Patagonia argentina: Deconstruyendo las Represas sobre el río Santa Cruz. La diferencia entre el relato las inversiones y la realidad (Infome II)

Publicamos aquí el tercer informe sobre esta visión nunca difundida de manera masiva, respecto al proyecto Represas Patagonia sobre el río Santa Cruz, que de alguna manera avala gran parte de las críticas que hemos hecho en estos años y tanto de parte del/los gobiernos, como de los sindicatos, las empresas involucradas y los medios oficialistas, han intentado disimular o negar directamente.

La energía hidroeléctrica es energía renovable y sustentable
Otro de los supuestos refiere al carácter de sustentabilidad del proyecto por tratarse de una energía renovable. La Secretaría de Energía (2021) señala que “Se denomina energías renovables a aquellas fuentes energéticas […] capaces de renovarse ilimitadamente. Su impacto ambiental es de menor magnitud dado que además de no emplear recursos finitos, no generan contaminantes“.
También el Programa Nacional de Obras Hidroeléctricas 2025 (2014), expresa que “Las presas hidroeléctricas son en la actualidad la mejor alternativa para generación de energía renovable a escala suficiente para el desarrollo sustentable de todo un país o una región.”. I
EASA, promotora de la obra, se define en grandes títulos con el valor de Sutentabilidad en su web. En el discurso oficial se confunden a menudo los términos renovable y sustentable, haciendo más amigable la presentación del proyecto.
Sin embargo, la legislación (Ley 27.191) sólo integra en su política de renovables a los “Pequeños Aprovechamientos Hidroeléctricos” explicitando que “El límite de potencia establecido por la presente ley para los proyectos de centrales hidroeléctricas, será de hasta cincuenta megavatios (50 MW)“.
Actualmente, no es posible encontrar informes dónde grandes represas y energías renovables se presenten bajo el mismo título (CAMMESA 2021). De hecho, existe un serio debate sobre la renovabilidad o la sustentabilidad de las grandes represas, ya que alteran completamente las características originales del sistema del que se nutren.
Las opciones son dos: hidroeléctricas o combustibles fósiles
En el contexto del cambio climático y crisis ecológica resulta urgente avanzar hacia transiciones energéticas. Sin embargo, se recurre al argumento de que la única alternativa son las megahidroeléctricas. Dice Alejandro Sruoga, secretario de Energía Eléctrica del Ministerio de Energía y Minería: “se destaca la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero versus la alternativa de expandir la generación térmica con el uso de combustibles fósiles“.
A partir de lo señalado por la normativa (Ley 25.675; Ley 23.879; Res. 718/87), el ahorro y la eficiencia deberían ser dos ejes fundamentales en la toma de decisiones relativas al modelo energético, pero son sin embargo dos grandes ausentes del debate.
En Argentina, en el proceso de distribución se pierde cerca del 16% de la energía eléctrica producida (Jiménez Mori et al., 2014), situando esta tasa entre las más altas del globo, mientras que estas represas aportarán apenas entre el 2.5 o el 5% del volumen eléctrico de la red nacional.
¿Dónde está el estudio de alternativas o de planificación energética estratégica? ¿Dónde están los estudios para la gestión de la inversión de los enormes presupuestos energéticos?

El gobierno alimenta cualquier fuente de energía, desde hidroeléctricas a fósiles sin planificación ni criterios de sustentabilidad, incentivando proyectos energéticos de alto impacto ambiental como la carboeléctrica de Río Turbio o el fracking en Vaca Muerta.
Países considerados modélicos hacen uso generalizado de este recurso
Dice Elpidio Navarro, representante del Comité Argentino de Grandes Presas: […] países que son ejemplos en el cuidado del medioambiente, como Noruega, Canadá, Suecia, Suiza […] siguen incorporando energía hidroeléctrica hoy en día. Aquellos países que no desarrollan más energía hidroeléctrica […] es porque ya han aprovechado todo su potencial”
Se trata de otro ejemplo de la aplicación sistemática del modelo de crecimiento constante que ha llevado al planeta al colapso ambiental. Los países centrales, principalmente en la Unión Europea, Canadá y USA, aplican hoy políticas ambientales por las que buscan limitar y revertir las consecuencias de las grandes represas en sus ríos saturados (USSD 2015; Matthews 2012; McCully 2004; Belletti et al., 2020), pero con un doble rasero.
En la periferia no dejan de aprovechar el beneficio monetario que les proporciona la construcción de represas, un negocio en el que están ya muy experimentados y que les resulta de fácil ejecución.
Es el agotamiento de las cuencas hídricas europeas, norteamericanas y chinas lo que los lleva a buscar nuevos mercados en el sur global mediante métodos extractivistas, construyendo megaproyectos prohibidos o inviables en sus territorios.

Fuente: https://www.opisantacruz.com.ar/2023/12/07/deconstruyendo-las-represas-sobre-el-rio-santa-cruz-la-diferencia-entre-el-relato-las-inversiones-y-la-realidad-infome-iii/

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