“En Chile, las empresas mineras secuestraron la democracia”
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Entrevista a Lucio Cuenca, director ejecutivo del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales en Chile, durante su participación en el “Primer Foro de Alternativas a la Megaminería”.
El Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA) es una organización con sede en Chile que lleva 20 años apoyando a las comunidades que resisten los megaproyectos en distintos ámbitos del mundo extractivo y, particular, los vinculados a la expansión de la minería. En este sentido, “estamos buscando generar lazos con organizaciones argentinas. La expansión del sector minero no es solo en algunos de nuestros países sino que es un fenómeno a nivel regional de toda Latinoamerica”, relata Cuenca.
Durante su paso por el “Primer Foro de Alternativas a la Megaminería”, organizado por Proyecto Sur y desarrollado en la Facultad de Ciencias Económicas, Cuenca pormenorizó detalladamente la política chilena con respecto a los emprendimientos mineros. “Chile cumple un papel importante, un lamentable papel en realidad, porque a Chile se lo propone como un ejemplo estratégico de progreso de otros países latinoamericanos para desarrollar un modelo económico basado en el avance de la actividad minera”, dijo.
Cuenca asegura que los principales promotores de esta conciencia son “el Banco Mundial, el FMI y las trasnacionales mineras, quienes tergiversan lo que realmente está sucediendo en Chile y las consecuencias que ha tenido en los últimos 20 la expansión de la minería”.
¿Cuál es el papel del Gobierno chileno ante esta situación?
“El gobierno chileno fijo su postura hace tiempo. En Chile se dejó que la política la hagan las empresas; y así, se le está entregando a la minera la posibilidad de definir una parte importante del desarrollo del país, se está transfiriendo la soberanía a entidades que se mueven por intereses económicos. Las empresas buscan frenar la democratización de nuestros países. Las mineras tienen secuestrada nuestra democracia limitando la expresión de las comunidades”.
Desde el OLCA, Cuenca es un continuo cuestionador del papel de minería como proyecto de país. “La estrategia de las empresas mineras es asegurarle supuestos beneficios al Estado que luego se redistribuyen en la sociedad. Sin embargo, los beneficios que esta minería transnacional privada ha desarrollado en nuestro país , hoy en día están cuestionados”, aseguró.
“La herencia institucional de la dictadura permite el desarrollo de una actividad minera que prácticamente no paga impuestos y que no da empleo. La gran minería en Chile entrega el 1% de todo el empleo nacional”, profundizó Cuenca y agregó que “mucho de ese trabajo es trabajo precario que se entrega a través de empresas tercer¡zadas”.
El director del OLCA no estaba ajeno a los últimos acontecimientos que involucraron a las asambleas de Famatina y Andalgalá. Se mostró especialmente consternado por las medidas oficiales de cortar la ayuda económica del gobierno de La Rioja al Municipio de Famatina. “Hay cierta complicidad. Es una estrategia complementaría del Estado con las empresas para generar espacios sociales. Ante la abandono del Estado de no atender necesidades básicas de las comunidades, las trasnacionales ingresan para suplantar ese rol y de esta manera extorsionar a un sector de la población, inhibir su capacidad de protesta y el ejercicio de sus derecho”, explicó
“Las empresas mineras tienen un poder muy grande, fomentan la corrupción social y política. Esto se manifiesta entregando recursos a los clubes deportivos, universidades, hospitales, y cualquier núcleo social. Es necesario fortalecer mucho la convicción de la gente”, manifestó Cuenca en relación al corte pro-minero realizado en Andalgalá.
Lucio Cuenca ha visto nacer la Unión de Asambleas Ciudadanas ya compartido el desarrollo de distintas asambleas, trabajando en conjunto y elaborando acciones de resistencia conjunta. “Nuestro principal problema es la falta de recursos y nuestra gran deuda es elaborar una estrategia en conjunto con todos y cada uno de estos movimientos”, dice.
¿Cuáles serán los próximos pasos del OLCA?
“Es muy importante el intercambio que podamos hacer de todas las experiencias de resistencia, de las distintas luchas que se están dando, de los debates que hay respecto al rol de la minería en las estrategias de desarrollo de nuestros países”.
Cuenca es esperanzador y firma en su discurso, de cara al futuro de Latinoamerica. “Por suerte, la sociedad, las comunidades se cuestionan de manera critica todo lo relacionado con el beneficio social que pudiera justificar la existencia de una actividad de alto impacto como es la minería”.
“Nuestra principal tarea es apoyar y unificar todos los movimientos para que no se sientan solos frente al Estado y a las megaempresas. Las empresas no han podido romper la resistencia de las comunidades. Cada día que pasa la gente está cada vez más informada. La mayoría de los nuevos -e incluso los antiguos- proyectos que se desarrollan hoy en día en nuestros países están siendo resistidos por las comunidades locales. Donde aparece un nuevo proyecto minero, aparece una comunidad dispuesta a proteger su territorio”, finalizó Cuenca.