Indígenas amazónicos se unen en contra de un gigante petrolero canadiense
Cientos de indígenas matsés se concentraron en la frontera entre Perú y Brasil el pasado sábado y pidieron a sus gobiernos que pongan fin a la exploración, advirtiendo de que los trabajos devastarán su hogar en la selva.
Varias comunidades de indígenas de Perú y Brasil se han unido para evitar que una petrolera canadiense destruya su tierra y ponga en peligro las vidas de tribus aisladas
Cientos de indígenas matsés se concentraron en la frontera entre Perú y Brasil el pasado sábado y pidieron a sus gobiernos que pongan fin a la exploración, advirtiendo de que los trabajos devastarán su hogar en la selva.
El gigante petrolero Pacific Rubiales tiene su sede central en Canadá y ya ha comenzado con las exploraciones petrolíferas en el Lote 135 de Perú, situado directamente sobre una zona propuesta como reserva para indígenas aislados.
En una insólita entrevista, concedida a Survival, una mujer matsés dijo: “El petróleo destruirá el lugar donde nacen nuestros ríos. ¿Qué pasará con los peces? ¿Qué beberán los animales?”
Hay unos 2.200 matsés que viven a lo largo de la frontera entre Perú y Brasil. Junto con el pueblo indígena matis, con el que tienen un parentesco cercano, eran conocidos como “el pueblo jaguar” por sus decoraciones y tatuajes faciales, que recuerdan a los bigotes y los dientes del jaguar.
Los matsés fueron contactados por primera vez en la década de los 60, y desde entonces han sufrido a causa de las enfermedades introducidas por foráneos, que suponen un peligro extremo para los pueblos indígenas no contactados ya que tienen muy poca o ninguna inmunidad frente a ellas.
A pesar de haber prometido proteger los derechos de los ciudadanos indígenas, el Gobierno peruano ha permitido que el proyecto, valorado en 36 millones de dólares, siga adelante. Los trabajadores abrirán cientos de kilómetros de líneas sísmicas a través del hogar en la selva de los indígenas aislados, y excavarán pozos de exploración.
El Gobierno también ha concedido una licencia para que las exploraciones comiencen en el Lote 137, justo al norte del Lote 135, y que se encuentra directamente sobre la tierra de los matsés. A pesar de la enorme presión por parte de la empresa, este pueblo indígena está oponiendo una firme resistencia a las actividades de las petroleras en su selva.
Los efectos de la actividad petrolífera también se harán sentir, probablemente, al otro lado de la frontera con Brasil, en el valle del Javarí, hogar de otros pueblos indígenas aislados. Allí los ensayos sísmicos y la construcción de pozos amenazan con contaminar las cabeceras de varios ríos de los que dependen los indígenas.
El director de Survival, Stephen Corry, ha declarado hoy: “El estado canadiense se fundó sobre la usurpación de tierra indígena. Cuando los europeos invadieron Canadá introdujeron enfermedades extrañas, se hicieron con el control de los recursos naturales y causaron la extinción de pueblos enteros. Es enormemente irónico que sea una empresa canadiense la que hoy está decidida a cometer los mismos crímenes contra indígenas de Perú. ¿Por qué no respeta el Gobierno peruano sus propios compromisos con los derechos indígenas? La historia nos dice que la invasión de la tierra de los pueblos indígenas aislados trae consigo la muerte, la enfermedad y la destrucción”.
ECOticias.com
Cientos de indígenas matsés se concentraron en la frontera entre Perú y Brasil el pasado sábado y pidieron a sus gobiernos que pongan fin a la exploración, advirtiendo de que los trabajos devastarán su hogar en la selva.
El gigante petrolero Pacific Rubiales tiene su sede central en Canadá y ya ha comenzado con las exploraciones petrolíferas en el Lote 135 de Perú, situado directamente sobre una zona propuesta como reserva para indígenas aislados.
En una insólita entrevista, concedida a Survival, una mujer matsés dijo: “El petróleo destruirá el lugar donde nacen nuestros ríos. ¿Qué pasará con los peces? ¿Qué beberán los animales?”
Hay unos 2.200 matsés que viven a lo largo de la frontera entre Perú y Brasil. Junto con el pueblo indígena matis, con el que tienen un parentesco cercano, eran conocidos como “el pueblo jaguar” por sus decoraciones y tatuajes faciales, que recuerdan a los bigotes y los dientes del jaguar.
Los matsés fueron contactados por primera vez en la década de los 60, y desde entonces han sufrido a causa de las enfermedades introducidas por foráneos, que suponen un peligro extremo para los pueblos indígenas no contactados ya que tienen muy poca o ninguna inmunidad frente a ellas.
A pesar de haber prometido proteger los derechos de los ciudadanos indígenas, el Gobierno peruano ha permitido que el proyecto, valorado en 36 millones de dólares, siga adelante. Los trabajadores abrirán cientos de kilómetros de líneas sísmicas a través del hogar en la selva de los indígenas aislados, y excavarán pozos de exploración.
El Gobierno también ha concedido una licencia para que las exploraciones comiencen en el Lote 137, justo al norte del Lote 135, y que se encuentra directamente sobre la tierra de los matsés. A pesar de la enorme presión por parte de la empresa, este pueblo indígena está oponiendo una firme resistencia a las actividades de las petroleras en su selva.
Los efectos de la actividad petrolífera también se harán sentir, probablemente, al otro lado de la frontera con Brasil, en el valle del Javarí, hogar de otros pueblos indígenas aislados. Allí los ensayos sísmicos y la construcción de pozos amenazan con contaminar las cabeceras de varios ríos de los que dependen los indígenas.
El director de Survival, Stephen Corry, ha declarado hoy: “El estado canadiense se fundó sobre la usurpación de tierra indígena. Cuando los europeos invadieron Canadá introdujeron enfermedades extrañas, se hicieron con el control de los recursos naturales y causaron la extinción de pueblos enteros. Es enormemente irónico que sea una empresa canadiense la que hoy está decidida a cometer los mismos crímenes contra indígenas de Perú. ¿Por qué no respeta el Gobierno peruano sus propios compromisos con los derechos indígenas? La historia nos dice que la invasión de la tierra de los pueblos indígenas aislados trae consigo la muerte, la enfermedad y la destrucción”.