Francia: Pese a la represión, el Levantamiento de la Tierra no se detiene
Este 25 de marzo comenzaba una nueva edición de las movilizaciones Soulèvements de la Terre, el Levantamiento de la Tierra, con la intención de que duren hasta el 31 de agosto. La 5ª acción en concreto. Tildadas por los medios como «ecologistas», aunque cierto, se caracterizan por tener un objetivo marcado contra la agro-industria, el agribusiness. De hecho su lema para este nuevo curso que comenzó el sábado pasado en Sainte-Soline es «Acaparamiento, agro-industria, artificialización… quitémoslos de en medio».
Ese día comenzó de forma masiva, con un campamento en el que se juntaron 30.000 personas y una acción dirigida a los embalses de regadío, que como todo lo planteado por el modelo agro-industrial también son enormes, como lo son sus impactos, pues limitan el agua a las comunidades y los ecosistemas, especialmente ahora, en tiempos de emergencia climática y sequías históricas. Sólo así se puede entender la respuesta masiva y también la resistencia con la que luego se enfrentaron a la policía.
Sin duda la razón del éxito de convocatoria reside en un movimiento que ha conseguido gran consenso y unidad con más de 200 organizaciones sindicales, políticas, campesinas y ecologistas tras la convocatoria. Y también por las decisiones autoritarias anti-democráticas del gobierno, de mano de la prefectura de Deux-Sèvres, de prohibir las manifestaciones, como ya lo hizo anteriormente en las 3 últimas convocatorias. Ante ello, las convocantes mantuvieron las protestas con el éxito consabido.
Porque la policía no escatimó medios: sus incursiones en quads (cuatri-motos) por los monocultivos portando parejas de robocops, uno conduciendo y otro disparando granadas, como escenas sacadas de Mad Max o una peli distópica. Muestran la rápida adaptación del aparato represor a las distintas formas de protesta y a todos los terrenos.
Pero los y las manifestantes no se quedaron atrás y también respondieron: las imágenes de las furgones policiales en medio de la campiña francesa son elocuentes, con los policías sin saber a donde ir.
La sangría de la policía fue terrible y demuestra premeditación: dispararon 4000 granadas letales en 2 horas, hiriendo a 200 personas con metralla. Dos de ellas se encuentran todavía en coma, debatiéndose entre la vida y la muerte. De las demás, 40 se encuentran graves: una perdió un ojo, a otras les arrancaron la mandíbula, y otras en peligro de perder el pie. Las organizadoras denunciaron también que tras la represión las fuerzas del orden obstaculizaron el acceso de asistencia a las personas heridas.
Porque la movilización de Sainte-Soline coincidía con las protestas contra la reforma de las pensiones que en los últimos días, desde el 16 de marzo, ocurren en Francia, las mayores desde el movimiento de los Chalecos Amarillos en 2018, y que el gobierno intenta suprimir con grandes dosis de represión.
Mientras, hoy jueves 30 de abril es día de coincidencias. Por un lado el movimiento convoca a concentrarse frente a las prefecturas de gendarmería de todo el país en apoyo a los 2 manifestantes en coma y el resto de personas heridas. Por otra, el Ministro francés del Interior, Gérald Darmanin, anunció en la Asamblea Nacional que va a proceder con la disolución del movimiento “Soulèvements de la Terre”.
La gran respuesta conseguida por la convocatoria de esta primera jornada del Levantamiento de la Tierra en Sainte-Soline (30.000 personas) nos recordaban a las recientes en Alemania de Lützerath y anteriores de Ende Gelände, etc. Nos recordó al movimiento tan fuerte que hubo en el estado francés y que perdura con las ZAD o Zone à Défendre, campamentos contra la construcción de grandes infraestructuras, como los de Sivens en 2014 o Notre-Dame-des-Land (2016)… o aún más con las luchas antinucleares como las de Malville en 1977.
"Los Levantamientos de la Tierra" es una inciativa de protesta ambiental iniciada en Francia en 2021 y que en los últimos años ha ido estableciéndose y creciendo. Sus raíces también las encontramos en un movimiento campesino muy arraigado, con movimientos como la Confédération Paysanne (Confederación Campesina) que ahora participan junto a Atelier Paysan (Taller Campesino) en este movimiento, de fuertes valores antiglobalización y parte de la Via Campesina. Un movimiento que ha sido radical y partidario de la acción directa como cuando José Bové desmanteló con su tractor un McDonald’s en construcción en 1999
Actualmente, a la lucha de los pequeños campesinos y campesinas contra el modelo neoliberalista de agricultura industrial que amenaza con su producción a base de químicos y fitosanitarios, de especies modificadas genéticamete, de producción mecánica y propiedad transnacional, de macro-granjas, se les suman los embalses para regadío que se han convertido en objetivo del movimiento. El pasado Día Mundial del Agua (22 de marzo) la Confédération Paysanne llevó a la ONU precisamente el caso de las mega-embalses que consideran una violación de derechos humanos pues este «acaparamiento de agua» (unida a la de la tierra) afecta a «las condiciones de vida y de trabajo de los agricultores familiares».
Estos impactos de la agro-industria a nivel social y laboral son unidos por las activistas a otros de carácter ambiental como son la destrucción de ecosistemas por el mismo modelo, o la pérdida de la biodiversidad, y por ello enlazan esta lucha contra otras infraetructuras absurdas. .
Fuente: https://aplaneta.org/2023/03/30/pese-a-la-represion-el-levantamiento-de-la-tierra-no-se-detiene/