos para presentar correcciones e información adicional al estudio, que van entre los 60 y 90 días), las expectativas no eran muy altas frente a la eventual aprobación del proyecto por parte del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA).
Por ello, las comunidades, a través de un recurso judicial en la Corte de Apelaciones, acusaron que el estudio de impacto ambiental presentado por la minera era inconexo, estaba fragmentado y carecía de información esencial, por lo que solicitó el término anticipado del proceso de evaluación ambiental. Pero, la Corte «no quiso involucrarse» en la contienda y la derivó al Tribunal Ambiental.
De esta forma, y quizás movido por las cientos de observaciones presentadas por las comunidades a “Los Bronces Integrado” y a la descuidada presentación hecha en su estudio por Anglo American, el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) estableció en el ICSARA (informe consolidado de solicitud de aclaraciones, rectificaciones o ampliaciones) que el proyecto resulta “perjudicial con la promoción del uso sustentable y estratégico del agua en la región y con la promoción de un uso responsable y seguro del territorio en relación con riesgos potenciales por amenazas naturales y antrópicas”.
También el ICSARA del SEA acusa de falta de “idoneidad” a la minera al utilizar normas erróneas para la medición de polvo en las masas glaciares, pues Anglo American se basa en la norma Suiza, Ordinance on Air Pollution Control (OAPC) para homologar los parámetros de este sistema de medición en glaciares.
“Dicha norma tiene por objetivo el control de la contaminación del aire y los limites que prescribe sirven para la protección del suelo y la protección indirecta de la salud de la población. La particularidad de los ecosistemas glaciares y periglaciares no admiten una homologación con los objetos de protección de dicha norma, por lo tanto su aplicación fuerza una parametrización de umbrales de contaminación que  no son aplicables a los ecosistemas glaciares, ni tampoco responde a las características situacionales de los ambientes de montaña locales”, afirma el SEA.
Se trata de un hecho gravísimo, pensando sobre todo en el actual escenario de cambio climático y que Santiago depende del abastecimiento de agua principalmente de los glaciares.
También el ICSARA le da en el suelo en este punto al proyecto Los Bronces Integrado, agregando que “el titular no mide contaminantes trasportados por los vientos como el carbón negro o (BC) u hollín, otros residuos de combustión y los aumentos de temperatura que genera la circulación de vehículos, maquinaria y la faena minera, por lo tanto, el balance energético entre la interfaz superficie-atmosfera estaría insuficientemente estudiado”.
Pero esto no es todo, también señala que la minera no ha sido capaz de demostrar los impactos en las masas glaciares inmediatas al proyecto, en este caso La Paloma, ni cercanas, como Olivares Alfa, acotando el área de influencia a áreas cercanas a las salidas y entradas de los túneles proyectados, ”coartando el análisis y el proceso de predicción  y evaluación de impactos del proyecto”.
El ICSARA va mas allá en lo que se refiere al material particulado en suspensión MPS provocado por la actividad minera y que afecta significativamente a los glaciares al depositarse sobre ellos. Recordemos que según el estudio de impacto ambiental presentado el 2012 por Codelco Andina, 10 gramos de polvo sobre un metro cuadrado de glaciar aumenta su derretimiento entre un 73 y 94%.
De esta forma, el ICSARA del SEA agrega que estudios como los expuestos se han referido al significativo aporte de MPS proveniente de la gran minería del sector y sus consecuencias sobre las masas glaciares, “… sumado a una lectura incorrecta del sistema de caracterización de vientos. En consecuencia, el titular no da cuenta certera en los análisis realizados sobre las complejidades del sistema de vientos ni tampoco sobre las micro-dinámicas atmosféricas que derivan en aportes directos de MPS sobre las zonas glaciares y peri glaciares cercanas”.
También, las conclusiones de los análisis del SEA al estudio de impacto ambiental de Anglo American habla de la falta de prolijidad al no incorporar otros puntos en la afectación de glaciares: “El titular descarta el registro de MPS por la Estación Sulfato basándose en análisis de vientos con una lectura inconexa y que además son contradictorios con otras investigaciones científicas realizadas en el sector (precedentemente citados en este documento)”.

Peligra el agua de Santiago
Sobre este importante punto, el ICSARA da cuenta de lo sensible que son para Santiago y su abastecimiento de agua las cuencas altas del Maipo y Mapocho, y proyecta que al finalizar la explotación del proyecto, el 2034, la población de Santiago se habrá incrementado en 1,3 millones.
Por todo lo expuesto en los puntos anteriores, concluye que “el resultado de la interacción entre la actividad minera a gran escala, como amenaza potencial sobre la masa glaciar, la exposición de numerosos glaciares situados en las cercanías de las obras superficiales de la faena minera, el aumento de la vulnerabilidad de los glaciares en el contexto del cambio climático que se suma a las presiones antropogénica, configuran un inminente riesgo de seguridad hídrica para la región”.
Acá también el SEA es extremadamente mas explícito y agrega que “el sector de localización del proyecto minero pone en riesgo las posibilidades de adaptación y resiliencia de la capital nacional frente al cambio climático”.
Finalmente, a manera de cierre, el análisis por parte del SEA le pone prácticamente la lápida al proyecto Los Bronces Integrado, al señalar de manera tajante que “al margen de las deficiencias del EIA presentado por el titular, ya mencionadas precedentemente, existen factores externos que suman variables que acrecientan la incertidumbre sobre la sustentabilidad ambiental del proyecto, estos son; la prolongación sostenida de los periodos de sequía y los efectos cumulativos del cambio climático, factores que tienen potencial influencia de afectación negativa y sinérgica sobre el aporte del sistema de glaciares del entono del proyecto al sistema hídrico de las cuentas altas de los ríos Mapocho y Maipo (cuenca del río Olivares, tributario del río Maipo)”.
Sin duda, todos estos elementos, en caso de una aprobación forzada del proyecto por presiones políticas y económicas, servirán para que las comunidades recurran con muchas más certezas a otras instancias como el Tribunal Ambiental y la propia Corte Suprema.

Fuente El Ciudadano

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