Nicaragua: ¡Sanear el Lago Managua! Una tarea impostergable

El lago Managua, el segundo más grande Nicaragua, consiguió una inyección financiera para su saneamiento, tras décadas en las que solo recibía aguas negras, contaminación e indiferencia política. La Asamblea Nacional (parlamento) de Nicaragua aprobó recién un crédito de 21,2 millones de dólares con el Banco de Alemania para limpiar al también conocido como Xototlán, un proyecto que beneficiará a los pobladores de Managua, Ciudad Sandino y Tipitapa. La inversión de marras, proyectada para un período de 4 años, servirá para mejorar y ampliar una planta de tratamiento de las aguas residuales de Managua, y reducir los niveles de contaminación en la ribera sur del lago, que abarca 1.049 kilómetros cuadrados.


Vigilado por el volcán Momotombo, el Xototlán se comunica por el río Tipitapa con el Cocibolca, el mayor lago de Centroamérica, y aparte de ser un símbolo de Managua, es fuente de empleos, alimento y goce para la población capitalina y sus visitantes.
Sin embargo, tanta belleza natural estaba manchada por el desagüe indiscriminado de albañales y otras podredumbres que quizás no se veían, pero sin dudas se olían…
Viejo problema
La contaminación en el Xototlán es un viejo problema, pues ya en 1929 el entonces presidente José María Moncada avalaba el vertido de las aguas negras de Managua en su célebre lago, como relató el historiador Alberto Vogl Baldizón en uno de sus libros.
Cuenta Baldizón que le preguntó a Moncada si no le preocupaba que los capitalinos dejaran de comer peces de un lago cada vez más sucio, y el mandatario replicó: «el que come un nacatamal (tamal típico, relleno con carne de cerdo) no pregunta lo que ha comido el chancho».
Tal indolencia hizo que el Xolotlán fuera durante décadas receptor de aguas negras, pesticidas, desechos industriales y metales tóxicos, como el mercurio, detectado aún en fechas recientes en mojarras, guapotes, guabinas y otros peces que luego son vendidos en mercados capitalinos.
Quienes (sobre)viven de la pesca artesanal en sus aguas tienen que lidiar cotidianamente con una nata de basura citadina que entorpece el lanzado de sus redes y pitas, sin pensar demasiado en que los pocos pescados que atrapan quizás tengan altos niveles de toxicidad.
Reacción gubernamental
Para revertir el problema, en 2009 entró en funcionamiento una planta de tratamiento de aguas residuales para recuperar el lago, con fondos de Alemania y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y una voluntad gubernamental hasta entonces tímida, por no decir ausente.
La administración del presidente Daniel Ortega abanderó el proceso, que no demoró en mostrar resultados: disminuyó la contaminación, se disipó la fetidez que solía emanar del Xototlán y bajaron los niveles de mercurio en la mayor parte del estuario.
Según la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal), dicha planta permite descontaminar unos 182.000 metros cúbicos de aguas residuales a diario antes de ser vertidas en el lago Managua, que en un futuro podría abastecer de agua potable a la capital.
Ello demanda financiamiento y cooperación internacional, como la liderada por Alemania y Japón, así como otros mecanismos regionales.
De hecho, el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) aprobó en junio pasado un proyecto de 151.4 millones de dólares para construir tres plantas de tratamiento de aguas residuales, y 253 kilómetros de redes de recolección y alcantarillado en la ribera sur del lago.
«El apoyo a proyectos de agua, saneamiento y alcantarillado en nuestra región se traducen en salud, productividad y empleo, además de sostenibilidad ambiental», declaró al respecto el presidente ejecutivo del BCIE, el hondureño Dante Mossi.
Con los fondos aprobados, solo falta que sean ejecutados, y que proyectos turísticos como el rescate de la llamada Isla del Amor, en el corazón del Xototlán, cumplan con estándares básicos de sostenibilidad para proteger lo avanzado en materia ambiental.
 

Fuente: Sputnik

 

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