Predecir catástrofes






El vertido de BP en el golfo de México


Alberto Piris
República.es



Como sucede en casi todos los accidentes producidos en aparatos o instalaciones de compleja tecnología, la causa del enorme vertido de crudo petrolífero que está contaminando las aguas del Golfo de México desde el pasado 20 de abril parece ser una combinación de errores humanos y deficiencias materiales. No es este el lugar para comentar esos fallos y habrá que esperar a que concluyan las investigaciones del Gobierno de EEUU y de British Petroleum (BP) -la empresa responsable de la perforación- y confiar en que, como resultado de aquéllas, se tomen las medidas necesarias para que no se produzca otra catástrofe similar.
Se trata de algo parecido a lo que ocurrió con el avión de Spanair accidentado en Barajas en agosto de 2008, cuya tripulación intentó despegar con una configuración errónea de los flaps: se investigan los errores -en este caso, los fallos en las rutinas de mantenimiento y reparación- cuando ya es tarde para evitar el accidente. Se llegan a entender las causas de lo ocurrido, se atribuyen responsabilidades, se penaliza lo que sea punible y, lo que es más importante, se asegura rotundamente que “ese error no se volverá a producir”, rehaciendo manuales técnicos, comprobando nuevos procedimientos operativos, modificando componentes y corrigiendo, en suma, los defectos que condujeron al accidente. A ese accidente concreto, no a otros. Éstos todavía no se conocen, no se han producido y, como las balas que permanecen en el tambor del revólver del sheriff, no se sabe todavía a quién matarán.
No hay que extraer conclusiones equívocas de lo anterior. No se pretende censurar la tecnología aeronáutica, poniendo de relieve sus fallos y la posibilidad de que éstos puedan producirse en cualquier momento. Una vez más es necesario recordar que el índice de accidentes del transporte aéreo es mucho menor que el de la circulación rodada por carretera. Tanto aquél como ésta, además, responden a una necesidad humana, indiscutible y razonablemente lógica: la de viajar y desplazarse, que ya existía cuando los primeros homínidos abandonaron África y empezaron a poblar el mundo.
No podemos afirmar lo mismo de la necesidad de perforar la superficie de nuestro planeta para extraer hasta la última gota de los yacimientos de hidrocarburos que se esconden en el subsuelo. La dependencia de los hidrocarburos como fuente básica de energía que existe hoy en los países desarrollados, sobre todo en EEUU, tan irracionalmente arraigada, hace que las explotaciones petrolíferas sean cada vez más complicadas y peligrosas, a medida que los yacimientos de más fácil aprovechamiento van quedando agotados.
No es un fenómeno extraño la explosión y la consiguiente catástrofe en un pozo petrolífero, como consecuencia de la presión con la que repentinamente surgen el crudo y el gas desde las profundidades de la tierra cuando encuentran el camino expedito hacia la atmósfera. Ya en los años 50 del pasado siglo nos lo mostraba una película que marcó una época en la cinematografía -”El salario del miedo“-, en la que unos desesperados aventureros son contratados para transportar un cargamento de nitroglicerina a fin de cortar las llamas de un pozo incendiado en algún lugar de Sudamérica.
Desde aquellos manantiales de los que el denso fluido surgía naturalmente para uso de asirios y babilonios (y que probablemente inspiraron el “fuego sagrado” de Zaratustra), hasta los más recientes pozos petrolíferos perforados en el lecho de los océanos, la ansiosa búsqueda del deseado producto se hace cada vez más arriesgada y peligrosa. Ya no se trata de perforar las extensas planicies tejanas o mesopotámicas, sino de extraer petróleo en Alaska, de esperar a que el Ártico se descongele o perforar en aguas oceánicas cada vez más profundas. Se utilizan para esto máquinas robotizadas, que se manejan por control remoto, y se trabaja cada vez más cerca del borde de la catástrofe: ya no puede transportar Yves Montand por abruptas pistas su peligrosa carga de nitroglicerina para que, instalada junto al pozo en llamas, detenga con su explosión la alimentación del incendio y ponga fin al desastre, porque eso no es posible en las profundidades marinas, como se está viendo en el accidente caribeño aquí comentado.
El problema no es solo achacable a la tecnología, a los fallos mecánicos o a la imprevisión o incompetencia de los operarios responsables. La memoria anual de 2009 de BP lo explica con claridad: “BP trabaja en las fronteras de la industria energética. Desde el fondo del océano hasta las complejas refinerías, desde lejanas islas tropicales hasta los biofuels de la próxima generación, BP, revitalizada, logra una mayor eficacia, un impulso sostenido y un negocio creciente”.
Son los beneficios de las poderosas compañías petrolíferas los que impulsan esa tendencia a bordear la catástrofe. Y la implacable ley de una oferta forzosamente decreciente, impuesta por un recurso energético, los hidrocarburos, que van camino de su ineludible agotamiento definitivo. Pero mientras éste llega, la necesidad de sostener o aumentar las ganancias fuerza a extraerlos en condiciones más difíciles, con costes siempre más elevados, rendimientos cada vez menores y riesgos progresivamente acrecentados. Los accidentes se seguirán produciendo, a pesar de los constantes avances en la tecnología. Se trata de una predicción muy fácil de hacer y de confirmación casi garantizada.
Fuente: http://www.republica.es/2010/05/27/predecir-catastrofes/

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Marea negra en EE.UU.: hubo señales de fallas hace 11 meses
Lo afirman documentos de BP. Lanzan otro plan para frenar el derrame.

Tras el fracaso de su operación para intentar frenar el peor derrame de crudo en la historia de Estados Unidos, British Petroleum (BP) preparaba ayer otro plan para cerrar el pozo, pero que sólo daría una solución parcial. En tanto, se difundieron documentos internos de la compañía que muestran que desde hace a l menos once meses había graves problemas y preocupación sobre la seguridad de la plataforma que estalló en abril.
“Estamos decepcionados. No fuimos capaces de controlar el flujo del pozo. La fuga era demasiado importante”, declaró ayer Bob Dudley, director general de BP a la cadena CNN, tras constatar que el intento de inyectar restos sólidos en el pozo, una compleja operación llamada “Top Kill”, lanzada el miércoles, no había logrado detener el derrame.
La empresa intentará ahora una solución parecida a la tapadera de confinamiento que fracasó a principios de mayo por la formación de cristales de hielo bajo el efecto del gas y del agua. Lo que se busca es cortar una cañería que sale del pozo y cerrarla con una especie de embudo.
Se usarán los mismos robots submarinos a control remoto que no tuvieron éxito antes.
El gobierno federal, BP y los estados afectados por la marea negra ya se plantean abiertamente que el derrame puede durar hasta agosto , cuando se completarán los dos pozos alternativos que se perforan y que aparece ahora como la única solución definitiva al problema.
El derrame es el peor en la historia de EE.UU., tras superar al desastre del buque Exxon Valdez en Alaska en 1989. Hasta ahora, ha despedido entre 68 millones y 151 millones de litros al mar. Es “probablemente la peor catástrofe ecológica que hayamos enfrentado en este país”, declaró ayer Carol Browner, consejera del presidente Barack Obama en temas ambientales.
El diario The New York Times difundió ayer documentos que muestran que BP tuvo varios avisos antes de la explosión de la plataforma Deepwater Horizon, el 20 de abril, que dejó 11 operarios muertos.
Los problemas comprendían la tubería de revestimiento y el mecanismo de prevención de explosiones, elementos vitales de la cadena de acontecimientos que derivó en el estallido de la plataforma. Ya el 22 de junio del año pasado, por ejemplo, ingenieros de la petrolera advirtieron que la tubería de revestimiento que la empresa quería usar podía ceder ante una fuerte presión.
“Sería el peor de los casos”, advirtió Mark E. Hafle, un ingeniero de perforaciones de BP, en un informe interno. La compañía siguió adelante con la tubería, pero sólo después de obtener un permiso especial de colegas de BP porque violaba las pautas de diseño y la política de seguridad de la empresa. Los informes internos no explican por qué se permitió una excepción.
Si bien su informe indica que BP era consciente de determinados peligros y que hizo una excepción, Hafle, que el viernes declaró ante miembros de la Guardia Costera y funcionarios del Servicio de Administración de Minerales en Louisiana, desmintió que se hubieran corrido riesgos. “Se habían analizado todos los motivos de preocupación, y teníamos un modelo que indicaba que, si se trabajaba de forma adecuada, sería un éxito”, afirmó.
Según un documento, en abril, haciendo referencia a la forma en que se sellaría la tubería para evitar el escape de gases del pozo, ingenieros de BP concluyeron que “probablemente no va a ser un trabajo exitoso” . El informe agrega que el plan “no cumple con las regulaciones del MMS”, el Servicio de Administración de Minerales. Una segunda versión del texto, luego de realizarse más pruebas, señaló que sí era posible un sellado efectivo, y que se cumplía con las regulaciones.
El Congreso dio a conocer el martes un memorándum con conclusiones preliminares de la investigación interna de BP, que indicaba que había habido advertencias poco antes de la explosión del 20 de abril, entre ellas lecturas de equipo que sugerían que en el pozo había gas en ebullición, un posible indicio de una inminente explosión .
La semana pasada hubo un desfile de testigos en las audiencias, que hablaron de decisiones malas e improvisadas en los días y horas anteriores a la explosión. Además de la tubería de revestimiento, los investigadores analizan el mecanismo de prevención de explosiones, que debía cortar una tubería en un último intento de cerrar el pozo cuando estalló el desastre. Ese mecanismo no funcionó, y es uno de los motivos por los que sigue vertiéndose crudo en el Golfo de México.

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British Petroleum no permite a los cubanos suscribirse a sus boletines de prensa


Cubadebate

En una carta enviada al webmaster de la página en Internet de British Petroleum, empresa responsable del vertido de crudo en el Golfo de México que ha causado un desastre ecológico de incalculables consecuencias, un investigador cubano denunció la imposibilidad de los usuarios de la Isla a acceder a los boletines informativos de la empresa, debido a que el acceso está prohibido.
La petrolera británica aplica extraterritorialmente las normativas que impone Estados Unidos a la Isla, impidiéndole el acceso a información y servicios en Internet bajo las regulaciones del bloqueo.
Cubadebate pudo verificar la prohibición y que tampoco pueden acceder los usuarios de otros países que Estados Unidos ha marcado en su lista negra, como Irán, Sudán y Corea del Norte.
A continuación la nota enviada por Arnaldo Coro Antich, editor de Ciencia y Técnica de la emisora cubana Radio Progreso:
A Relaciones con la Prensa de British Petroleum
Hoy 27 de Mayo visité su sitio Web en un intento para subscribirme a los comunicados de prensa que BP está emitiendo en relacion al desastre tras la perforación petrolera que comenzó el 20 de abril.
Estoy enfurecido por el hecho de que su sistema automático de subscripción no incluye a mi país, la República de Cuba, una de las 192 naciones miembros de las Naciones Unidas, en la lista de países del mundo.
Tan asombroso como puede sonar, es un hecho que su corporación ignora a mi nación que, por demás,  pudiera ser una de las afectadas por el derrame de petróleo que continúa desde sus operaciones de perforación en el Golfo de México.

Mi pregunta a sus ejecutivos es la siguiente:
¿Quién maneja su operacion de relaciones con la prensa con esta falta de profesionalismo?
Visiten su propio sitio WEB y lanzen una mirada… Alli van a ver que la lista de países que se ofrece a un potencial subscriptor para autenticar su localización (geográfica) salta de Croatia a Cyprus (de Croacia a Chipre ) … y Cuba no aparece por ninguna parte.
Como profesional de la prensa con más de medio siglo de experiencia, todo lo que puedo decir es que ustedes tienen que reparar esa omisión, asi como tener en sus mentes que otros paises que no son de habla inglesa, están entre las víctimas potenciales del derrame de petróleo causado por el accidente catastrófico de su operación de perforación en aguas profundas, así que una forma de demostrar su respeto a Cuba, México y otros países de habla hispana sería incluir como parte de las informaciones acerca del manejo del desastre, una traducción en Español de los comunicados de prensa.
De usted, atentamente

Prof. Arnaldo Coro Antich 
Editor principal de Ciencia y Técnica
Radio Habana Cuba
Cuba
http://www.cubadebate.cu/noticias/2010/05/27/british-petroleum-no-permite-a-los-cubanos-suscribirse-a-sus-boletines-de-prensa/

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