EL BASURAL, LA BASURA Y BARILOCHE
Llegó el momento. La situación del basural no da para más y la de los barrios aledaños es de gravísima emergencia.
Sin embargo el problema del basural refleja el pésimo manejo de la basura que como sociedad llevamos adelante.
El primer punto es que los residuos son resultado de nuestro consumo. Nosotros, los que consumimos, los vecinos, debemos hacernos responsables y exigir que
el Estado se hagan cargo y que toda la ciudad colabore a esa gestión comunitaria.
Un segundo punto a considerar es que, a largo plazo, la única gestión de residuos duradera será aquella que resulte social y ambientalmente saludable. Vendrán soluciones mágicas en estos tiempos de río revuelto que, ante la emergencia, potencian su capacidad de seducción.
Esto apunta a cuestionar algunas de las nuevas tecnologías publicitadas, como por ejemplo el plasma, que no son más que incineración encubierta: la quema de residuos sólidos - ya sean urbanos como patogénicos - tiene efectos desastrosos para la salud de la población y para el ambiente, sobrando documentación y gran cantidad de convenios y tratados que así lo reconocen.
Es imperioso diseñar un modelo ECOLÓGICO de gestión de los residuos, que involucre a la comunidad, que tenga sentido integral y que comience a funcionar a partir del conocimiento y del convencimiento de los vecinos.
Los residuos orgánicos constituyen más del 50% del volumen total de residuos. La separación o clasificación de los residuos en el domicilio es un eslabón indispensable en una gestión ecológica, sin embargo ésta solo tendrá éxito si todos sabemos que luego el residuo orgánico será transformado en compost. Por otra parte la separación facilita automáticamente las tareas de acopio y reciclado de los residuos no orgánicos.
En la ciudad de Canberra se ha logrado bajar con este método el 75% del volumen depositado en el vertedero
No debe descartase la incentivación al compostaje domiciliario, que por la geografía de nuestro ejido resultaría viable, se reducirían en gran medida los gastos en transporte, transformando el vecino, en su propio domicilio, el “residuo” en “recurso”.
El compostado reducirá además los riesgos de incendios y las emisiones tóxicas asociadas, ya que éstos son propiciados por la descomposición del residuo orgánico, las altas temperaturas y los gases que se generan y que están en contacto con otros elementos combustibles.
La solución es urgente pero no por urgente carece de ideología.
No es la única solución tener un solo vertedero.
Tampoco es la única solución privatizar el servicio a través de la elaboración de un pliego de licitación.
De no revisar y ofrecer alternativas al simple argumento de que “no se cuenta con un predio lo suficientemente grande dentro del ejido” se terminaría repitiendo un modelo que rechazamos en otras escalas (a nivel internacional por ejemplo): exportar basura a otras localidades más pobres, lo cual constituye un caso claro de injusticia ambiental.
La gestión de nuestra basura no debe ser rentable, no es un negocio, debe ser sustentable. La rentabilidad económica no debe ser la brújula para resolver este problema, el mejor “negocio” es tener una población y un ambiente sanos, de eso se trata la sustentabilidad.
Hoy se reproducen en el país las asambleas contra la contaminación de los rellenos sanitarios y sus consecuencias están a la vista en la salud de la población. Método diseñado para que la comunidad se olvide del residuo que genera.
En este sentido privatizar el servicio a través de la elaboración de un pliego de licitación tentador o elegir el sistema de gestión en función de las actuales ofertas de financiamiento (generalmente solo disponibles para realizar los inaceptables rellenos sanitarios) es atentar contra los intereses legítimos de la comunidad.
La solución es urgente pero no por urgente debe carecer de ideología. El problema de la basura es un problema que debe resolverse con la comunidad y no para la comunidad.
Creemos que resulta necesario retomar un debate público sobre este problema que lleve a consensuar un nuevo modelo de gestión de la basura que generamos. Muchos funcionarios y técnicos sólo han instalado el tema de la relocalización del vertedero y no se ha definido aún una Política Ambiental en materia de Residuos que sea integral, con criterios de responsabilidad ambiental y social.
Son varios los compromisos que debemos asumir para llevar adelante los cambios necesarios. Es menester comprometerse activamente, cada vecino y cada barrio, como algunos ya lo están haciendo con éxito, en la separación domiciliaria, en la elaboración de compost, en la compra y el consumo responsable de productos. Todos los vecinos debemos reclamar al Municipio y a las autoridades de gobierno el cumplimiento del plazo para cerrar y remediar toda la zona del actual vertedero y exigir la puesta en marcha de un proyecto de clasificación y compostaje de residuos, con una mínima disposición final con el menor riesgo posible.
Como fue expresado enfáticamente en la última reunión convocada por las juntas Vecinales del Pilar I y II: BASTA DE HUMO, BASTA DE NIÑOS ENTRE LA BASURA, BASTA DE CONTAMINACIÓN. TODA la comunidad debe hacerse eco de estos BASTA, como primer paso para trabajar y apoyar un nuevo modelo de gestión de los residuos de Todos.
Asociación Ecologista Piuke