Brasil: represa de Belo Monte desplazaría a 20 mil personas
Aparecen nuevas voces de protesta contra la construcción de la hidroeléctrica Belo Monte, luego que se conociera la habilitación por parte del Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama) para construir esa central en el norteño estado de Pará.
En el marco del Día Internacional del Agua, que se celebró este lunes, la organización Salva la Selva http://www.salvalaselva.org/protestaktion.php?id=550 lanzó una campaña internacional para persuadir a las autoridades brasileñas, incluyendo al presidente Luiz Inácio “Lula” da Silva, sobre los daños irreversibles que provocará la iniciativa.
Los planes para construir esta represa sobre el río Xingú -que atraviesa los estados de Mato Grosso y Pará, hasta desembocar en el Amazonas-, comenzaron a finales de la década del setenta, y se frenaron a través de una gran movilización en 1989. “Belo Monte, ¿La vuelta triunfante de la dictadura militar?”, es el título que el religioso Leonardo Boff eligió para un artículo crítico con el proyecto.
Más de la mitad de los territorios que atraviesa el Xingú son áreas de selvas protegidas, según la organización, y en el caso de Belo Monte se pretende represar el río en siete puntos, lo que afectaría doce territorios indígenas.
Sólo uno de los embalses cubrirá un área de 6140 kilómetros cuadrados, y en total unas 20.000 personas de los distritos de Altamira, Vitória do Xingu y Brasil Novo tendrían que abandonar sus tierras y ser reubicadas.
“El daño a los peces y el intercambio fluvial serían junto a todos los daños ambientales, incalculables. Las emisiones de metano, un gas de efecto invernadero muy fuerte, es otro grave problema, como lo es el aumento de enfermedades como la malaria y la fiebre amarilla”, continúan en la carta que enviarán al Poder Ejecutivo.
En una entrevista con Radio Mundo Real, Maximino Deparis, del Movimiento de Afectados por Represas de Brasil (MAB por sus siglas en portugués) comentó que los permisos de construcción de las obras fueron autorizados por el gobierno antes de que se realizaran las audiencias públicas correspondientes. “Esto se contrapone a la propia ley”, se quejó el dirigente, entrevistado en el Foro Social de las Misiones
El MAB es el principal referente brasileño en la resistencia a las megarepresas. “Hoy damos nuestra tierra para producir energía pero no tenemos energía en nuestras casas”, graficó Deparis, que hizo hincapié en las campañas que lleva adelante la organización para denunciar los altas tarifas eléctricas que paga la población de Brasil.
Los emprendimientos privados se instalan en los territorios ribereños “a la fuerza y en nombre del bien público”, y muchas veces en complicidad con jefes políticos locales, según Deparis.
El dirigente del MAB también alertó por las consecuencias de la represa hidroeléctrica de Garabí, que inundará unas 30 mil hectáreas en Argentina y una cifra similar en Brasil. “Las organizaciones de ambos países tenemos que mostrarle a la opinión pública que Garabí no traerá beneficios ni desarrollo ninguno. Solo habrá mayores problemas y ambos pueblos tenemos que frenarlo”, remató Deparis, que planteó la necesidad de expandir fuentes alternativas de energía como la solar, la eólica o la biomasa.
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