Activistas del medio ambiente bajo la lista negra de la UE
Toda aquella persona que sea radical en su lucha, que aborde los problemas globales desde la raíz y contra el sistema establecido, puede ser objeto de seguimiento policial e investigado hasta el punto de violar la libertad del ciudadano en un supuesto estado democrático. Las máscaras oscuras y dictadoras de la globalización se hacen transparentes a los ojos del ciudadano.
ENVIADO POR: PEDRO POZAS TERRADOS .
DIRECTOR EJECUTIVO - PROYECTO GRAN SIMIO
Durante la Presidencia española de la Unión Europea, ha pasado desapercibido para todos los ciudadanos por haberse mantenido casi en secreto, la aprobación de un programa de vigilancia y recolección sistemática de datos personales de ciudadanos europeos sospechosos de experimentar un proceso de “radicalización”. Este programa puede dirigirse contra individuos involucrados en terrorismo, pero también hacía grupos de “extrema izquierda, nacionalistas, ecologistas o antiglobalización”. ¿Es el fin de la democracia? ¿Con que derecho por ser radical de ideas y no violento, se puede entrar en un listado de seguimiento como si fuera un terrorista buscado? ¿Quién o que es el que va a dictaminar el término “radical”?. Si por radicalismo es estar contra el sistema que debe ser cambiado, contra el gobierno por no cumplir con la protección y los intereses del ciudadano, contra el Fondo Monetario Internacional por ser responsable de numerosos atropellos y crímenes al financiar proyectos que atentan contra la vida, si radical es luchar pacíficamente por un sistema mejor con la palabra, o estar al frente de un grupo ecologista que molesta por sus denuncias.......entonces puedo sentirme orgulloso de estar en la lista, porque lo que está sucediendo a nivel global, es una dictadura social que ha derrumbado a la democracia y que actúa bajo el disfraz de poderes económicos que manejan a las naciones a su antojo. Ellos saben que nosotros lo sabemos y que lo estamos denunciando. Que acusamos a las multinacionales de invadir países pobres y corruptos para estrujar y robar sus recursos naturales. Que las selvas tropicales están siendo destruidas y con ellas desaparece la biodiversidad del planeta y se acelera el cambio climático. Que el sistema político es obsoleto, desproporcionado y abusivo para la sociedad actual y que se debería de cambiar. Y muchas más cosas.....y tienen miedo que lo extendamos por la única fuente de comunicación que por el momento no tienen el control: Internet. Y por ese motivo hay que inventar leyes que disfrazadas para la seguridad nacional, quede abierta la posibilidad de controlar a los radicales, a los que no están conformes con el sistema actual que ese poder económico ha instalado en el mundo para su control. Y por ello, se ha aprobado esta ley el pasado 26 de abril por el Consejo de la Unión Europea reunido en Luxemburgo, con el apoyo de unos eurodiputados que no defienden al ciudadano, sino a las empresas que alimentan su ego y les facilita muchas veces el camino hacia puestos directivos tras los favores recibidos. Esta reunión fue presidida por el Ministro de Asuntos Exteriores , Miguel Ángel Moratinos, ya que España ostentaba la Presidencia de turno de la UE. Asistió también el secretario de Estado para la UE, Diego López Garrido, así como la mayor parte de los ministros de Asuntos Exteriores comunitarios. Orden del día: “Radicalización de la UE” que concluyó con la aprobación del documento 8570/10. Según Miguel Jara, la iniciativa forma parte de la estrategia de prevención del terrorismo en Europa, y se concibió inicialmente para grupos terroristas islámicos. Sin embargo, el documento extiende la sospecha de tal forma y en términos tan genéricos que da cobertura a la vigilancia policial de cualquier persona o grupo sospechoso de haberse radicalizado. De esta forma, un activista de una organización civil, ecologista, política o ciudadana, sin vínculos con el terrorismo, podría ser espiado en el marco de un programa que invita a investigar desde su ideología hasta datos personales como su situación económica, su trabajo, etc. Considero demencial y antidemocrático que se hubiera ni tan si quiera planteado a nivel de consulta, por lo que mucho más, el que se haya aprobado sin que nadie haya puesto objeción a esta perdida de libertad, que deja a ciudadanos que luchan por el bienestar de la sociedad, indefensos y puestos en el objetivo del aparato de seguridad internacional, como si fueran terroristas. Esto lo único que indica es que nuestros políticos se han olvidado por completo que la democracia esta implantada y que ellos han sido elegidos de forma democrática por un pueblo que confía en ellos o al menos confiaban. Este acuerdo, como dice Miguel Jara, pulveriza el espíritu europeo de la tolerancia hacía todas las ideas, siempre que se defiendan mediante la palabra. ¿Porqué han sido tan cobardes? Este programa de seguimiento está recogido en un documento: Titulado “Instrumento para almacenar datos e información sobre procesos de radicalización violenta”. Este texto se le dio el carácter de confidencial y se ha conocido gracias a que la organización de defensa de las libertades civiles (statewatch.org) ha tenido acceso a él y lo ha hecho público. Esta ONG denuncia que este programa “no se dirige en primer lugar hacía personas o grupos que pretendan cometer atentados terroristas, sino a gente que tiene puntos de vista radicales, a los que se define como propagadores de mensajes radicales”. ¿Quién les da derecho a tomar semejantes decisiones contra la sociedad que los mantiene en unos puestos que no se merecen? La dictadura democrática se está extendiendo de una manera veloz, rápida, sin que nos enteremos. Crean situaciones de crisis, se inventan subidas de sueldo, se especula con los recursos básicos de subsistencia, se juega con la ignorancia de una población que confía.... y todo para ir quitando cada vez más derechos y ellos a su vez, engrandecerse más y chupar sin escrúpulos del tubo democrático que han querido extender, con leyes que sólo protegen a ellos, se blindan con sueldos escandalosos, mientras que el ciudadano como siempre paga, se resigna y sufre. ¿Pero que entienden por radical? ¿Quién será el encargado de apuntar los nombres en la famosa lista de radicales? Miguel Jara argumenta que el acuerdo pone bajo la lupa policial a ciudadanos que defienden las ideas radicales clásicas, las de aquellos partidarios del reformismo democrático. Incluso podría aplicarse contra quienes se consideren radicales en sentido etimológico, pues “radical” es ni más ni menos, el que aborda los problemas en su raíz. Y radical seria yo mismo con estas ideas no conformistas y estas acusaciones. Radical sería también los activistas defensores de los animales y de la naturaleza, como el que escribe este artículo que es Director Ejecutivo del Proyecto Gran Simio. ¿Hasta este punto hemos permitido que nos corten la libertad de expresión? El documento invita a los gobiernos a vigilar “los mensajes de radicalización” hasta un punto que raya la vulneración a esa libertad de expresión que me refería en mi pregunta anterior. El programa aprobado bajo la dirección de España en la UE, invita a escrutar las audiencias a las que se dirigen los mensajes radicales. Propongo que manifestemos nuestro rechazo contra esta inmoralidad que viola sin contemplaciones el mínimo derecho a la libertad y el respeto a la dignidad de las personas. Mandemos sendos correos, cartas, llamadas de teléfono, a la UE, al Defensor del ciudadano, expresando nuestro enfado y comunicándoles que nos apunten en la lista de seguimiento por ser radicales y no estar de acuerdo con la política opresora. No podemos de ninguna manera quedarnos con los brazos cruzados ante tamaño atropello. Hoy será una lista, mañana nuestros blogs serán cerrados y más tarde, Internet estará restringida solo para unos pocos. No pueden permitir el éxito de la campaña que todos hicimos respecto a la Gripe A y su vacuna. Gracias a todos los comunicados que se dieron por la red advirtiendo del negocio y del peligro de la vacuna y adjuntando las declaraciones de médicos responsables que se unieron a la campaña, logramos entre todos que un porcentaje muy pequeño se pusiera la vacuna y hemos demostrado nuestra fuerza y nuestra victoria si estamos unidos. Por ello nos tienen miedo y por ello estudian también la forma de limitar las redes. Si les dejamos que sigan quitándonos derechos, llegará un momento en que no podamos exponer nuestras ideas y sólo sus ideas, lleguen al ciudadano. Debemos evitarlo. Debemos ser radicales y abordar los problemas desde la propia raíz.
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