Argentina: Peces muertos, negocios y modelo impunes
Carlos del Frade (APE)
Durante el año del bicentenario, un juez de la ciudad de San Jorge, capital del departamento San Martín, en el oeste santafesino, Tristán Martínez, sostuvo que no puede utilizarse el glifosato a menos de ochocientos metros de los cascos urbanos de la región. Que para cuidar el valor de la salud humana era fundamental aplicar el método precautorio.
El primero que salió al cruce del fallo fue el entonces gobernador y luego candidato a presidente de la Nación, Hermes Binner, diciendo que no estaba comprobado que el agrotóxico tuviera consecuencias letales. La misma lógica del gobernador de San Juan, José Luis Gioja, cuando defiende la utilización del cianuro en las mineras a cielo abierto. O la del gobernador de Misiones que mira para otro lado al hablarse de depredación forestal a gran escala.
La contaminación ambiental es uno de los tantos efectos del modelo extractivo que en la Argentina del tercer milenio tiene varias máscaras: sojalismo exacerbado, megaminería, depredación ictícola y forestal, según las provincias elegidas por capitales casi siempre multinacionales.
Muy cerca de San Jorge, en los alrededores de la comuna de San Martín de las Escobas, en el arroyo Corralito, aparecieron cientos de sábalos, dorados y mojarras muertos.
El principio precautorio del doctor Martínez parecía flotar sin vida en las aguas contaminadas. Una brutal metáfora de la escasa fuerza para modificar la realidad de los intereses dominantes en la provincia con forma de bota y nombre religioso.
“Si bien no hubo ninguna hipótesis oficial sobre las causas del hecho, en la localidad dicen por lo bajo que la mortandad de peces podría atribuirse al lavado de una fumigadora o de bidones de herbicidas, volcando los venenosos residuos en el cauce. Ante la gravedad de la situación, atestiguada y fotografiada por vecinos, la comuna elevó una denuncia al secretario del Sistema Hídrico, Forestal y Minero de la provincia, Roberto Tion, a quien se le pide investigue a fondo lo ocurrido”, sostiene la información periodística que siguió al descubrimiento.
-Hubo una mortandad masiva de peces, hicieron un desastre. Hemos querido investigar el motivo, saber de dónde provino y cómo se originó este daño, pero hasta el momento no tenemos respuestas. La comuna hizo una denuncia ante el Ministerio de la Producción provincial, pero hasta el momento nadie vino a estudiar el tema. Si hubo contaminación, no sabemos tampoco de dónde provino; puede ser de aguas arriba, de la zona de Sastre o de Colonia Margarita, donde nace un canal que confluye con el Corralito – dijo, Mario Brussa, jefe de los Bomberos Voluntarios de San Martín de las Escobas.
Desde la comuna se pidió ayuda a la provincia para tratar de establecer por qué murieron tantos peces.
Hasta el momento no se sabe si hubo respuesta.
Varios procesos contaminantes vienen verificándose en las aguas del Corralito.
Osvaldo Ayassi, el presidente comunal de San Martín de las Escobas, remarcó que "por el desagüe de los frigoríficos, el canal que está al sur del pueblo perdió completamente su fauna ictícola. Si al Corralito lo siguen tratando así, perderemos su fauna. Por eso queremos que nos instruyan. Si es necesario que viaje a Santa Fe, lo haré, pero quiero que se solucione este tema. Este es un canal pequeño, y por lo tanto mucho más vulnerable que otros cursos de agua. No queremos que vuelva a ocurrir", sostuvo.
En plena expansión de la frontera sojera, con precios que superan los 500 dólares por tonelada, nada hacer prever que el Corralito o el fallo del juez Martínez sean tenidos en cuenta.
Todo puede sacrificarse en el altar del dios dinero que, para algunos, multiplica el modelo extractivo.
Queda la esperanza, como siempre, de la conciencia colectiva, la movilización y las respuestas políticas populares que rompan con estos negocios que se consumen la naturaleza y la salud humana.
Foto: arenapoliticasde.blogspot.com