Colombia: Danilo Villafañe y el ancestro que seremos
La viuda del reconocido líder arhuaco de la sierra nevada de Santa Marta recuerda su legado: “Desde su lente veía la naturaleza no como una despensa de recursos, sino como una parte esencial de nosotros mismos”. La vida es una carrera llena de obstáculos en la que los sueños y proyecciones que tenemos pueden truncarse en un suspiro.
Por Gunna Chaparro
En solo unos segundos, un golpe de suerte (o mala suerte) puede cambiar el rumbo de tu vida. Esto lo aprendí con dolor el pasado 25 de diciembre cuando vivía un momento de plenitud junto a mi esposo, mis dos hijas de cuatro y seis años y otros familiares a la orilla del mar en el Caribe colombiano. 40 minutos bastaron para que todo cambiara. Ese fue el tiempo desde el momento en que mi compañero de vida se lanzó al agua a rescatar a una prima y las olas lo arrastraron al fondo. Fueron momentos de angustia para todos, hasta que el mismo mar devolvió los dos cuerpos sin vida. En ese instante, para mí, todo era irreal, era mentira. Pensé que mi esposo solo estaba inconsciente, pero al ver que el cuerpo no reaccionaba y a mis niñas con lágrimas en sus rostros mientras observaban a su padre, mi espíritu se nubló y sentí un sacudón. Grité como nunca antes había gritado, quedé sin aliento.
Pero también entendí que mi pareja, el líder arhuaco Danilo Villafañe, no había muerto. Danilo no podía morir porque él representaba todo lo contrario a la muerte. Él era un hombre con mucho brío, desafiante, y fuente de inspiración en el liderazgo para las presentes y futuras generaciones.
Entre la certeza y el desconsuelo por la partida mi pareja, que era también mi amigo y alguien a quien siempre admiré, empecé a reflexionar que la vida nunca le perteneció a él, sino que la vida de él le pertenecía a la gente. El reflejo de ello son las expresiones en su memoria que he recibido: desde los vendedores de calle hasta los múltiples pronunciamientos de políticos, empresarios y activistas. Danilo fue un líder político y uno de los grandes pensadores e intelectuales que el pueblo arhuaco le ha brindado a Colombia y al mundo en las últimas décadas. Apoyó las luchas incansables en la conservación de la Sierra Nevada de Santa Marta. Este propósito, que ambos compartimos, lo llevó a múltiples escenarios mundiales donde expuso sus ideas acerca de la necesidad de proteger el medio ambiente para asegurar la supervivencia de la especie humana.
Su trabajo en la Sierra Nevada de Santa Marta convirtió a Danilo en referencia mundial. Dejó un legado para la humanidad que hay que proteger y cristalizar porque, desde su lente, veía la naturaleza no como una despensa de recursos, sino como una parte esencial de nosotros mismos. Por años tuve la fortuna de escucharlo y la honra de acompañarlo en sus visiones hasta su último suspiro. Ahora me parte el alma saber que nunca lo volveré a ver.
Pese a que el dolor es profundo, empiezo a entender desde mi cultura la transición de mi pareja a otro plano, no desde el dolor, sino consciente de cómo él marcó el corazón de muchos en este mundo. También entiendo la importancia de seguir honrando su memoria —esa memoria del ancestro que seremos— a través del trabajo y las alianzas que reivindiquen sus acervos culturales y su grandeza para poner esa luz que irradiaba al servicio de la humanidad. Fue un proceso que alguna vez emprendimos junto con personas que lo apoyaban. Ahora, que me dejó a mitad de camino, recae sobre mí y los presentes la responsabilidad de continuar el camino para seguir con nuestra agenda de respeto al medio ambiente en medio de una coyuntura histórica, un momento para el que, más que nunca, se requiere la acción para restituir los ecosistemas del mundo.
Con este propósito nace la Fundación Danilo Villafañe, cuyo objetivo es conservar la sierra y mejorar las condiciones de vida y participación de los pueblos indígenas. Lo más importante de la fundación es que, en honor a las ideas de Danilo, posiciona su pensamiento por el que, desde una visión global, entiende el cambio climático como una amenaza para la supervivencia física y cultural de los pueblos indígenas y de las otras sociedades.
Gunna Chaparro es una mujer arhuaca. Dirige la Fundación Danilo Villafañe. Ha sido consultora de CAF-banco de desarrollo de América Latina y el Caribe para fortalecer la participación de las comunidades indígenas en la región y ha paticipado en foros internacionales como la COP28.
Fuente: https://elpais.com/america-colombia/2024-01-21/danilo-villafane-y-el-ancestro-que-seremos.html - Imagen de portada: Gunna Chaparro junto a su esposo, Danilo Villafañe. CORTESÍA