El descontrol al usar antibióticos en animales puede perjudicar a la salud humana global
La exposición diaria a antibióticos, como por ejemplo los presentes en la alimentación destinada a los animales de granja, permite que prosperen los microbios que portan ARGs. En algunos casos, estos genes resistentes a los antibióticos adquieren mucha movilidad, lo que significa que se pueden transferir a otras bacterias que son capaces de causar enfermedades en los humanos.
La creciente producción y uso de antibióticos, aproximadamente la mitad de los cuales se usa en la ganadería, se refleja en un aumento en la cantidad de genes de resistencia a los antibióticos, o ARGs por sus siglas en inglés. Eso reduce la capacidad de los antibióticos para mantener a raya a las enfermedades, en animales y en personas.
Un nuevo estudio muestra que China, el mayor productor y consumidor de antibióticos en el mundo, y muchos otros países, no supervisan debidamente el uso de estos potentes medicamentos ni su impacto en el medio ambiente. En granjas porcinas comerciales de china, el equipo de Yong-Guan Zhu de la Academia China de Ciencias, encontró 149 ARGs únicos, algunos a niveles entre 192 y 28.000 veces mayores que los presentes en las muestras de control. "Nuestra investigación se llevó a cabo en China, pero refleja lo que sucede en muchos lugares del mundo", advierte el microbiólogo James Tiedje, profesor en la Universidad Estatal de Michigan, Estados Unidos, y miembro del equipo de investigación. "La Organización Mundial de Sanidad Animal y la Administración estadounidense de Alimentos y Medicamentos (FDA) han estado abogando por una mejor regulación del uso veterinario de antibióticos". La regulación del uso de antibióticos en China es poco firme, y ese país utiliza cuatro veces más antibióticos para uso veterinario que Estados Unidos. Como los animales no absorben bien estos medicamentos, gran parte de ellos terminan en el estiércol, estimado en unos 700 millones de toneladas anuales sólo en China. Tradicionalmente, este estiércol se ha utilizado como fertilizante agrícola, o ha terminado en ríos o en aguas subterráneas, llevando consigo los ARGs. Además de dispersarse con los fertilizantes, los ARGs también se propagan mediante el transporte internacional de mercancías y pasajeros. La exposición diaria a antibióticos, como por ejemplo los presentes en la alimentación destinada a los animales de granja, permite que prosperen los microbios que portan ARGs. En algunos casos, estos genes resistentes a los antibióticos adquieren mucha movilidad, lo que significa que se pueden transferir a otras bacterias que son capaces de causar enfermedades en los humanos. La situación es preocupante porque las infecciones causadas por estas bacterias farmacorresistentes no pueden ser tratadas con antibióticos. Los ARGs pueden alcanzar a la población humana a través de cultivos agrícolas y de agua potable. Debido a ello, los ARGs representan un riesgo global para la salud humana y deberían ser clasificados como contaminantes, tal como señala Tiedje. "Es urgente que protejamos la eficacia de nuestros antibióticos actuales porque es muy difícil descubrir otros nuevos", subraya Zhu. "La resistencia microbiana a múltiples fármacos es un problema mundial que debe ser abordado de manera integral. También hay que procurar hacer un uso y una gestión más prudentes de los desechos que contienen ARGs". Por parte de la Universidad Estatal de Michigan, en la investigación también han trabajado Timothy Johnson, Robert Stedtfeld y Syed Hashsham . FUENTE: http://noticiasdelaciencia.com noestamalserhumildeporlasdudas.blogspot.com
La creciente producción y uso de antibióticos, aproximadamente la mitad de los cuales se usa en la ganadería, se refleja en un aumento en la cantidad de genes de resistencia a los antibióticos, o ARGs por sus siglas en inglés. Eso reduce la capacidad de los antibióticos para mantener a raya a las enfermedades, en animales y en personas.
Un nuevo estudio muestra que China, el mayor productor y consumidor de antibióticos en el mundo, y muchos otros países, no supervisan debidamente el uso de estos potentes medicamentos ni su impacto en el medio ambiente. En granjas porcinas comerciales de china, el equipo de Yong-Guan Zhu de la Academia China de Ciencias, encontró 149 ARGs únicos, algunos a niveles entre 192 y 28.000 veces mayores que los presentes en las muestras de control. "Nuestra investigación se llevó a cabo en China, pero refleja lo que sucede en muchos lugares del mundo", advierte el microbiólogo James Tiedje, profesor en la Universidad Estatal de Michigan, Estados Unidos, y miembro del equipo de investigación. "La Organización Mundial de Sanidad Animal y la Administración estadounidense de Alimentos y Medicamentos (FDA) han estado abogando por una mejor regulación del uso veterinario de antibióticos". La regulación del uso de antibióticos en China es poco firme, y ese país utiliza cuatro veces más antibióticos para uso veterinario que Estados Unidos. Como los animales no absorben bien estos medicamentos, gran parte de ellos terminan en el estiércol, estimado en unos 700 millones de toneladas anuales sólo en China. Tradicionalmente, este estiércol se ha utilizado como fertilizante agrícola, o ha terminado en ríos o en aguas subterráneas, llevando consigo los ARGs. Además de dispersarse con los fertilizantes, los ARGs también se propagan mediante el transporte internacional de mercancías y pasajeros. La exposición diaria a antibióticos, como por ejemplo los presentes en la alimentación destinada a los animales de granja, permite que prosperen los microbios que portan ARGs. En algunos casos, estos genes resistentes a los antibióticos adquieren mucha movilidad, lo que significa que se pueden transferir a otras bacterias que son capaces de causar enfermedades en los humanos. La situación es preocupante porque las infecciones causadas por estas bacterias farmacorresistentes no pueden ser tratadas con antibióticos. Los ARGs pueden alcanzar a la población humana a través de cultivos agrícolas y de agua potable. Debido a ello, los ARGs representan un riesgo global para la salud humana y deberían ser clasificados como contaminantes, tal como señala Tiedje. "Es urgente que protejamos la eficacia de nuestros antibióticos actuales porque es muy difícil descubrir otros nuevos", subraya Zhu. "La resistencia microbiana a múltiples fármacos es un problema mundial que debe ser abordado de manera integral. También hay que procurar hacer un uso y una gestión más prudentes de los desechos que contienen ARGs". Por parte de la Universidad Estatal de Michigan, en la investigación también han trabajado Timothy Johnson, Robert Stedtfeld y Syed Hashsham . FUENTE: http://noticiasdelaciencia.com noestamalserhumildeporlasdudas.blogspot.com