BRICS para mantener el sistema basado en petróleo
OILWATCH INTERNATIONAL
Oilwatch Internacional señala que el grupo económico y político formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica -conocido como BRICS- se originó a partir la idea de Goldman Sachs de describirlos como los principales mercados emergentes. Se deduce fácilmente que la conceptualización de este grupo no tuvo en cuenta los intereses de los pueblos ni del ambiente, sino la acumulación del capital por parte del 1% y el despojo del 99% de la población, mediante un sistema basado en la extracción y consumo de combustibles fósiles.
El mundo se ha “echado a la espalda” una vez más un grupo arbitrario, artificial y multilateral al igual que el G8, el G20 y cualquier otro grupo “G” que aparezca en el futuro. Generalmente estos grupos socavan los espacios formales en los procesos multilaterales donde se podrían tomar decisiones democráticas.
Los grupos como BRICS se asemejan a los clubes de chicos que ofrecen exclusividad a sus miembros y los incitan a trabajar para el interés de los poderosos en detrimento de los demás. Cuando los países del BRICS entregaron $75.000 millones al FMI en el 2012, África perdió su poder de voto, no Europa ni los Estados Unidos. Cuando los BRICS (a excepción de Rusia) firmaron el “Acuerdo de Copenhague” con Washington en el 2009, aseguraron su posibilidad – junto con los demás países adictos a los combustibles fósiles - de contaminar el planeta mientras el resto de África sufre las consecuencias del cambio climático.
Los gobiernos de los BRICS dicen estar en contra del neo-colonialismo y las fuerzas imperialistas. También sugieren que sus corporaciones son mejores en comparación con las corporaciones del Norte. En realidad estos argumentos tienen poco fundamento. El poder infame de sus compañías petroleras y de otros combustibles fósiles (privadas o estatales) gozan de la misma impunidad y tienen la misma conducta indebida que las compañías transnacionales extranjeras en estos campos. Estas compañías se manejan mediante la represión, la destrucción ambiental y el deterioro de los medios de subsistencia locales.
Petrobras de Brasil, Gazprom y Lukoil de Rusia, CoalIndia Ltd. de India, CNPC y Sinopec de China y Sasol de Sudáfrica, entre otras empresas, están extendiendo sus operaciones en sus continentes y fuera de ellos, sacando ventaja del rol de hegemonías que tienen estos países en sus respectivas regiones.
Ya que la definición de los BRICS se refiere a un grupo de mercados y no de sociedades, no es extraño que se les conozca por sus productos. Como Anna Ochkina, una analista rusa manifiesta: “Brasil es imprescindible para los suministros agrícolas, China provee de mano de obra barata, India de trabajo intelectual barato a las industrias de alta tecnología, Sudáfrica provee minerales y Rusia petróleo, gas y minerales. La escala y condiciones de los suministros de estos recursos para el capital global hace que los BRICS sean esenciales en el sistema actual” (1).
Mientras los BRICS se presentan a sí mismos como benevolentes en los territorios que pretenden intervenir económicamente, sus propios habitantes sufren violaciones a los derechos civiles, socio-económicos y políticos. Sus poblaciones viven con serias dificultades, altos niveles de violencia, no cuentan con infraestructura adecuada y presentan otros síntomas de un desarrollo no orientado hacia su bienestar sino al lucro del gobierno y las corporaciones(2).
Desde el punto de vista de Oilwatch grupos como estos intentan dividir el mundo en varios mercados y esferas de influencia para apoyarse entre ellos y entrometerse en los asuntos de otras naciones con el fin de explotarlas y oprimirlas. Los bloques como BRICS impiden la posibilidad de crear otros espacios más democráticos ya que erosionan la solidaridad y promueven los intereses del mercado.
El encuentro en Sudáfrica de los BRICS esta semana será un escenario de combate tanto para las fuerzas emergentes como para las imperiales. Sudáfrica, la economía más grande del continente africano no podía quedarse atrás mientras los BRIC venían a por África y le quitaban su pedazo. Por ello, Sudáfrica se metió en la contienda y los BRIC adquirieron una “S”.
Los minerales, el petróleo africanos y otros recursos han sido deseados por saqueadores y aventureros de todo tipo a lo largo de los siglos. Últimamente el acaparamiento de tierra se ha sumado al acaparamiento de otros recursos. Mediante estos acaparamientos, los BRICS y bloques similares buscan consolidar las agendas neoliberales fallidas y la civilización obsoleta manejada por combustibles fósiles. Parece que los BRICS no se dan cuenta que el destinar sus esfuerzos a los mercados manejados por inversiones sucias y el acaparamiento de recursos crea un muro de ladrillos y de tropas criminales en la búsqueda de los intereses minerales (como ha sucedido en la República Centro Africana en los mismos momentos en los que los BRICS inician su encuentro en Durban).
El que las naciones se agrupen en bloques de mercancías y agentes financieros, debería catalogarse como uno de los ataques más descarados a los derechos colectivos de los pueblos. Además, esta situación podría agravarse debido a la posible influencia de Goldman Sachs en el Banco BRICS, como se propuso en una reunión reciente celebrada en marzo en Sudáfrica. Uno de los funcionarios de Goldman Sachs en Johanesburgo es el ex gobernador del Banco de Reserva Sudafricano y Pretoria ha pedido ser la sede del nuevo banco BRICS (que aparentemente es apoyado por Beijing).
El Banco BRICS agravará el caos social, económico y ambiental causado parcialmente debido a la financiación multilateral. Las instituciones financieras de los países BRICS como el Banco de Desarrollo Sudafricano, o el brasileño BNDES, constituyen claros ejemplos. Los fracasos espectaculares de Goldman Sachs y otras compañías de Wall Street, que ahora tienen enormes existencias de materiales como tanques de almacenamiento de petróleo, depósitos de metales y plantas de generación eléctrica (3), deberían alertarnos de que sus sueños y deseos deben ser repudiados y rechazados.
Oilwatch Internacional denuncia el artilugio llamado BRICS y todos los otros bloques constituidos para cumplir agendas de división y explotación alrededor del mundo. Creemos que es tiempo que las personas de los países que se encuentran en grupos como BRICS, G8 y G20 demanden a sus lideres electos el rechazo a ser parte de estos bloques que destruyen los espacios formales multilaterales y conducen al mundo a la violencia y crisis aún más profundas que la que vivimos hoy en día: la crisis financiera, económica, del cambio climático y de alimentos.
Notas:Oilwatch Internacional señala que el grupo económico y político formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica -conocido como BRICS- se originó a partir la idea de Goldman Sachs de describirlos como los principales mercados emergentes. Se deduce fácilmente que la conceptualización de este grupo no tuvo en cuenta los intereses de los pueblos ni del ambiente, sino la acumulación del capital por parte del 1% y el despojo del 99% de la población, mediante un sistema basado en la extracción y consumo de combustibles fósiles.
El mundo se ha “echado a la espalda” una vez más un grupo arbitrario, artificial y multilateral al igual que el G8, el G20 y cualquier otro grupo “G” que aparezca en el futuro. Generalmente estos grupos socavan los espacios formales en los procesos multilaterales donde se podrían tomar decisiones democráticas.
Los grupos como BRICS se asemejan a los clubes de chicos que ofrecen exclusividad a sus miembros y los incitan a trabajar para el interés de los poderosos en detrimento de los demás. Cuando los países del BRICS entregaron $75.000 millones al FMI en el 2012, África perdió su poder de voto, no Europa ni los Estados Unidos. Cuando los BRICS (a excepción de Rusia) firmaron el “Acuerdo de Copenhague” con Washington en el 2009, aseguraron su posibilidad – junto con los demás países adictos a los combustibles fósiles - de contaminar el planeta mientras el resto de África sufre las consecuencias del cambio climático.
Los gobiernos de los BRICS dicen estar en contra del neo-colonialismo y las fuerzas imperialistas. También sugieren que sus corporaciones son mejores en comparación con las corporaciones del Norte. En realidad estos argumentos tienen poco fundamento. El poder infame de sus compañías petroleras y de otros combustibles fósiles (privadas o estatales) gozan de la misma impunidad y tienen la misma conducta indebida que las compañías transnacionales extranjeras en estos campos. Estas compañías se manejan mediante la represión, la destrucción ambiental y el deterioro de los medios de subsistencia locales.
Petrobras de Brasil, Gazprom y Lukoil de Rusia, CoalIndia Ltd. de India, CNPC y Sinopec de China y Sasol de Sudáfrica, entre otras empresas, están extendiendo sus operaciones en sus continentes y fuera de ellos, sacando ventaja del rol de hegemonías que tienen estos países en sus respectivas regiones.
Ya que la definición de los BRICS se refiere a un grupo de mercados y no de sociedades, no es extraño que se les conozca por sus productos. Como Anna Ochkina, una analista rusa manifiesta: “Brasil es imprescindible para los suministros agrícolas, China provee de mano de obra barata, India de trabajo intelectual barato a las industrias de alta tecnología, Sudáfrica provee minerales y Rusia petróleo, gas y minerales. La escala y condiciones de los suministros de estos recursos para el capital global hace que los BRICS sean esenciales en el sistema actual” (1).
Mientras los BRICS se presentan a sí mismos como benevolentes en los territorios que pretenden intervenir económicamente, sus propios habitantes sufren violaciones a los derechos civiles, socio-económicos y políticos. Sus poblaciones viven con serias dificultades, altos niveles de violencia, no cuentan con infraestructura adecuada y presentan otros síntomas de un desarrollo no orientado hacia su bienestar sino al lucro del gobierno y las corporaciones(2).
Desde el punto de vista de Oilwatch grupos como estos intentan dividir el mundo en varios mercados y esferas de influencia para apoyarse entre ellos y entrometerse en los asuntos de otras naciones con el fin de explotarlas y oprimirlas. Los bloques como BRICS impiden la posibilidad de crear otros espacios más democráticos ya que erosionan la solidaridad y promueven los intereses del mercado.
El encuentro en Sudáfrica de los BRICS esta semana será un escenario de combate tanto para las fuerzas emergentes como para las imperiales. Sudáfrica, la economía más grande del continente africano no podía quedarse atrás mientras los BRIC venían a por África y le quitaban su pedazo. Por ello, Sudáfrica se metió en la contienda y los BRIC adquirieron una “S”.
Los minerales, el petróleo africanos y otros recursos han sido deseados por saqueadores y aventureros de todo tipo a lo largo de los siglos. Últimamente el acaparamiento de tierra se ha sumado al acaparamiento de otros recursos. Mediante estos acaparamientos, los BRICS y bloques similares buscan consolidar las agendas neoliberales fallidas y la civilización obsoleta manejada por combustibles fósiles. Parece que los BRICS no se dan cuenta que el destinar sus esfuerzos a los mercados manejados por inversiones sucias y el acaparamiento de recursos crea un muro de ladrillos y de tropas criminales en la búsqueda de los intereses minerales (como ha sucedido en la República Centro Africana en los mismos momentos en los que los BRICS inician su encuentro en Durban).
El que las naciones se agrupen en bloques de mercancías y agentes financieros, debería catalogarse como uno de los ataques más descarados a los derechos colectivos de los pueblos. Además, esta situación podría agravarse debido a la posible influencia de Goldman Sachs en el Banco BRICS, como se propuso en una reunión reciente celebrada en marzo en Sudáfrica. Uno de los funcionarios de Goldman Sachs en Johanesburgo es el ex gobernador del Banco de Reserva Sudafricano y Pretoria ha pedido ser la sede del nuevo banco BRICS (que aparentemente es apoyado por Beijing).
El Banco BRICS agravará el caos social, económico y ambiental causado parcialmente debido a la financiación multilateral. Las instituciones financieras de los países BRICS como el Banco de Desarrollo Sudafricano, o el brasileño BNDES, constituyen claros ejemplos. Los fracasos espectaculares de Goldman Sachs y otras compañías de Wall Street, que ahora tienen enormes existencias de materiales como tanques de almacenamiento de petróleo, depósitos de metales y plantas de generación eléctrica (3), deberían alertarnos de que sus sueños y deseos deben ser repudiados y rechazados.
Oilwatch Internacional denuncia el artilugio llamado BRICS y todos los otros bloques constituidos para cumplir agendas de división y explotación alrededor del mundo. Creemos que es tiempo que las personas de los países que se encuentran en grupos como BRICS, G8 y G20 demanden a sus lideres electos el rechazo a ser parte de estos bloques que destruyen los espacios formales multilaterales y conducen al mundo a la violencia y crisis aún más profundas que la que vivimos hoy en día: la crisis financiera, económica, del cambio climático y de alimentos.
1) ccs.ukzn.ac.za
2) Friends of the Earth South Africa. 20 March 2013. Brics-from-below summit: Watching and challenging power! http://www.foei.org/en/blog/friends-of-the-earth-south-africa-brics-from-below-summit-watching-and-challenging-power
3) CNBC. 11 March 2013. Goldman Leads Decline as Wall Street Commodity Revenues Plummet http://www.cnbc.com/id/100541469
Imagenes: biodiversidadla.org - bloginteligenciacultural.com - globalasia.com